viernes, 9 de octubre de 2015

SIN MESSI, LA SELECCIÓN FUE SÓLO UNA EXPRESIÓN DE CONFUSIÓN Y PERDIÓ SIN ATENUANTES

FÚTBOL / ELIMINATORIAS 2018 


Un golpe de nocaut que la dejó sin respuestas fue esta derrota que sufrió Argentina en el inicio del camino rumbo a Rusia 2018. Inesperado, pero real. 


Y justo, vale agregar. Ecuador fue el mejor y se lució en el Monumental desplegando un volumen de juego que en los pronósticos sólo podía esperarse para quienes vistieran con ropaje albiceleste.

El 2 a 0 fue el reflejo de una formación que se movió como equipo y de otra que no tuvo identidad de tal. Sin Messi, esta Selección fue la imagen de la confusión y estuvo lejos - demasiado - de haber estado a la altura de las circunstancias.

 La incógnita pasaba por saber de qué manera Argentina podía manejarse sin un líder natural en la función de armador tradicional. Más en un esquema clásico de 4-3-3, que sólo por determinados momentos pasó a ser un 3-4-1-2.

La costumbre de ver a un Maradona o a un Messi no podía ser ejecutada por un Pastore que tiene características diferentes, más de enlace que en el armado propiamente dicho. Encima, con Di María arrancando por derecha en la misma posición en la cual acostumbra a hacerlo Leo.

Sin embargo, es un error que uno puede ser suplido por otro casi mecánicamente. Puede haber actitudes similares, pero no necesariamente aptitudes iguales. Aunque actitud y aptitud sean palabras que suenen parecido, pero en sustancia no lo son.

Argentina empezó a recorrer un camino en el cual tiene claro más que nunca cuánto le costará armar circuitos colectivos de juego en ataque si los intérpretes suelen tener una presencia intermitente. Ya no es solo porque Pastore se siente mejor jugando pases a un toque en vez de encarar sobre la marca, sino porque además tuvo a Correa con poca participación cuando éste quedaba muy expuesto sobre el lateral, cuando su fuerte es el de enganchar hacia posición de nueve para llevarse al último hombre hasta hacerlo retroceder a su propio área.

Así, quien tenía que flotar por el centro de la ofensiva - primero Agüero y luego Tevez - quedó expuesto a no participar del juego que venía desde los costados o desde el medio sencillamente porque nunca tuvo claro si pivotear o abrir el espacio en la corta con una diagonal. Confuso sí, y máxime para sorprender a una defensa que salió escalonada y nunca se metió cerca de su arquero. Promediaba el segundo tiempo y Mascherano apareció en posición de atacante central para definir de cara al arco rival. La acción tuvo un enorme efecto simbólico.

El gran referente del seleccionado había arrancado en su zona habitual, luego trabajó como tercer central y finalmente hasta acompañó un avance a fondo cuando no era el encargado natural para hacerlo. Otra muestra, si se quiere, de desconcierto.

Poco después, la señal llegó desde el banco: Lavezzi por Pastore. Atrás, la dupla central Garay-Otamendi parece haber llegado para quedarse, pero hoy necesita de mucho màs trabajo de entrenamiento y de minutos en cancha para ganar en solidez y eficacia.

El primer antecedente oficial había sido durante la pasada Copa América para repetirse ahora, en el inicio de las eliminatorias. Juego aéreo en las dos áreas, un interesante grado de coordinación para las coberturas y determinación al momento de salir con el pie o de alejar la pelota hacia el sector más lejano apuntan a confiar en dúo. Con el tiempo puede ser factible, no aún.

Por eso, Martino ubicó durante la media hora final del primer tiempo a Mascherano entre los dos, cuando la diferencia la hacían Caicedo y Bolaños, màs el aporte de Valencia y Montero por los extremos.

 El gol ecuatoriano, con dos cabezazos en el área - Erazo convirtió - fue la llave que abrió la puerta a la derrota. Casi inmediatamente, la contra que definió Caicedo le puso el sello al resultado.

Argentina pareció entregada y sin respuesta, a la deriva y bloqueada como si estuviera en un estado de shock. Nunca antes pesó tanto la figura de Messi. Aún ausente, fue quien quedó en el pensamiento de todos...hasta de sus detractores. Por Fabián Galdi – www.losandes.com.ar

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