miércoles, 8 de febrero de 2017

DOBLE CRIMEN EN PUNTA LARA: LA CENA CON UN "AMIGO" QUE TERMINÓ EN TRAGEDIA

POLICIALES / HORROR EN ENSENADA 

Doble crimen en Punta Lara: la cena con un "amigo" que terminó en tragedia



 Por Fabián Debesa / Clarín 

Una relación confusa, la promesa de un nuevo trabajo y una desaparición misteriosa forman parte de una historia que terminó de manera trágica y macabra: una mujer de 50 años y su hija de 15 aparecieron muertas y enterradas en el fondo de una casa de Punta Lara, en el partido de Ensenada. 


El presunto autor de la masacre es un electricista con personalidad mitómana que esta noche permanecía prófugo.

Maruja Chacón Pérez, una enfermera que trabajaba casi 16 horas por día en diferentes centros asistenciales de la zona y su hija, Shirley Cielo Barrientos, eran buscadas desde el 28 de enero pasado.

Ambas eran peruanas y vivían como pensionistas en una casa precaria de Moreno al 200, en Ensenada.

El día antes de la denuncia, Chacón Pérez les dijo a sus allegados que irían a cenar a “la casa de un amigo”. No las vieron nunca más.

Un conocido de las víctimas hizo la denuncia por la desaparición y la Policía comenzó a indagar en el entorno de las mujeres. Así llegaron hasta un tal “Hugo Marcos Amiel”, el alias que usaba Hugo Orlando Hidalgo (40), operario de una firma contratista que desarrolla tareas –entre otras firmas- para la destilería La Plata de YPF.

Cuando los investigadores hablaron con sus compañeros de trabajo les dijeron que había renunciado el miércoles pasado. El argumento para dejar la empresa fue escueto: “Me voy porque me mandé una cagada”.

Entonces, la Policía fue hasta la casa de Hidalgo, en la calle Brown número 319 de Punta Lara, enfrente a un complejo recreativo del Círculo Policial, que está en desuso. Estaba abandonada.

Revisaron el patio y en un sector con tierra removida del fondo del patio se encontraron con el horror. Los cadáveres estaban a un metro de profundidad, cerca de una parrilla, según describió la secretaria de Seguridad del municipio, Susana González.

“Primero estaba el de la chica. Debajo encontraron a su madre”, detalló la funcionaria que intervino en el procedimiento realizado en la madrugada de este martes.

Los cuerpos de Maruja y Shirley estaban envueltos en bolsas plásticas y mantas, en un pozo. De acuerdo con las pericias preliminares, el doble homicidio habría ocurrido el viernes 27 o sábado 28 de enero. O sea, a las pocas horas de la última vez que las vieron vivas.

Douglas Barrientos, hijo y hermano de las víctimas, aportó un dato estremecedor. Aseguró que una amiga se comunicó con Chacón Pérez luego de que las vieran por última vez y que si bien ella no contestó, se escuchó su voz de fondo que rogaba: “No, por favor, no quiero morir”. Y que luego la adolescente gritaba “Salí, salí”. De acuerdo a su relato, este diálogo fue grabado por la mujer.

El apodo que Hidalgo usaba para difundir fotos y textos en las redes sociales no era la única constancia de su mendacidad.

Según contó Kimberley Barrientos, hermana de la víctima adolescente, su madre conoció al electricista hace dos meses. Afirmó que “no eran pareja” y que se habrían vinculado a través de las redes sociales. También que les ofreció un trabajo mejor.

“Les dijo que estaba vinculado con una empresa de limpieza, que necesitaba cinco mujeres y que iba a contratar a mamá y a mi hermanita”, dijo la chica que vive en Perú.

“Es un mentiroso serial. Todos los datos que daba y la información que compartía con los conocidos no es cierta”, dijo un investigador a Clarín. Pero además, sería también un homicida. Es el principal sospechoso y es buscado en la capital bonaerense y en otros puntos del sur del Gran Buenos Aires.

Se desconocen los motivos que habrían llevado al hombre a cometer los crímenes. A última hora en la morgue judicial comenzaban las pericias para determinar las causas de las muertes. No se descarta un posible abuso sexual. Los cuerpos estaban desnudos. Los resultados de las pruebas se conocerán en dos días, según explicó el fiscal a cargo de la causa, Marcelo Romero.

El funcionario solicitó la detención de Hidalgo, también conocido como “Ninja”. Además del vínculo con las víctimas, otros elementos complican su situación procesal: en el allanamiento a su propiedad (que le alquilaba al dueño de la empresa contratista) encontraron ropa que pertenecería a Barrientos, con manchas compatibles con sangre.

LOS SUEÑOS DE LAS VÍCTIMAS Y LAS "ALMAS EN PENA"

Maruja Chacón Pérez y su hija Shirley Cielo Barrientos llegaron a La Plata en 2007, para buscar mejores condiciones de vida. Enseguida, la enfermera comenzó a realizar tareas en geriátricos y en centros asistenciales.

Shirley estaba en el tercer año de la escuela 13 de Ensenada. A sus amigas les decía que quería ser cantante. Y que cuando terminara la escuela se anotaría en una academia. El sueño juvenil quedó cercenado.

Por ahora nadie encuentra explicaciones para este final trágico. “Mi mamá era nuestro sustento, trabajaba para enviarnos dinero a nosotros”, contó desde Lima, Perú, Kimberley Barrientos, hija de Maruja y hermana de Shirley.

Según describió, el sospechoso “se presentó (ante su madre) como una mansa paloma, que las iba a apoyar en todo, que la iba a ayudar, la endulzó, la invitaba a hacer picadas, a hacer asados”.

Y recordó cuando ella le contó que, tras ir a la propiedad del prófugo, le dijo al hombre que percibía “almas en pena en esa casa” y que Hugo Hidalgo le respondió: “Sí, acá hay mucha gente muerta”. (www.clarin.com)

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