martes, 8 de marzo de 2016

INADI: ÑOQUIS, INOPERANCIA Y MUCHOS MILITANTES K

SOCIEDAD / DESPIDOS 



A fines de febrero pasado, trabajadores del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), tomaron el edificio central en rechazo a unos 70 despidos y anunciaron un plan de lucha con protestas similares en todas las delegaciones del país. Fue la primera ‘limpieza’ en el organismo. 


Ahora el interventor Javier Buján desvinculó a más de 100 personas que representan el 20% de la planta del Instituto, pero también descubrió falencias graves en el funcionamiento del organismo así como otras irregularidades.

Según Buján, las 108 personas despedidas eran empleados con superposición de funciones, sin calificación para el cargo o que directamente no se presentaban a trabajar y cobraban igual.

En algunos casos, trabajadores sin la escuela primaria terminada ocupaban puestos en los que se requería a un psicólogo. Como en muchas dependencias del Estados, los militantes kirchneristas también engrosaron la plantilla de personal del Inadi.

Después de tres días de protestas en el edificio de Avenida de Mayo al 1400 y de negociación con el gremio estatal de ATE se firmó en el Ministerio de Modernización la reincorporación de apenas diez de los 108 despedidos, precisó el diario La Nación este martes (8/3),

Según las autoridades del Instituto, el Inadi no tiene computadoras propias, y las pocas que hay son máquinas añejas prestadas por la Sindicatura General de la Nación (Sigen).

Hasta hace unos meses tampoco tenía digitalizadas las resoluciones de las autoridades previas. Tampoco hubo transición entre el anterior interventor, Pedro Mouratian -designado por la presidenta Cristina Kirchneren 2011-, y el actual. Nunca se conocieron.

Entre los despedidos hubo casos de personas empleadas desde hacía más de seis años y que percibían un salario, pero que no iban a trabajar. Se trata de los denominados ‘ñoquis’. En tanto, el interventor destacó que los militantes kirchneristas que fueron incorporados en los últimos años conservan su cargo, excepto los que estaban en condición irregular.

Por otro lado, en cuanto a la infraestructura, había que comunicarse con las superpobladas delegaciones del interior a través del correo físico porque no había -y aún no hay- un sistema que las conectara en red.

Para agravar la situación, se produjo un hackeo sólo tres días después de que asumió la nueva conducción. Muy sospechoso.

Se descubrió en un depósito que había abandonados más de 10.000 ejemplares de textos impresos con recursos del Inadi que nunca fueron repartidos. El instituto contaba con apenas tres ejes centrales sobre los que trabajaba: diversidad, adultos mayores y racismo.

El primero de ellos era el único "fortalecido" que seguirá funcionando tal como estaba y Buján destacó la labor realizada en esa área.

La inoperancia es otro rasgo del Inadi en la era K: Como receptor de denuncias, en 2015 recibió sólo 1794, de las cuales el 59% no obtuvo resultados. Sin embargo, del 41% que fueron catalogadas como "resueltas" el 37% fue por "desistimiento o inacción" del denunciante.

Y podría haber más novedades porque las auditorías para conocer el verdadero estado de situación todavía no concluyeron.

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