SALUD / INFORME
¿Os habéis preguntado alguna vez por qué cada vez hay más casos de cáncer, más personas que padecen diabetes, problemas con el colesterol, los triglicéridos, han aumentado los casos de personas con enfermedades degenerativas y cada vez aparecen más enfermedades clasificadas como “raras”?
Si volvemos la vista atrás nos damos cuenta de que hace unos años esto no era así y es que muchas cosas han cambiado y, creo, que no para bien.
Ha cambiado el estilo de vida, han cambiado los hábitos alimenticios, ha cambiado la calidad de los alimentos que tomamos y todo ello se ha convertido en un cóctel molotov que nos está explotando haciéndonos mucho, mucho daño.
Los mercados están siendo invadidos por alimentos genéticamente modificados, modificados para que los insectos que los visiten mueran, para que sean resistentes, modificados para que su cultivo sea mucho más rentable para las multinacionales que los producen, para las multinacionales que se están convirtiendo en las dueñas del mundo, en las dueñas de nuestra salud.
Por qué que duda cabe que esos alimentos que han sido modificados aportan a nuestro organismo una gran cantidad de toxinas, una gran cantidad de veneno que está perjudicando muy seriamente nuestra salud.
Y está muy claro que nos están causando un perjuicio pues todos conocemos como los caso de, por ejemplo, diabetes, cáncer, etc. se multiplican.
Cada día a más y más personas que padecen diabetes, esta enfermedad se está convirtiendo en una auténtica plaga y la calidad de los alimentos que ingerimos y el estilo de vida que llevamos tiene mucho que ver con ella.
Todos deberíamos exigir a los gobiernos de todos los países que prohíban los productos transgénicos pues están destruyendo el ecosistema y están destruyendo nuestra salud. Esta exigencia puede resultar mucho más efectiva que lucir lacitos de colores como apoyo a la lucha contra cualquier enfermedad que, muy posiblemente, no se produciría si nuestro estilo de vida y nuestra alimentación cambiase.
Las multinacionales que controlan la producción de alimentos están causando un grave perjuicio al medio ambiente, están influyendo mucho en el cambio climático, incluso en la muerte de las abejas que tan necesarias son para la vida en este planeta y todo eso sin que les importe en absoluto ya que sus bolsillos siguen engordando.
Y las multinacionales farmacéuticas no trabajan para erradicar enfermedades pues la salud no es rentable para ellas.
La pelota está en nuestro tejado. Como consumidores podemos elegir pues, afortunadamente, hay otras opciones.
Podemos indagar sobre la procedencia de los productos que compramos, comprar productos en los mercados locales que sean de producción ecológica y de kilómetro cero, e incluso podemos aprender a cultivar nuestras propias verduras.
¡Tenemos más fuerza y más recursos de los que creemos, pongámoslos en marcha! (www.enbuenasmanos.com)
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