(U24) - La designación de Luis Barrionuevo como interventor del Partido Justicialista nacional provocó un terremoto político. La conducción partidaria del sanjuanino José Luis Gioja apeló la intervención ordenada por la jueza María Servini y será la misma magistrada la que, entre hoy (16/4) y mañana (17/4), defina si da curso al reclamo y lo eleva a la Cámara Nacional Electoral. Ese tribunal es el que debe ratificar o rectificar el fallo de la jueza.
Mientras tanto, Barrionuevo no espera que quedé firma la sentencia de Servini y arma sus planes para el PJ generando ansiedad en el peronismo y en la Casa Rosada, con quien mantiene una mala relación.
Barrionuevo no fue la primera opción que tuvo Servini para elegir al interventor del PJ. Tampoco fue reciente su decisión, ya la venía analizando desde el año paso y el primero en ser contactado por la magistrada para ese rol habría sido el senador nacional Miguel Pichetto, quien rechazó el ofrecimiento.
Este año, Servini habría hecho más contactos también con resultado negativo hasta que se decantó por Barrionuevo, a quien le ofreció el puesto mediante una llamada telefónica según contó el propio gremialista.
Cuando se conoció el fallo de Servini, el peronismo apuntó al Gobierno nacional y lo acusó de estar detrás de la intervención y de la designación del gastronómico. Sin embargo, la relación de Mauricio Macri con Barrionuevo no está en su mejor momento.
El vínculo quedó resentido cuando el sindicalista se unió a la marcha contra el Gobierno que encabezó Hugo Moyano en la que denunció una persecución política. Aunque Barrionuevo luego se bajó de esa marcha argumentando que era “un amontonamiento de dirigentes”, en una clara alusión al componente kirchnerista de la manifestación.
Al gobierno le habría fallado Daniel Angelici, amigo de la jueza interventora y que no dio el aviso de lo que se venía. En Cambiemos saben que Barrionuevo alborotará al PJ, les sirve un peronismo dividido pero al mismo tiempo uno de los sectores afectados por la intervención es el peronismo dialoguista que encabeza Miguel Pichetto, y que es vital en el Congreso de la Nación.
También sabe Cambiemos que ese sector será su oponente electoral en 2019, por eso la irrupción de Barrionuevo es a largo plazo un factor disruptivo que podría ser beneficioso para el oficialismo. Lo que es seguro es que Barrionuevo no comulgará con el kirchnerismo, a quienes ve como su principal enemigo.
Pero el resto del peronismo no sabe qué esperar de él. Su mujer, Graciela Camaño, es la líder del bloque de peronistas de Sergio Massa y tiene buena relación con el gobernador salteño Urtubey. Ese grupo espera un señal del gastronómico si queda firme su designación.
Eduardo Duhalde, que pidió hace años la intervención –y que ocurrió recién por un pedido de sindicalistas cercanos a Barrionuevo- fue pedido por su entorno para presidir el partido si hay elecciones. Pero no quiso quedar pegado a la decisión de Servini.
Mientras tanto, Barrionuevo empieza a moverse. Según el diario Ámbito Financiero, motorizará mañana un intento por quedar al mando de las 62 Organizaciones, con ayuda de Hugo Moyano. Será con un encuentro de gremios en la sede porteña de la Asociación Obrera Textil.
Habrá barrionuevistas y moyanistas y otros sectores enojados con los "gordos" de los grandes sindicatos de servicios y los "independientes" de buen diálogo con el Gobierno con la intención de reestructurar la CGT y elegir a un nuevo líder.
En tanto, en el Interior temen por las intervenciones que pueda decidir Barrionuevo si queda firme en su puesto. Especialmente en los distritos provinciales identificados o conducidos por el kirchnerismo.
El primer objetivo sería el Partido Justicialista Distrito Santa Cruz, presidido hasta ahora por un histórico armador del kirchnerismo en esa provincia: Roque “Bicho” Ocampo.
Según el diario El Ancasti, en la provincia gobernada por Alicia Kirchner, ya suena un nombre: José Blassiotto. Otros objetivos podrían ser los distritos de Tucumán, Córdoba, Misiones y La Rioja.
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