jueves, 1 de septiembre de 2016

MIEDO EN EL AULA: UNA MADRE GOLPEÓ HASTA DEJAR INCONSCIENTE A UNA MAESTRA

SOCIEDAD / PADRES VIOLENTOS 

Liliana Muñoz, la maestra agredida


Liliana Muñoz es maestra de segundo grado de la escuela Bartolomé Hidalgo, en Córdoba. Cuando vio que un chico de tercer grado estaba agrediendo a un alumno suyo decidió intervenir para terminar con la pelea. 


Esa intervención le costó una paliza brutal y hasta una amenaza de muerte. Es que el chico más grande no se quedó tranquilo y fue a contarle a su mamá. "Es un niño que pega a todos, hasta a nosotros.

La mamá dice que nosotros lo tratamos mal”, relató. La mujer, según el relato de Muñoz, la fue a buscar a la escuela. "Me pegó la cabeza contra el armario dos veces", contó la maestra en declaraciones televisivas. Los golpes la dejaron prácticamente inconsciente en el piso pero aún así, le siguió pegando.

"Me pegaba patadas en la cabeza, en la espalda, la cintura", señaló. Tal fue el escándalo que la directora del colegio, al escuchar los gritos, se acercó y pudo frenar a la madre que de todas formas volvió a amenazarla antes de retirarse.

"Me dijo 'quién sos vos', me maldijo, me llamó 'pobre rata', 'negra', y me dijo que me iba tirar tres tiros en la cabeza", afirmó la docente. Todos terminaron en la comisaría y Muñoz tuvo que ser atendida por los golpes.

"¿Qué siento? Impotencia, porque estamos solos. Necesitamos que nos respalden como maestras. Te sentís ultrajada, nos agarraron como rehenes", detalló Liliana, para quien estas cosas ocurren porque los padres están violentos.

"Los chicos ven violencia en la casa y llegan así a la escuela. Tengo mucho miedo, no quiero volver al colegio. Tengo miedo por mi familia, que me peguen un tiro o me claven un puntazo. Agradezco que lo estoy contando, pero ¿si pasa otra cosa? Tengo un miedo terrible. Gracias a Dios que la directora y mis compañeras me acompañaron en todo momento", dijo al diario 'La Voz' de Córdoba.

Por su parte la presunta agresora negó las acusaciones de la maestra y anticipó que iba a cambiar a su hijo de colegio. "Nunca le pegué, sólo la empujé", se justificó.

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