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Cristina Alemandi salió el jueves pasado de trabajar poco después de la medianoche y como todos los días fue caminando por la calle Belgrano rumbo a la parada del Metrobus. Pero cuando le faltaba una cuadra y media para llegar a la avenida 9 de Julio, un hombre salió de atrás de un árbol.
Se tiró encima de ella con un cuchillo y lo apoyó en su cuello. Nadie la escuchó gritar. No tenía intenciones de robarle. La mochila y el celular de la joven quedaron tirados en la vereda en medio de la lucha. La quería lastimar a ella para someterla, pero se encontró con una inesperada resistencia.
A pesar de eso, antes de escapar, la amenazó con cortarla, le pegó, intentó tres veces romperle el cuello y finalmente le pegó una patada en la espalda. Dolorida y asustada, Cristina se las arregló para subirse a un taxi e ir en busca de ayuda.
Pero entonces empezó una nueva lucha: encontrar quién la escuchara. No fue fácil tampoco eso. Cuando encontró un patrullero le respondieron que "no era su zona" y se fueron.
Así llegó hasta la comisaría correspondiente. La respuesta que obtuvo de ellos no fue tan diferente. Dijeron que mucho no se podía hacer. "Vamos a ver si pedimos una cámara", dijeron.
Las redes sociales terminaron siendo el espacio donde pudo compartir lo que le había pasado. Junto a una foto suya con las marcas de la agresión y después de un largo relato advirtió: "Tenemos coraje pero ellos tienen fuerza. No se confíen nunca para que no nos hagan mas daño y podamos seguir luchando juntas.". (TN)
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