miércoles, 12 de septiembre de 2018

UNA SELECCIÓN DE BUENAS INTENCIONES

FÚTBOL / SELECCIÓN NACIONAL 

Foto: Corey Sipkin /EFE

(DP) - Nuevos convocados, nueva Selección. ¿Nueva idea para afrontar los partidos? Algo se vio. Algo que por supuesto debe considerarse. El 3-0 ante la débil Guatemala dejó un saldo positivo, pero no se puede soslayar la precariedad y las grandes limitaciones futbolísticas del adversario.


Frente a Colombia, ya sin José Pekerman como entrenador después de seis años al comando de la selección, el compromiso anunciaba dificultades de otro nivel. Argentina las afrontó mejor en el primer tiempo que en el segundo, cuando en los 20 minutos iniciales metió un pressing bien ejecutado que ahogó a su rival en todos los sectores.

En ese lapso favorable lo único que le faltó fue el gol. Porque tuvo presencia dominante, velocidad para descargar la pelota a los espacios y una aceptable precisión en Lo Celso y Palacios para ir en búsqueda de los últimos metros.

Ese segmento del partido, sin ninguna duda, es lo que habrá dejado más satisfecho al cuerpo técnico que lidera (¿de manera interina?) Lionel Scaloni.

Porque la Selección encontró orden y posibilidades de armonizar buenas intenciones ofensivas. ¿Cómo? Tocando rápido y sin prolongar el traslado. Yendo a interrumpir cualquier circuito de Colombia desde el mismo arranque de la jugada. Decidiéndose a protagonizar el partido sin dejar margen para otra opción. En ese lapso breve pero vibrante pareciera querer inspirarse esta nueva Selección.

¿Qué no tuvo la luz o la claridad suficiente para conquistar el gol que merecía? Es cierto. ¿Qué se apuró en el instante en que suele ser necesaria una pausa exacta para darle otra dimensión y otro vuelo a los tiempos de la jugada? También es cierto.

Pero fueron valiosos esos intentos. Interesantes por lo menos en la medida en que puedan extenderse y sumar mayor riqueza.

Después Colombia se fue reorganizando. Ganando en forma progresiva la posesión de la pelota y agrediendo a ese estupendo arquero que es Armani. Controlando el pressing y la circulación que pretendió expresar Argentina. Y el desarrolló se equilibró. Analizar de forma minuciosa y exhaustiva los distintos aportes individuales o poner el partido fuera de su contexto a pocas semanas de haber finalizado el Mundial, suena desproporcionado e injusto.

Lo importante es que quedaron en pie algunas señales. Algunos movimientos bien logrados en defensa y ataque. Y la sensación inequívoca de que está todo por construirse como estaba previsto.

No le fue mal a Scaloni en esta aventura futbolística que emprendió. Una aventura de altísimo riesgo que, en general, salió bien, a pesar de todos los cambios que realizó de un partido a otro y en un mismo partido. Sin embargo mostró rasgos de cierta personalidad el equipo, incluso en varios debutantes absolutos con la camiseta nacional.

Pedir o exigir en estas circunstancias grandes producciones es desconocer o ignorar la lógica aplicada del fútbol. Lo que hubo fue lo que más o menos un optimista podía esperar. O un perfil colectivo mejor de lo que algunos podían sospechar.

Esta Selección de buenas intenciones con algunos pasajes que vale la pena rescatar estuvo a la altura de las exigencias. No es poco en el marco de las urgencias por las que debía transitar. Es verdad que el 3-0 a Guatemala y el 0-0 ante Colombia terminan siendo resultados anecdóticos. Pero las anécdotas también sirven para comenzar a construir una relación después del colapso experimentado en Rusia 2018.

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