lunes, 26 de marzo de 2018

LABORATORIOS: LA PELEA CON LOS "MALOS" SIEMPRE RINDE

POLÍTICA / UNA IDEA QUE APOYA MACRI 



(U24) - La administración de Mauricio Macri ha encarado en los últimos días una dura negociación contra los poderosos laboratorios que le proveen medicamentos al Estado para bajar los precios, lo que reduciría el gasto presupuestario del PAMI entre 5.000 y 6.000 millones de pesos anuales. 


 Dicen que la intención es que bajen los precios de los remedios que consumen los jubilados, pero también que cambie la manera de compra por parte del PAMI y otros organismos estatales a las compañías.

 Sin embargo, la meta primera que subyace bajo esta lucha oficial contra un sector corporativo tan fuerte no es más que la búsqueda de rédito político. Las disputas contra sectores empresarios con imagen social negativa siempre rinden políticamente.

 Se puede apreciar fácilmente como una especie de "show" montado por el oficialismo, que sabe que tarde o temprano el convenio con los jubilados se hará efectivo, ya que conviene a ambas partes.

En efecto, los laboratorios extranjeros ya llegaron a un acuerdo, mientras que siguen las negociaciones con los representantes de la industria farmacéutica local. En el camino "demuestra" que está decidido a jugar fuerte contra un polo de poder simbólico mucho más visible aún que los industriales, con quienes la lucha derivó en la calificación de "llorones" a los empresarios fabriles. 

Hace poco Adolfo Rubinstein se vio con empresarios del sector y contó que había en marcha una licitación para traer a la Argentina 'Factor 8', un medicamento para la hemofilia. "Puede llegar bastante más barato", aseguró durante una charla en la que continuó dando pistas que inquietaron a la producción nacional.

 Este modelo de licitaciones para importar está en la cabeza del oficialismo desde el inicio del Gobierno, cuando los funcionarios ponían sobre la mesa ante el desboque de los precios la posible compra al exterior (La India y China), de remedios.

 Ahora el gobierno lo utiliza como herramienta de confrontación, pero todo es posible. Una baja de precios beneficiará al PAMI como organismo porque gastará menos, mientras que el afiliado pagará menos de diferencial a la hora de comprar los medicamentos en cada una de las farmacias que tienen la prestación de los descuentos.

 El actual convenio de abastecimiento de medicamentos vence el 31 de marzo y si para esa fecha no hay acuerdo, se firmará una prórroga por un mes más. En la administración central descartan que el 1 de abril los jubilados vayan a quedarse sin remedios.

 "Esto pasa todos los años y son los laboratorios los que operan en la prensa para plantear escenarios de catástrofe y así presionar más", explican en Cambiemos. "Es mucha guita en juego, son entre 5.000 y 6.000 millones de pesos al año que dejarían de salir de las arcas públicas sin desatender la cobertura de todos los jubilados", le dijo a un matutino provincial una alta fuente de la administración Macri.

 Para el Gobierno hay una certeza: muchos medicamentos están sobrefacturados, es decir, tienen precios que no se condicen con los valores registrados por las mismas drogas en países de la región, Europa o los Estados Unidos.

 Por ello, el Poder Ejecutivo decidió cambiar el modelo de compra de los remedios: se armó una enorme guilla de precios estimados sobre los valores reales de las drogas y la pone arriba de la mesa cada vez que el PAMI tiene que negociar un contrato.

Esa negociación es cara a cara: de un lado de la mesa, los gerentes de los laboratorios; del otro, uno de los vicejefes de Gabinete, Gustavo Lopetegui, y el titular del PAMI, Sergio Casinotti.

 Antes, durante el kirchnerismo y en los dos primeros años de gestión de Cambiemos, el Estado negociaba con las cámaras de laboratorios Cilfa y Cooperala (nacionales) y Caeme (extranjeros).

Pero eso cambió. Macri le ordenó a Lopetegui y Casinotti enfrenar a los laboratorios de manera particular. Como son más de 200, negocian con los más grandes y una vez que los quiebren, a los más chicos no les quedará alternativa que encolumnarse.

 Es que el PAMI compra el 40% de los medicamentos que se comercializan en la Argentina. Incluso, en las cámaras reconocen que si no fuera por ese organismo público más de 50 firmas deberían cerrar sus puertas.

 Como sea son más de uno los laboratorios que consideran que Cambiemos ya está negociando "a lo Moreno". No les queda otra que aceptar la nueva forma de negociar los contratos.

 No obstante, de esas negociaciones el Gobierno ya está obteniendo resultados: en plena puja con las empresas, logró quebrar la resistencia de tocar los precios y en la primera licitación pública obtuvo un descuento del 80% sobre el valor que pedían determinados laboratorios que producen drogas contra la hemofilia.

 El Gobierno busca que en una misma operación se compren los medicamentos que necesitan el Ministerio de Salud, el PAMI, IOMA y otras obras sociales que aceptaron sumarse a la estrategia. Con esto, el poder de fuego para pelear los precios es mucho más fuerte.

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