martes, 2 de abril de 2019

EN TREN ELECTORAL, ANSES OFRECE PRESTAR A MÁS DEL 50% ANUAL PARTE DE LO QUE LA INFLACIÓN ROBÓ

CLAVES / JUBILADOS ENDEUDADOS 



Si bien hay tanta pobreza como la que heredó Cambiemos hace 4 años -aunque más pobres de carne y hueso y, para peor, muchos más desocupados-, los 17,7 millones de jubilados, pensionados y receptores de beneficios sociales entran en el radar de la coalición gobernante en la recta final de las elecciones, cuando se necesitarían sus votos: ANSES tendría listo relanzar los créditos por el doble de los $80 mil vigentes para jubilados y $13.000 para quienes cobren la AUH.


Claro que la tasa rondaría el 50% anual y, se la presenta como una oportunidad, comparada con la tasa de interés de referencia que rige el sistema financiero, en torno del 100%; seguramente no la sentirán así en su bolsillo los 6 millones de jubilados y pensionados que cobran desde este mes la mínima de $10.400.

Desde su prisma, y a ojos de buen cubero, los intereses a pagar por los $160.000 del máximo ampliado serían otros $ 160.000 anual, los que en términos de haberes actuales se verían como unas 16 mensualidades que se estaría llevando de renta el prestamista.

 Actualmente los jubilados pueden pedir hasta un máximo de $80.000 a pagar en 24, 48 ó 60 cuotas, con un costo financiero que oscila entre el 47% y 53% anual. Para quienes cobran la Asignación Universal por Hijo ( AUH) la cifra llega a $6.500 y sólo les permiten financiarlo en 24 cuotas de $431, con una tasa del 55,5%.

Analizándolo a través de los costos de supervivencia básica que, en marzo, representaron $8.900, que con alimentos, medicamentos y vivienda se irían a $14.000, según el análisis de las erogaciones de la 3ra. edad efectuada por la Universidad de Nacional de Avellaneda (UNDAV), la pichincha de ahorrarse unos $20.000 respecto de la tasa de cualquier crédito bancario no estará al alcance de un pobre.

 Ahí estriba la diferencia entre la pobreza, que se mide estadísticamente, y el pobre, que la sufre cotidianamente cuando lo que acaba de percibir, con el aumento, son $10.400 y no el 11,8%. Ni aún en términos relativos el jubilado puede sentirse satisfecho: en 2018 le habían subido 28,46% contra una inflación del 47,6%.

También quedó relegado respecto de los asalariados formales o en blanco, a los que les aumentaron 30,6%. Y cuando desde el gobierno intentan convencer a los pasivos que con el cambio en la movilidad salieron ganando, gracias al 11,8% y el 10,8% trimestrales entre enero y junio, resulta que a mitad de año los haberes habrán acumulado el 23,9%.

 ¿Recuperación? Nada más que en el 1er cuatrimestre los precios se habrán comido el 15,5%, o sea que quedarían en juego casi 9 puntos, si bien está de más aclarar que la inflación se paga en el día a día mientras los aumentos difieren poder adquisitivo hasta que son percibidos.

Inflación indómita 

 Los pronósticos menos agoreros indican que en el 1er semestre, en promedio, los haberes y demás beneficios se ubicarían un 11% por debajo de los niveles de un año atrás. En febrero, el alza de la tarifa eléctrica, del boleto de colectivos y trenes del área metropolitana, de las expensas, el aumento de los alimentos e incrementos estacionales en educación e indumentaria, habían impulsado la inflación 3,5%.

 Marzo viene igual o algo superior al 3,8% de febrero y abril apunta a otro tanto, con lo que la tasa interanual será (mínimo) del 53,7% El torniquete monetario y el incremento en la tasa que aplica el Banco Central no sólo no logran contener el incesante alza de los precios, sino que sólo consiguen trabar la rueda de la economía.

 Los propios jubilados y la macroeconomía que estuvieron agradecidos en 2017 por la ampliación de la base prestable de los Argenta, se muestran satisfechos de que nada más que para las PASO de agosto el stock mensual entregado haya pasado de ser $100.000 a $800.000 y el monto prestado pasara de $3 millones a $14 millones.

 Después inició un descenso hasta que en el medio de la corrida cambiaria de 2018 salieron de nuevo a relucir. En 2017 y 2018 los beneficiarios superaron los 3 millones cada año, y en lo que va de 2019 se llevan otorgados casi 578.000 créditos por un total de $8.477 millones.

 En esta oportunidad, al agregarse a los 8,5 millones de jubilados y pensionados; 1,5 millones por Pensiones No Contributivas (PNC) y Pensiones Universales para el Adulto Mayor (PUAM) y más de 9,2 millones por la asignaciones por hijo, la base ascendería a 17,7 millones de personas, indicó el organismo.

 Hoy en $10.400, la jubilación mínima se va a $11.535 recién dentro de 3 meses. En tanto la Pensión Universal por Adulto Mayor (PUAM) asciende de $ 7.447,28 a $ 8.328,29, la Asignación Universal por Hijo se incrementa de $ 1.816 a $ 2.031, favoreciendo a 4 millones de niños.

Por su parte, la Asignación por Hijo con Discapacidad se elevará de $ 5.919 a $ 6.620. No son montos como para tirar manteca al techo, pero sirven a los efectos de la campaña electoral oficialista, ya que en general va todo al consumo, y que se prevé por esta vía dinamizar la actividad económica- Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), de los 110.000 registrados en la actualidad en la Pensión Universal de Adulto Mayor (PUAM), un total de 49.000 tomaron créditos en ANSeS, es decir que prácticamente la mitad están endeudados por un monto que, entre julio de 2017 y diciembre de 2018, era de casi $1.400 millones.

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