martes, 1 de noviembre de 2011

NOTA DE OPINIÓN

OPERACIONES CAMBIARIAS EN UNA FERIA POPULAR

Dolarización en La Salada: La Argentina que no mira el FpV


 La dolarización de la compra-venta textil en la Feria La Salada indica no solamente la necesidad de los concurrentes de protegerse ante la inflación sino la mentira del discurso gubernamental que atribuye la demanda de moneda extranjera a una conspiración poderosa.
por EDGAR MAINHARD
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El lunes 31/10 en el programa La Mirada, de Roberto García, por Canal 26, se habló de operaciones cambiarias en la feria de indumentaria La Salada, en Ingeniero Budge, en el partido de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires.
Resulta muy interesante profundizar ese fenómeno, que tiene que ver con el éxito del consumo popular que potenció el Frente para la Victoria en el poder desde 8 años, y por 4 años más, por lo menos.
En La Salada sucede desde 1991, con notable éxito comercial ya consolidado, un comercio informal de prendas textiles, calzado y accesorios, que convoca la concurrencia de compradores de todo el país e inclusive de países vecinos.
El origen de la feria se encuentra vinculado a inmigrantes bolivianos que se instalaron para consolidar, ese fenómeno que ha resistido hasta los embates de la Unión Europea que, en cierto momento, acusó de piratería industrial a la confección de artículos que en ese lugar se ofertan.
El 1er. paso hacia la realización de operaciones cambiarias fue la instalación de una agencia especializada en la transferencia de dinero dentro y fuera del país. El horario de funcionamiento de La Salada -habitualmente nocturno- impide la concurrencia a las operaciones cambiarias convencionales. La transferencia de dinero es un servicio no solamente demandado por los compradores sino también por los vendedores para el pago a proveedores paraguayos, y más tarde para el envío de remesas a sus familiares en sus países de origen, básicamente Bolivia (de donde provienen los accionistas de la inicial Urkupiña SA, que luego se dividió en Cooperativa Ocean y Punta Mogotes SA.).
El 2do. paso fue que, cada vez más, los compradores comenzaron a llegar a La Salada con dólares como moneda de pago. Es muy interesante el caso porque derrumba el discurso gubernamental de que los compradores de moneda extranjera son grupos económicos o grandes empresarios empeñados en una conspiración contra el Frente para la Victoria.
Nada que ver. Ahí hay un ejemplo concreto del alcance popular de la preferencia por la moneda extranjera en el comercio masivo. La dolarización se ha consolidado hasta en pequeños comerciantes que, cuando ellos venden su mercadería, la convierten en dólares para preservar el poder de compra del dinero, y así llegan a La Salada para adquirir un nuevo stock.
La dolarización de operaciones en La Salada explica el fracaso del discurso gubernamental acerca de que no hay inflación (expresada en el deterioro de la moneda argentina) y exhibe el instintivo acto reflejo de los pequeños comerciantes para proteger sus activos y su patrimonio. No hay política en todo eso.
Probablemente muchos de ellos son votantes del Frente para la Victoria que, inclusive, apoyan la permanencia de Cristina Fernández en la Presidencia de la Nación, y solamente desean continuar comerciando para ganarse la vida en forma lícita.
En la Feria La Salada, el discurso gubernamental se estrella con estrépito porque es un complejo ferial muy popular, un enorme conglomerado humano y económico donde no hay banqueros tramando la especulación con divisas. Es la Argentina real, la que no conocen ni Guillermo Moreno ni Ricardo Echegaray ni Amado Boudou.

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