jueves, 2 de marzo de 2017

CORRUPCIÓN, UN CLÁSICO ARGENTINO: INVITAN A DE VIDO, JAIME Y CALCATERRA A TOMARSE EL TREN BALA

NEGOCIOS / PARA LOS NEGOCIOS, ¡NO HAY GRIETA QUE VALGA! 

Solo falta Ángelo Calcaterra en la foto.


Mientras el oficialismo intenta polarizar la elección entre Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, los casos de corrupción hablan por sí solos de la sociedad que formaron en su momento en lo que respecta al reparto de la obra pública. Isolux Corsán Argentina era la firma que se iba a encargar de una red ferroviaria de última generación para el desarrollo del tren bala 'Cobra', anunciado por la entonces presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, un 17 de octubre de 2008. Isolux integra el grupo Veloxia, que a su vez es liderado por la firma Alstom. 


Este holding también integra a la famosa Iecsa (Grupo SocMa) y Emepa. Según la compañía española, la remoción de los gerentes de la compañía en la Argentina fue una decisión que se tomó luego de una auditoría interna solicitada por la nueva dirección del grupo, que detectó “comportamientos irregulares” por parte de los administradores en nuestro país.

Medios españoles hablan de que los ejecutivos despedidos podrían haber malversado varios millones de euros en beneficio propio o a través de distintas prácticas como la entrega de cheques en diferido. Desde la sede de la firma, en Madrid, se limitaron a decir que serán las autoridades judiciales las que determinen qué tipo de delito cometieron.

Otro proyecto que compromete al holding en la Argentina, se encuentra la imponente obra de río Turbio, una central térmica que costó al Estado unos 1.260 millones de euros y la construcción de dos ciclos simples de más de 800 mw por otros 1.000 millones de euros.

Volviendo a la patética promesa del tren bala, es importante recordar la promesa de entonces que nunca se llegó a cumplir: Al escándalo que ya se había originado por el pésimo estado de los ferrocarriles en el país y las criticas de la oposición sobre la urgencia del proyecto, se sumó otra polémica: El esquema de financiación preveía saldar la inversión de u$s 4.000 millones con un crédito a largo plazo garantizado con la entrega de Títulos Públicos por 30 años.

La financiación externa por la totalidad de las obras, la aportaría el banco francés Natixis. El plan de Cristina era, durante su primera visita a Europa como jefa de Estado, llevarse los convenios firmados para el almuerzo que mantendría el 7 de abril de 2008 en París con Nicolás Sarkozy.

A mediados de abril se conocieron las denuncias de corrupción de Alstom por ‘sobornos globales’ pagados por la empresa. La investigación en Suiza y Francia seguían la sospecha de coimas que precedieron a megacontratos, en México, Venezuela, Brasil y la Argentina, donde incluía el caso del Tren Bala.

La empresa le pagó a Manuel Vázquez u$s 500 mil en concepto de consultoría. Vásquez era el principal asesor de Ricardo Jaime. A pesar de todo, el Gobierno continuó con su plan y recién a fines de abril, la presidente firmó finalmente el contrato para el tren bala.

Pero la crisis financiera internacional, desatada ese año, llegó a su clímax y cerró las vías de financiación. Natixis, estaba con las cuentas en rojo por casi 1.000 millones de euros. Mientras el Gobierno argentino mantenía la expectativa por la realización el faraónico proyecto, Alstom mantenía el depósito de la caución semestral de u$s 3 millones al Estado argentino, de acuerdo con el contrato firmado en 2008.

Pero en diciembre de 2010, por decisión del gobierno, ese depósito quedó suspendido hasta el primer semestre de 2011. Según indicaba el diario Ámbito Financiero, la empresa habría decidido dejar de mantener activa la caución y reclamar los u$s16 millones que había pagado.

Desde entonces Cristina tenía la responsabilidad de decidir si cancelaba el proyecto, pagaba el dinero requerido y/o encontraba nuevas fuentes de financiamiento. Hasta hoy nada más se supo del Tren. Actualmente, el grupo español está implicado en dos procesos judiciales. Uno de ellos, por posibles irregularidades en la adjudicación de las obras del tren de Alta Velocidad de Barcelona.

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