viernes, 28 de diciembre de 2018

CONGRESO 2018: EL AÑO DE LOS PAÑUELOS Y LA IMPRODUCTIVIDAD

POLÍTICA / BALANCE 



(U24) - El Congreso de la Nación cierra el año con un balance muy negativo: apenas 2 sesiones ordinarias (una que terminó en escándalo), 26 leyes sancionadas en el período ordinario y un total de 66 sumadas las dos convocatorias a extraordinarias lo que convierten el 2018 en el año de menor productividad desde 1987 cuando sólo se lograron 57 normas. 


El hecho más destacado de este año fue el debate por la despenalización del aborto. Si bien la iniciativa ya se había presentado varias veces en Congreso, en esta oportunidad el Presidente Mauricio Macri habilitó su tratamiento en su mensaje del 1ro. de marzo cuando inauguró las sesiones ordinarias del legislativo. El tema, pensado como una distracción ante las malas noticias económicas, no logró su propósito.

A fines de abril se desató la corrida cambiaria y luego el Gobierno tuvo que apelar al Fondo Monetario Internacional por un préstamo que generó polémica y que obligó a un fuerte ajuste en las cuentas públicas.

La Cámara de Diputados recibió a más de 700 expositores en las audiencias públicas que se realizaron en las comisiones. Hubo multitudinarias manifestaciones frente al Congreso cuando se aprobó la legalización en Diputados y cuando se rechazó en el Senado.

La discusión del aborto no sólo no logró distraer la atención de los problemas económicos, sino que generó otra grieta en la sociedad que afectó especialmente a Cambiemos.

En Diputados, el interbloque oficialista sufrió fricciones y quedaron resentidas las relaciones entre muchos de sus integrantes, aún hoy, complicando las negociaciones parlamentarias. Macri tuvo varios reveses en el parlamento.

El más resonante fue cuando tuvo que vetar la ley antitarifas que retrotraía los incrementos en los servicios públicos. Cambiemos no logró frenar el avance opositor en ambas cámaras y el primer mandatario apeló a esa potestad constitucional rápidamente.

Tampoco tuvo suerte el Presidente cuando reclamó la nueva Ley de Alquileres, que dormía en Diputados y estaba por perder estado parlamentario. El oficialismo quería conformar a las cámaras inmobiliarias y a los inquilinos, no logró ninguna de las dos cosas y el proyecto quedó en la nada.

El Presupuesto 2019 fue el más difícil para Cambiemos. Tuvo que transpirar en arduas negociaciones con los gobernadores para sumar los votos de sus legisladores en el legislativo y enviar al Congreso leyes accesorias para lograr la sanción de un Presupuesto signado por el acuerdo con el FMI.

El Pacto Fiscal y la norma sobre ingresos brutos buscaron compensar a los mandatarios provinciales por el recorte de recursos, especialmente por la pérdida del Fondo Sojero, que la oposición intento restituir en el Congreso sin éxito.

Para esas tareas contó con Miguel Pichetto, su principal aliado en los temas más complejos junto con su espacio espejo en Diputados encabezado por el salteño Pablo Kosiner. Pero el ‘peronismo racional’ marcó sus exigencias y no apoyó el desafuero de Cristina Kirchner que reclamó Cambiemos.

Sin acuerdos firmes con la oposición, se multiplicaron las sesiones especiales con temario impuesto por el Gobierno a fin de evitar sorpresas por parte del arco no oficialista.

El tercer gran fracaso de Macri en el Congreso fue cuando convocó al Legislativo a sesiones extraordinarias. Incluyó 40 proyectos, pero los importantes eran la ley antibarrabravas y el financiamiento político de cara a las legislativas del año que viene.

El proyecto para endurecer las penas contra los barras fue reclamado enfáticamente por el Presidente tras los disturbios en la Superfinal de River-Boca por la Copa Libertadores. Ninguna de las dos leyes que más le importaban al Gobierno llegaron siquiera a recinto.

El único consuelo de Macri a fin de año fue al reclamar la denominada Ley Micaela para capacitar en el Estado contra la violencia de género. Pidió por esa norma tras la instalación de los casos de acoso y abuso a raíz de la denuncia de violación de Thelma Fardín contra el actor Juan Darthés y de otra que hizo la empleada parlamentaria Claudia Guebel contra el senador radical Juan Carlos Marino. La iniciativa tuvo rápida sanción, sin embargo, el proyecto era de autoría de la oposición.

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