domingo, 22 de abril de 2012

Santos y algo que no anda bien

LATINOAMÉRICA



La Cumbre de las Américas podría haber sido la mejor de Juan Manuel Santos desde que llegó al poder. Además de lograr la portada de la revista Time, él se lució como anfitrión de 30 jefes de Estado y de los hombres de negocios más importantes del continente. 

Con televisión permanente durante esos días, Santos se proyectaba para los colombianos y para el mundo como un  estadista, y Colombia, como una nueva estrella de América Latina. 


Antes se había beneficiado de la liberación, sin contraprestación alguna, de los soldados y policías que habían permanecido más de 10 años en manos de las Farc. 

Y la economía colombiana sigue en crecimiento.

Sin embargo, el jueves 19/04 la encuesta de Colombia Opina, que realizaron en forma conjunta RCN Radio y Televisión, La FM y la revista Semana, realizada por Ipsos-Napoleón Franco, evidenció una aceleración en el descenso de la popularidad del Presidente. 

¿Cuál puede ser la explicación de este fenómeno? 

Los partidarios del ex presidente Álvaro Uribe, se alegraron. Santos y Uribe mantienen un duro enfrentamiento ya que Uribe acusa a Santos de incumplir acuerdos y de desviarse del ideario conservador.

Sin embargo analistas políticos colombianos como Mauricio Vargas le adjudican el 'bajonazo' a la escasa ejecución del Presupuesto: en el fondo es una acusación de ineficiencia en la gestión.

Pero lo que sorprende es que la encuesta Colombia Opina revela la erosión del prestigio del Presidente, y un escepticismo general en el estado de ánimo del país, muy diferente al momento histórico presente.

¿Cómo se explica la contradicción de un gobierno liderado por el ex ministro de Defensa más exitoso de los últimos tiempos que ve reducir el apoyo popular a su manejo de la seguridad nacional?, por ejemplo.

¿O cómo se explica que una Administración en momentos de bonanza económica, caída del desempleo e ingreso de empresas extranjeras, es criticada en su política de inversión social? 

¿O la de una política exterior aplaudida en el exterior, que no puede impedir que disminuya el respaldo de los encuestados a la gestión de las relaciones internacionales?
La encuesta fue contratada a la firma Ipsos-Napoléon Franco y realizada en 13 ciudades grandes e intermedias, con un margen de error del 3,1% y con idéntica metodología a 2 entregas anteriores en julio y noviembre de 2011. 

En los 9 meses transcurridos desde julio de 2011, el favoritismo de Santos pasó de 71% a 58%, mientras que la satisfacción con su trabajo como Presidente bajó 16 puntos y se ubicó en 52%. 
La tendencia a la baja y la magnitud de la caída deberían preocupar al círculo íntimo de Santos. 

Por primera vez en sus 20 meses de administración, el porcentaje de colombianos que creen que Juan Manuel Santos ha incumplido sus promesas supera a quienes consideran que ha estado a la altura de las expectativas. 

Teniendo en cuenta que toda reelección es un plebiscito al gobernante de turno, esta es una de las tendencias que el Ejecutivo debe quebrar en los próximos meses para llegar con comodidad a 2014. 

Lo más sorprendente de estos resultados es que no corresponden con los esfuerzos políticos y mediáticos que el gobierno ha desplegado desde el 07/08/2010. Santos ha sido exitoso en ensamblar una amplia coalición de gobierno con la participación de sus rivales y ha reducido la oposición a una mínima expresión. 

Al mismo tiempo, el Ejecutivo impulsó la aprobación legislativa de tres reformas constitucionales y unas 60 leyes importantes. 
Dentro de este paquete se incluye la histórica Ley de Víctimas y Restitución de Tierras que ha recibido el respaldo de líderes como el secretario de las Naciones Unidas, Ban-Ki Moon; y el presidente de Estados Unidos Barack Obama.

A lo anterior se añaden logros diplomáticos como mejorar las relaciones con Venezuela y Ecuador, el acercamiento a América Latina y la organización de la Cumbre de Cartagena. 

El descenso tanto en la imagen del jefe de Estado como en los principales temas de su agenda confirma la brecha que existe entre las élites políticas y los colombianos de estratos medios y bajos sobre la figura del mandatario. 

El problema radica en que los colombianos perciben que Santos hizo muy poco respecto de lo que ellos esperan, en especial en inversión social. El problema ha sido de ejecución: lenta implementación. 

El gran interrogante ahora es qué hará Santos ahora. 

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