(Toda Pasion) - Una sola gota faltaba para que el vaso de la paciencia rebalsara en Liniers. Y así fue: Unión le ganó con comodidad a Vélez y Omar De Felippe renunció a su cargo como director técnico. El malestar había crecido en las últimas semanas, cuando El Fortín perdió contra Gimnasia de La Plata (lo golearon 4 a 0) y, antes, había sido eliminado de la Copa Argentina.
La victoria del Tatengue fue un paso más en un camino que ya estaba marcado. El presidente de Vélez, Raúl Gámez, encabezó la conferencia de prensa e hizo una autocrítica por la partida de De Felippe. "Soy el máximo responsable. El técnico hizo un trabajo muy bueno. Me pidió jugadores que no se los pude traer", dijo el dirigente, quien durante su mandato abogó por el campeonato económico aunque, según el último balance de la institución, el pasivo es de $ 220 millones.
Mientras tanto, los hinchas exigían refuerzos que estuvieran a la altura de la situación. Es que El Fortín, un histórico equipo que siempre peleó campeonatos, ahora lucha por la tabla que jamás quiso ver: la del descenso.
Con la derrota ante Unión, quedó a ocho puntos de entrar en zona de perder la categoría. Luego de las palabras de Gámez, quien insistió en que el club no tiene "problema de descenso, sino de promedio", el técnico saliente tomó la palabra.
Agradeció su paso por el club pero aseguró que su decisión está tomada. "La renuncia es irreversible", sostuvo De Felippe y explicó: "Me voy por lo que vi en la cancha. Un hincha me escupió. No estoy para eso".
Además, subrayó que su salida ayudará a que la situación "descomprima un poco" y afirmó que la política, como el diablo, metió la cola. "Se mezcló mucho la política, espero que cuando se esté peor piensen por qué carajo no se hizo más para estar bien", aseveró.
La renuncia se da a tan solo unos días de que Vélez elija nuevo presidente. El sábado, los hinchas irán a las urnas para decidir quién sucederá a Gámez, quien si bien presentó a un candidato, ya avisó que no volverá a la política del club.
Ahora, además de nuevos dirigentes, El Fortín tendrá que buscar un nuevo técnico para volver a la senda de gloria que siempre lo caracterizó y alejar, de una vez por todas, los fantasmas a los que no está acostumbrado.
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