jueves, 19 de febrero de 2015

EL PODER DEL SILENCIO MARCÓ UN HECHO HISTÓRICO

AGENCIA / OPINIÓN 



 Una multitud bajo los paraguas. 

por CAROLINA DÁVILA 

 CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24).- Minutos antes de las 18:00 (hora que estaba pautada para el comienzo de la marcha), y cuando aún no había comenzado a llover, llegaron a la Plaza de los 2 Congresos los fiscales federales Guillermo Marijuan, Raúl Plee, Ricardo Sáenz, José María Campagnoli, Carlos Rívolo, Carlos Stornelli, Germán Moldes; Carlos Donoso Castex y Luis Cevasco, junto al secretario del gremio de los judiciales, Julio Piumato.



La gente los recibió con alborozo. Ellos parecían rock stars. Comenzaba la caminata hacia Plaza de Mayo. Miles de personas se iban acercando mientras la lluvia comenzaba.

Con el transcurrir de las horas, alrededor de 500.000 personas (sólo en la Ciudad de Buenos Aires) marchaban en el silencio, junto a los fiscales y los familiares de Alberto Nisman.

 Se encontraban presentes la madre de Nisman, Sara Garfunkel; su ex mujer, Sandra Arroyo Salgado, su tíaLidia y la hija mayor.

 No tardaron en llegar el ex legislador Ricardo Gil Lavedra; el senador nacional UCR, Mario Cimadevilla; el diputado nacional del PRO, Sergio Bergman; el fiscal general de Córdoba, Alberto Lozada; el juez en lo Penal Económico, Ezequiel Verón de Astrada; el fiscal federal, Germán Moldes; el ex fiscal Juan Romero Victorica; el juez Miguel Ángel Caminos; el juez de Casación Penal, Carlos Gemignani; el abogado Gustavo Kolmann; el fiscal Jorge López Lecube; el fiscal Carlos Rolero; el actor Luis Brandoni.

 Más adelante aparecería, perdido entre la multitud Mauricio Macri, junto a su mujer; también Sergio Massa fue uno más. Y mucha otra gente.

Desde la diputada nacional Coalición Cívica/ARI, Elisa Carrió; y el ex gobernador y senador nacional por Santa Fe, Carlos Reutemann; al senador y presidente de la UCR, Ernesto Sánz.

Además, las diputadas nacionales Patricia Bullrich y Laura Alonso; el diputado nacional Mauricio D'Alessandro; y el ex embajador ante los Estados Unidos y ex diputado Eduardo Amadeo.

 Tampoco faltaron las 2 principales instituciones judías de la Argentina: AMIA y DAIA. Leonardo Jmelnitzky, presidente de la mutual judía, consideró que la marcha fue con el propósito de “defender la democracia y seguir el reclamo de verdad y justicia".

 Los representantes de la Sociedad Rural Argentina dieron su presente en la marcha. Y los sindicalistas Hugo Moyano y Luis Barrionuevo.

 Pero, en especial, la gente. Mucha gente. Cientos de miles de personas.

Una multitud que impresionó a todos. Con el correr de los minutos podía observarse que esta marcha no sería igual a ninguna otra realizada durante la mal llamada Década Ganada. Los reclamos de la sociedad coincidían en la búsqueda de la verdad para esclarecer la muerte del fiscal pero también en un hartazgo hacia el gobierno nacional.

Lejos de ser una marcha violenta, la sociedad expresaba su descontento hacia las actitudes de la Presidenta frente a esta movilización multitudinaria y frente a la muerte del fiscal.

 El silencio de Cristina Kirchner era otro tipo de silencio al que se estaba viviendo allí, en Plaza de Mayo. La gente con sus paraguas bajo una lluvia intensa que parecía no importarle, le concedió su connotación.

Por allí se escucharon algunas arengas que fueron desde “Nisman presente”, “Todos somos Nisman”, y “Justicia”, hasta“Cristina asesina”.

 El Himno Nacional tendría otro impacto, entonado por miles de personas, luego del silencio, parecía un canto a la unión nacional y una invocación a la República.

 Durante las horas de la marcha, el gobierno nacional no emitió una sola palabra al respecto, después de tantos descalificativos hacia los fiscales que convocaban y la sociedad que reclamaba justicia, en ese preciso instante brillaban por su ausencia.

Pero en la red social Twitter, los militantes K trabajaron sin tregua intentando descalificar, agredir, ningunear a los movilizados. Ellos reivindicaban a una Presidenta recluida como si todo lo que estuviese sucediendo no estaría pasando en el país que gobierna.

 Nada de todo eso fue un impedimento para que aquellas centenares de miles de personas, bajo la lluvia, se movilizaran. Sus voces pedían ser escuchadas, su descontento era suficiente.

 ¿Qué dejó el 18F?

Dejó una sociedad que madura cada día un poco más, consciente de que el cambio sólo es posible si se lo propone. Ella dejó una enseñanza más allá de la muerte del fiscal Nisman acerca de la certeza de que si se quiere se puede. Y que la sociedad debe y tiene que ser protagonista de su propia historia.

 ¿Qué vendrá luego del 18F?

El calendario electoral es vertiginoso pero se descuenta que el gobierno seguirá con su misma actitud. No habrá otra opción que mostrar en las urnas qué futuro se desea para el país de todos.

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