AGENCIA / SOCIEDAD-VIOLENCIA
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Una mujer de 53 años que había denunciado a las bandas narcos que operaban en el barrio rosarino de la Tablada, y que las relacionó con el crimen de su hijo ocurrido el 27 de enero 2013, fue asesinada a balazos en la zona sur de Rosario.
El crimen fue por la mañana, cuando Norma Bustos (foto) atendía su pequeño almacén. Dos hombres llegaron intespestivamente a su local en una moto, uno de ellos se aproximó a una ventana, le disparó tres veces y luego ambos huyeron, según indicaron fuentes policiales a la agencia 'DyN'.
La víctima era la madre de Lucas Fabián Espina, de 25, quien fue asesinado por varios hombres que se desplazaban en dos autos durante un ataque con una ametralladora en la madrugada del 27 de enero de 2013, también en ese barrio, a unos 20 metros de su domicilio.
Por este episodio se encuentran procesados como presuntos autores materiales los hermanos Milton y José Damario.
El primero de ellos está acusado del asesinato de uno de los líderes de la banca narcocriminal "Los Monos", Claudio "Pájaro" Cantero, sucedido en 2013.
Después de la muerte de su hijo, la mujer comenzó a denunciar el accionar de las bandas narcos que actuaban en la zona sur del Gran Rosario.
Hay decenas de crímenes derivados del narcotráfico en Rosario y su zona de influencia, muchos de ellos producidos por venganza entre bandas o entre delatores y acusados.
La situación también derivó en un ataque a tiros a la casa del gobernador Antonio Bonfatti y amenazas a un periodista corresponsal de 'La Nación'.
Germán de los Santos, corresponsal del diario, recibió llamadas intimidatorias.
Está realizando una investigación sobre las mafias de las droga "mixtas", con ciudadanos argentinos y extranjeros.
"Suena el teléfono y el periodista atiende. Del otro lado se escucha a varias personas hablando, aparentemente desde el altavoz de un teléfono.
"Dijeron cosas que me dieron terror, sobre todo una voz con tonada colombiana"", contó el sitio 'Infobae'.De los Santos trabaja también en 'El Litoral' de Rosario, y realiza columnas en Radio Dos.
Había publicado una nota vinculada con la muerte de un ciudadano colombiano y en su habitual salida radial había contado la detención de cuatro personas presuntamente vinculadas al narcotráfico.
Una madrugada, a las 4:30, recibió las amenazas. "Se notaba que me habían observado", relató al día siguiente en radio 'Mitre'.
Ahora vive con protección de Gendarmería Nacional en la puerta.
"En los próximos días va a salir una nota sobre estas bandas mixtas, que tienen un aclaje local, incluso en el interior del país, con una logística y una capacidad de movimiento importantísima", dijo De los Santos.
Las investigaciones de De los Santos son muestras de infinitas historias que se suceden en Rosario desde hace algunos años, donde la muerte y el terror son el denominador común. El año pasado hubo 264 homicidios.
En Córdoba fueron solo 90.
"En Rosario hay algo particular. Algo está pasando. Por eso hay 2000 gendarmes. Es una de las ciudades con más efectivos de seguridad y no paran de suceder crímenes", dice De los Santos, quien nació en Santa Fe pero se radicó en la ciudad del Monumento a la Bandera luego de realizar sus estudios.
Funcionarios del Ministerio de Seguridad de la Nación, así como el gobernador Antonio Bonfatti, se comunicaron con él para manifestarles su solidaridad.
Y el ministro provincial del área, Raúl Lamberto, dispuso una custodia permanente en su vivienda.
"Estamos shockeados por la muerte de Norma Bustos porque se animaron a matar a una madre", dijo Norma Castaños, la mujer que denunció en Santa Fe la connivencia entre bandas de narcotraficantes y sectores de la policía provincial bajo responsabilidad del comisario Hugo Tognoli.
"Esto tiene que ser el final o el comienzo de algo, y que las autoridades tomen conciencia de lo que pasa.
No puede ser que una madre que denuncia al venta de droga para salvar a la juventud, a nuestros hijos, muera como murió Norma Bustos", afirmó la mujer que impulsó en Santa Fe una serie de denuncias por complicidad entre narcotraficantes y el comisario, ex jefe de la Dirección de Drogas de la provincia y titular de la policía provincial.
Según el sitio 'La Capital' de Santa Fe, Castaños manifestó que "se animaron a matar a una madre, después seguirán con otras. Esto es como una película, pero ocurre tanto en Rosario como en Santa Fe".
