lunes, 13 de junio de 2016

PREOCUPANTES RUMORES QUE LLEGAN DESDE EZEIZA

CONFIDENCIAL / EL REGRESO DE LOS EX 

GRANADOS / MATZKIN


Cuando acabó la ilusión de Daniel Scioli Presidente / Karina Rabolini 1ra. dama, Alejandro Granados regresó al frente del Ejecutivo municipal de Ezeiza, alcaldía creada a su medida y armoniosamente, dirían en el peronismo "orgánico". 


Deberá recordarse que en su rol de ministro de Seguridad bonaerense, Granados había instalado su sede operativa en el hotel de la franquicia Holiday Inn, junto a la Autopista Riccheri, donde se instaló el restaurante El Mangrullo, histórica parrilla de Granados.

De regreso a Ezeiza, Granados tomó varias decisiones importantes destinadas a mantener el poder acumulado desde la Seguridad provincial, con base en la Policía Bonaerense y las policías locales de varios municipios: acordó con su reemplazante, Cristian Ritondo, la continuidad de su alfil todo-terreno Fernando Jantus (el experimento concluyó, en el vendaval que provocó la llamada 'Triple Fuga' que amenizó el verano criollo); acordó con Ritondo la designación del comisario Pablo Bressi, ex jefe de la fuerza antinarcotráfico, como jefe de la Policía provincial; incorporó como asesor al comisario Hugo Matzkin, quien había sido el jefe de Bressi; contrató al comisario Osvaldo Zanotti como colaborador de Matzkin.

En esos días en las redes sociales se agitaban versiones sobre el supuesto faltante de equipamiento para seguridad e inteligencia comprado por el Ejército Argentino en días de César Milani como jefe de Estado Mayor. Por ese motivo llamó la atención que, con Matzkin y Zanotti ya instalados en Ezeiza, se mencionara a Milani como uno de los parroquianos del utilitario hotel/restaurante.

Los comentarios no terminaron ahí: también se mencionó al ex Director General de Reunión de la ex Secretaría de Inteligencia y ex jefe de la base Billinghurt de esa casa, Fernando Pocino, quien fue responsable en su momento del ingreso de Milani al universo K. Deberá recordarse que antes de las diferencias amargas entre Milani y Antonio Stiuso, ex Director de Operaciones de la ex Side, ocurrieron las diferencias entre Pocino y Stiuso.

Por ese motivo no era 'tirado de los pelos' que ya jubilados los personajes se cruzaran. Pero ¿jubilados? No faltan quienes lo desmienten, y fundamentan sus argumentos sobre intensa actividad en la zona de Ezeiza. En su momento, Matzkin fue promovido por el ex polémico exministro de Seguridad provincial, León Arslanian, quien puso en marcha el sistema de seguimiento de llamadas telefónicas para investigación criminal (VAIC).

Matzkin fue considerado un especialista en análisis de telecomunicaciones e informática, especialidad que ha frecuentado Milani como jefe de los espías militares. Con la gestión de Carlos Stornelli, Matzkin fue desplazado de la cúpula y "congelado" en un cargo inferior, hasta que se unificó Justicia y Seguridad con el ministro Ricardo Casal al frente, y volvió a tomar vuelo.

Más tarde arribó Granados, y alcanzó un estrellado definitivo. Cuando un importante senador bonaerense le explicó la gravedad del trascendido a un integrante del gabinete provincial, éste le dijo que tenía conocimiento que la AFI (Agencia Federal de Inteligencia) estaría"monitoreando" todo el tema.

¿Qué quiere decir "monitoreando"?

Insólito que una Administración Macri que llegó al Ejecutivo Nacional en nombre de la "nueva política" y de la transparencia del Estado brinde la torpe respuesta de que una actividad de"inteligencia" posiblemente ilegal, sólo merezca un "monitoreo".

Hoy día hay sospechas de que la AFI ha subcontratado tareas a oficinas no oficiales de inteligencia. Esto no sería nuevo, siempre ha ocurrido desde 1983 a la fecha.

¿O qué era el Grupo Alem que se creó en los días de Raúl Alfonsín? El problema es que el Grupo Alem terminó pésimo, en medio del secuestro y muerte del empresario Osvaldo Sivak. En ese grupo de tareas que trabajó para la democracia estaba Raúl Guglielminetti, que había trabajado para el Proceso de Reorganización Nacional, inclusive en América Central.

Gustavo Arribas, el jefe de la AFI, es un buen traficante de derechos deportivos y comerciales de jugadores de fútbol; y su adjunta, Silvia Madjadalani, además de 'amiga de la casa' en días de la ex Side, según dicen que ella misma presume, no tiene acceso a la mesa chica del Presidente.

Pero es muy posible que la subcontratación tenga que ver con la decisión de regresar a los gastos reservados y secretos de la agencia de espías.

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