lunes, 4 de diciembre de 2017

PRESIÓN POR LAS REFORMAS PARA QUE LLEGUEN AL ÁRBOL DE NAVIDAD DE MACRI

POLÍTICA / EN EL CONGRESO 



La Administración Macri acelera los tiempos en el Congreso de la Nación a pesar de no tener asegurados los votos para todas las reformas que quiere tener sancionadas antes de fin de año. Aún así, ya armó la agenda del Legislativo: para la reforma laboral pretende que el 13/12 haya dictamen de comisión para tratarla en el recinto el 20 y girarla a Diputados. 


Entre el 11 y el 14 de diciembre, Diputados aprobaría la reforma tributaria y el Presupuesto 2018 para que luego el Senado, ya en la última semana del mes las convierta en ley.

La reforma previsional ya tiene media sanción de la Cámara alta, también se apunta a sancionarla antes de fin de mes. Todo debería estar listo para que en las dos primeras semanas de enero Macri proceda con la reglamentación, pero no es tan fácil.

Sobre la reforma provisional, el oficialismo asegura que ya tiene los votos aunque admite que están muy ajustados. El interbloque Cambiemos contará para entonces con unos 109 legisladores aproximadamente, a sólo 20 del quórum y del número para aprobar leyes con la mayoría absoluta de la cámara.

Con el kirchnerismo y el massismo en contra –pero reducidos en representantes- y algunos diputados de Diego Bossio también, el oficialismo dice contar con diputados que responden a sus gobernadores del mismo modo que ocurrió con los legisladores que en el Senado votaron a favor.

Todo apunta a la nueva bancada Justicialista que muchos ya denominan como interbloque “federal” después de que asuman los nuevos diputados que juran este 6 de diciembre.

De las tres reformas, la tributaria parece la menos tormentosa, si bien el Gobierno tuvo que ceder en los impuestos al vino y espumantes. En esa línea, estaría dispuesto a ceder también en cuanto al tributo a las bebidas azucaradas, que perjudica a las provincias del norte del país y que por ende se traduce en el rechazo de sus gobernadores y por añadidura de sus representantes en el Congreso.

Con esa concesión, el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne contaría con la norma aprobada el 27 de diciembre, según la optimista agenda elaborada por Cambiemos. Dujovne tiene un apuro comprensible.

Los cambios en Ganancias requieren que sean reglamentados antes de fin de enero para entrar en vigencia por tratarse de un tributo anual. La más complicada de las tres reformas es la laboral, demorada en el Senado por la falta de unidad de la CGT, pero especialmente de la familia Moyano y de Miguel Ángel Pichetto, que quiere contar con la venia de la central obrera unificada antes de votar a favor junto con el bloque del FpV-PJ.

A pesar de que el Gobierno nacional no consigue convencer a Hugo Moyano –en verdad quiere también que el padre de la familia discipline a sus hijos Facundo y Pablo- seguirá adelante con su plan: firmar dictamen de la reforma el 13 de diciembre en el plenario de comisiones de Presupuesto y Hacienda, Economía y Trabajo y Previsión Social.

Luego, esperará los 7 días hábiles reglamentarios para tratarlo el 20 de diciembre en recinto con el fin de aprobarla. Mientras tanto deberá asegurarse los votos, especialmente del peronismo que encabeza Pichetto, que se cree que para entonces verá reducida su fortaleza si se produce la ruptura con el sector de senadores que responden a Cristina Fernández, si es que ella arma bloque propio.

El problema de la reforma es el apoyo sindical, según supeditó Pichetto. Pero el Gobierno nacional también entiende la importancia del apoyo de la CGT y no repetir las experiencias del pasado, especialmente la más reciente recordada como la “Banelco”, fantasma que persigue al senador rionegrino.

La conducción tripartita de la CGT (es decir, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña) apoyan la reforma laboral tras algunas disidencias, incluso Hugo Moyano no la vería mal. Según Schmid, cercano al líder camionero, “en el aspecto último había manifestado que no era un mal acuerdo".

En declaraciones a Radio Belgrano el 2/12, el secretario general del sindicato de Dragado y Balizamiento reveló: "Cuando llegamos al último borrador, hablé con (Hugo) Moyano y si bien siempre se mantuvo en una posición más cerca de lo neutral, en el aspecto último había manifestado que no era un mal acuerdo".

El sindicalista también se refirió a la posición que mantiene el hijo del ex jefe de la CGT, Pablo Moyano, quien comparó la reforma laboral propuesta por el Gobierno con la antigua Ley Banelco de De La Rua.

"Yo no comparto que haya un negociado", respondió. "Acá hubo una discusión sobre la mesa y uno puede decir que le puede gustar o no, o que está más cercana del sector empresario, pero no comparto que acá haya un negociado", sentenció.

Con Hugo ‘neutral’, Pablo se acercó a Cristina y armó una marcha contra la reforma. Ahora se prepara otra en Plaza de Mayo. De la misma participarán también ATE, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Barrios de Pie, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Fesprosa, AAPM, docentes universitarios enrolados en la Conadu Histórica, CICOP, Ademys, Trabajadores del Cuero, UCRA, SUTNA y de AGD-UBA, entre otros.

Cambiemos intentaría meter en la grieta a Pablo del lado del kirchnerismo y aislados de la CGT. Otra alternativa que busca el Gobierno es que el triunvirato cegetista vaya al Congreso a ‘bancar’ la reforma y terminar de aislar a los Moyano, complicados judicialmente y enredados con el cristinismo.

Pichetto sigue esperando a Moyano, a pesar de que le dio el visto bueno al cronograma del Gobierno. Después de todo ellos pueden poner las fechas que quieran, pero eso no les garantiza los votos. “No hay ninguna voluntad por parte de los senadores para tratar el tema de la reforma laboral”, afirmó esta semana el presidente del bloque de senadores del PJ, a la vez que reclamó uniformidad de criterio a la dirigencia de la CGT.

“Mientras no tenga consenso en el sector del trabajo, no la vamos a acompañar”, reafirmó Pichetto el 2/12.

El contexto del apoyo moyanista se completa con la detención del vice de Independiente Noray Nakis y el custodio de Hugo. Luego, está la quiebra de OCA, siempre relacionada al líder camionero. Pero el problema es que Moyano padre no estaría muy dispuesto a frenar a sus hijos, especialmente a Pablo que se muestra como el más beligerante contra la reforma.

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