La muerte de Bustos "nos asusta porque se terminaron los límites. Ahora van contra una madre. ¿Qué podemos esperar nosotras? Ahora tengo mucho miedo.
Cuando el poder político se aleja y no hay nadie que te brinde protección, te deja una sensación de vacío."
Una sensación de vacío en pleno infierno. Así lo relataba la propia Norma Bustos hace 7 meses atrás: "A mi no me importa que me maten, si yo ya lo perdí todo. Me mataron a mi hijo, se murió mi marido, ¿qué más me pueden sacar?
Yo estoy vacía. Pero quiero que los que mataron a mi hijo se pudran en la cárcel. Si el infierno existe, yo vivo en el infierno desde que me mataron a mi hijo".
Cuando los asesinos llegaron a su almacén, tocaron el timbre, y cuando la mujer fue a atenderlos por la ventana enrejada, le dispararon sin miramientos.
Los tiros le impactaron en el pómulo, el cuello y el hombro, todo sobre el lado derecho.
El asesinato de Lucas, su hijo, ocurrió el domingo 27 de enero de 2013. Lo mataron también a balazos de ametralladora a 30 metros de su casa.
Tenía 25 años. "A la 1.15 escuché la ráfaga de disparos y salté de la cama con mi marido. Pensé en Lucas y salí en bombacha y remera a buscarlo.
Cuando llegué a la esquina (de Pavón y Santa Rosa de Lima) vi al auto plateado del que le seguían disparando. Me puse un pantalón y volví a buscar a Lucas.
Estaba tirado en el patio de la casa de una vecina. Cuando le corrí el cabello con mi mano le vi la herida en la cabeza. Uno de mis dedos entraba en el hueco que dejó el balazo", contó Norma.
Y apuntó como homicidas a los hermanos Milton y José Damario, dos pesados ligados al mundo de la droga que viven a sólo 200 metros de su casa.
Un año más tarde, los hermanos Damario cayeron presos en la ciudad de Santo Tomé, en el marco de la investigación por el asesinato de Claudio "Pájaro" Cantero, el líder de la banda de Los Monos.
Los dos fueron procesados por la jueza de Instrucción Mónica Lamperti como coautores del asesinato de Espina y por ello irán a juicio.
La muerte de Lucas empezó a marcar el final de la familia de Norma.
El día que sepultaron al hijo falleció el padre de la mujer, quien padecía una grave enfermedad y no pudo soportar saber lo ocurrido a su nieto.
Y hace poco más de un año Oscar, el esposo de Norma, murió de una insuficiencia renal.
"Yo lo perdí todo. ¿Qué más me pueden hacer?
Yo ya estoy muerta en vida", decía Norma sin necesidad de que alguien se lo preguntara. Vivía sola en su casa y ahí, con la ayuda de su familia, puso un quiosco con el que se ganaba la vida.
Norma tenía un hermano en Rosario y una hermana en la provincia de Buenos Aires.
Una política antidroga totalmente ineficaz.
"El Estado era el responsable"
La fiscal general Mónica Cuñarro, especialista en drogas, aseguró hoy que "el Estado era responsable" de proteger a la mujer de 53 años asesinada en la ciudad de Rosario tras denunciar a narcotraficantes y se preguntó "qué hizo para cuidarla".
"Estamos debatiendo el Código de Procedimiento con protección de testigos y una cantidad de cosas, y ese Código es parecido al que está rigiendo en Santa Fe. Entonces, el Estado, que era el responsable de esto, me pregunto qué hizo para proteger a esta señora", planteó la fiscal.
En tanto, Cuñarro aseguró que el accionar de las bandas de narcotraficantes produce en los barrios "una especie de sociedad ilegal que convive con personas honestas, que pagan las consecuencias como esta señora".
Tras el asesinato de Norma Bustos, quien había denunciado a las bandas narco que operaban en el barrio Tablada y que las relacionó con el crimen de su hijo, ocurrido el 27 de enero de 2013, la fiscal aseguró que "el Estado era el responsable" de protegerla.
En conversación con radio 'Continental', la funcionaria judicial se quejó porque los distintos espacios políticos que están en carrera para las elecciones de 2015 "usan" el narcotráfico como "un slogan para atraer votos".
"Detrás de eso que llaman 'el flagelo del narcotráfico', del 'uy, cómo me duele que el chico sea adicto', no hay absolutamente nada en cualquier sector político", remarcó la fiscal.
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