jueves, 23 de noviembre de 2017

UN VIDEO DE LA CNN REVELA UNA SUBASTA DE ESCLAVOS

MUNDO / LIBIA EN EL SIGLO XXI 



 Libia es uno de los puntos de mayor tránsito de migrantes en el mundo, donde cada año cientos de miles de africanos intentan cruzar el mar y llegar a Europa, en busca de una mejor vida y huyendo de guerras y pobreza extrema. 


Además, África es el continente con mayor número de "esclavos modernos" por cada 1.000 habitantes, con 9.240.000 (tanto trabajos en condición de servidumbre como matrimonios forzados) -7,6 de cada 1.000-, seguida por Asia y el Pacífico (6,1 personas de cada 1.000, un total de 24.990 millones), con India (18,35 millones), China (3,38 millones), Pakistán (2,1) y Bangladesh a la cabeza.

En Europa y Asia central habría todavía 3.500.000 (3,9 por cada 1.000) de esclavos modernos, por delante de la región de las Américas o de los estados árabes, aunque la Organización Internacional del Trabajo advierte de la "falta de datos disponibles" en esta última área geográfica.

Decenas de personas se han manifestado, indignadas, frente a diversas embajadas libias en países europeos al grito de "deploramos la esclavitud" en sus pancartas y tuits. Las denuncias de un creciente moderno "mercado de esclavos" en Libia, donde se compra y vende hombres y mujeres subsaharianos atrapados en el país árabe en su odisea con destino Europa han removido conciencias y la opinión pública de miles de personas fuera y dentro del país.

Sin embargo, pese a que la esclavitud fue declarada ilegal por la mayoría de los países hace casi 150 años, la "esclavitud moderna" no es un fenómeno ni reciente ni circunscrito a Libia.

Por su parte, Mohammed Abdiker, director de operaciones y emergencias para la Organización Internacional para las Migraciones, dijo que la situación de los migrantes en Libia es extrema y urgente.

"Algunos reportes son realmente horribles y los últimos documentos sobre el mercado de esclavos puede incluirse en una larga de listas de atrocidades", dijo Abdiker.

Casi 25.000.000 de personas en todo el mundo sobreviven en situación de esclavitud y trabajos forzados, a lo que organizaciones internacionales en contra de la trata añaden los 15.400.000 de mujeres atrapadas en matrimonios forzosos: 40.300.000 de personas en total -5,4 por cada 1.000-, según cifras de 2016 estimadas por la Organización Internacional del Trabajo.

"La esclavitud nunca terminó, sólo ha evolucionado", Sophie Otiende, coordinadora de la organización HAART (Awareness Against Human Trafficking), que desde Kenia trata a nivel local el fenómeno de esta moderna esclavitud en África oriental.

Matrimonios forzados, servidumbre por deudas, prostitución forzosa o infantil, venta de órganos, adopciones forzadas e incluso inducción a actividades criminales como el terrorismo son sólo algunos de los ejemplos de esta nueva esclavitud.

"El tráfico de personas es una nueva forma de esclavitud", añade Otiende. Por otro lado, una reportera con un grupo de producción de la cadena estadounidense viajó hasta el país africano para ahondar más en el caso.

Allí, a las afueras de la capital Tripoli, con cámaras escondidas, fueron testigos de cómo en seis o siete minutos una docena de hombres fueron vendidos.

EL INFIERNO EN LIBIA

Uno de los que fue vendido, que viste camisa blanca y sudadera, es nigeriano, según confirmó CNN en su informe.

"¿Alguien necesita a un excavador? Éste es un excavador, un hombre grande y fuerte, él excavará", dice el subastador que viste ropa camuflada.

La dinámica es igual a la de cualquier subasta de objetos, solo que aquí se venden hombres como esclavos: alguien levanta la mano y de esta forma da entender que ofrece más y el precio sube:"500, 550, 600, 650…".

La reportera de CNN, luego de la subasta, pudo conocer a dos de los hombres que fueron vendidos, quienes no podían pronunciar una sola palabra, traumatizados por lo sucedido y sospechosos de todo aquel que se les acercara.

Los videos de CNN fueron entregados a las autoridades líbicas, que prometieron abrir una investigación para encontrar los responsables.

En el caso de las mujeres, la Organización Internacional de Migraciones (OIM) asegura que la venta es idéntica pero el destino es la prostitución, los abusos sexuales y las violaciones a las que son sometidas cuando las llevan a casas de particulares.

Un mercado de humanos que ocurre a solo unos kilómetros de la Unión Europea mientras desde Bruselas solo se escuchan compromisos que nunca llegan.

Mariam es una de las víctimas de esta esclavitud moderna, un concepto amplio que engloba a aquellos que son obligados a trabajar mediante coerción o amenazas tanto físicas como psicológicas, aquellos deshumanizados como "propiedad" de un "amo" o empleador, aquellos «vendidos» o aquellos a los que se les constriñe su libertad de movimiento.

Según un estudio publicado el pasado octubre por la OIT, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la fundación "Walk Free", el 60% de las víctimas de trabajos forzados son explotadas en el trabajo doméstico, pero también en la construcción, agricultura y pesca, fábricas clandestinas.

Casi 5.000.000 de mujeres -un 1% de hombres- son explotados sexualmente, ya como “esclavas sexuales” o forzadas a prostituirse. Las víctimas son generalmente de los grupos más vulnerables: etnias criminalizarlas, grupos sociales empobrecidos y excluidos, inmigrantes, minorías, mujeres y niños.

Las mujeres y niñas son el 71% de las víctimas de la esclavitud moderna: madre soltera, pobre y con un hijo, Mariam fue una presa "fácil" para las redes de explotación laboral en el Golfo, cuenta a este diario.

En el sudeste asiático, en cambio, la esclavitud moderna está ligada al sistema de discriminación por castas: la organización Anti-Slavery International estima que entre el 80 y el 98% de los trabajadores en condiciones de servidumbre en la región son de la casta dalit (los llamados "intocables") o de comunidades indígenas.

A algunos los obligan a trabajar. A otros los llevan a construcciones que son ya centros de retención en los que les dan un teléfono y les dicen que marquen el número de sus familiares para pedirles un rescate.

Muchas familias son incapaces de asumir la enorme suma que les ponen los captores. El tiempo que pasan en los centros, viven en condiciones extremas donde algunos acaban muriendo de inanición.

¿Hasta cuándo va a tener que tolerarse dicha situación? Estamos en el siglo XXI y parece que aún la gente tiene que soportar ser tratada como basura...

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