lunes, 5 de agosto de 2019

EN CLAVE MAFIOSA: UNA MISMA ARMA, 4 FEROCES ASESINATOS

POLICIALES / LA PDI Y SU PARTIDO PROPIO 



(U24) - Hace 3 semanas se cometieron en Rosario 3 atentados homicidas de impacto público con la misma arma. Se trata de los asesinatos de Ariel Señuque en Pichincha, de Ezequiel David Ramírez en Ibarlucea y de Gustavo Candia y Tiziana López en Arijón y Balcarce.


 Según la pericia balística de la Policía de Investigaciones (PDI), los disparos se realizaron con una pistola Glock calibre 45. Y, tal como publica el diario 'La Capital', "la utilización de una misma arma en los tres incidentes sugiere la conclusión obvia de que los cuatro crímenes resultantes están conectados. Los avances en las investigaciones refuerzan también la idea en los fiscales del Ministerio Público de la Acusación (PDI) de que en la trama de los casos están entrelazados actores de la Banda de Los Monos y de la organización de Esteban Lindor Alvarado".

Sin embargo, es el asesinato de Ezequiel David Ramírez, que tenía 30 años y un pedido de captura por homicidio, el que aporta detalles más significativos. Entonces, personas desconocidas patearon la puerta de su casa de Ibarlucea poco después de la medianoche del 25 de julio al grito de "policía" y lo ejecutaron antes de que pudiera salir de la cama.

Ezequiel, apodado "Gordo", estaba vinculado al negocio narco de la zona noroeste de la ciudad. En la pesquisa de su caso en el MPA supieron que es hijo de un policía que se desempeñó en el Comando Radioeléctrico y en Seguridad Rural. El segundo descubrimiento, más relevante, es que este empleado policial es medio hermano de Esteban Alvarado.

Sobre Ramírez pesaba una orden de captura por un asesinato resonante, el de Roberto Carlos Godoy, un hombre de 37 años ejecutado a balazos en la vereda de su casa el 20 de diciembre de 2017. Según recordó 'La Capital', la mujer de Godoy ese día le dijo a la prensa que su marido había sido vendedor de drogas, y que el Gordo Ezequiel los amedrentaba para que retomara el negocio en su zona.

En la casa de Ezequiel Ramírez había documentación sorprendente: una carpeta con formularios de actas en blanco de la PDI y unos papeles personales de un oficial. Esos papeles eran, según fuentes de la investigación, del encargado de capturas de esa policía especializada. Justamente el hombre asesinado estaba con pedido de detención.

Todos estos descubrimientos perfilan una situación impresionante. Un prófugo que es acribillado a balazos, que hace dos años estaba prófugo de la Justicia, es hijo de un policía. Ese policía es hermanastro de Estaban Lindor Alvarado. Y en el domicilio del hombre asesinado con captura recomendada se secuestró documentación de la PDI.

En tanto, con respecto a los otros asesinatos, destaca que tanto Candia como Señuque tenían, según fuentes del MPA, una relación directa con miembros de Los Monos. Ramírez en cambio era sobrino de Esteban Alvarado y había trabajado para él.

Los Cantero y el grupo de Alvarado están enfrentados. En las conjeturas iniciales tiene lógica que los dos primeros hayan sido víctimas del grupo de Alvarado. Pero si el arma usada fue la misma en los tres casos, ¿cómo ligar al mismo autor el tercer hecho, que es el asesinato de su propio sobrino?

 "Los grupos tienen aliados hasta que dejan de tenerlos. Y una persona que perteneció a un grupo tiene secretos de ese grupo", deslizó un investigador. Tanto la pericia balística como los papeles encontrados en la casa de Ramírez motivan la mirada atenta de los distintos investigadores del MPA que participan en causas de homicidios mafiosos.

Todos asumen que sectores de la PDI juegan un partido propio desde que su credibilidad fue profundamente mellada por casos de notoria conexión con estructuras criminales.

 Los dos jefes operativos de la PDI, comisarios Martín y Marcelo Rey, están presos desde hace dos meses acusados de ayudar a Esteban Alvarado a desviar la investigación de causas que los comprometían, con el propósito de endilgarle a Los Monos los últimos atentados contra blancos del Poder Judicial.

 También el ex jefe de Inteligencia de Drogas de PDI, Javier Makhat, fue encontrado viviendo en un departamento cuyas expensas se encontraron en la casa de Alvarado. Hay quienes descreen de la probidad de la pericia balística que fue suministrada de oficio por la PDI y sin que nadie del MPA la requiriera.

La sospecha no se desliza hacia quienes realizan el examen técnico con las balas sino a quienes pudieron plantar los proyectiles. Tal vez para resolver tres casos en uno cuando se localice la pistola, piensan algunos pesquisas, y levantar la socavada reputación de la misma fuerza operativa que entregó la pericia.

 Hay quienes también creen que los oficios en blanco con membrete de la PDI fueron sembrados por alguien para sumar sospechas a esa fuerza. "Embarrar la cancha es un clásico de los momentos en que se acercan los ascensos policiales", dijeron según el mencionado matutino.

Por ahora, el fiscal Moreno confirmó la existencia de la pericia balística que conecta los tres casos pero sostuvo que la investigación hasta ahora es reservada. "Nada se da por sentado", dijo.

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