(DP) - El extremo francés que juega en el París Saint Germain es imparable para nuestros defensores por su velocidad e inteligencia para buscar el espacio. Es hijo del Mundial que ganó Francia en 1998.
El 20 de diciembre de ese año, una París que todavía sentía los coletazos del máximo acontecimiento del fútbol recibió a Kylian Mbappe.
Casi 20 años después, Francia lo disfruta como una carta vital para su seleccionado. Mbappe fue un muchacho precoz: fue el debutante más joven de la historia del Mónaco (16 años y 345 días) y batió el récord que ostentó por 21 años Thierry Henry, nada menos.
En mayo de 2017, el atacante llevó al Mónaco a la consagración en la Ligue 1 después de 17 años sin festejos. Tres meses después, se marchó al París Saint Germain con una opción de compra de 180 millones de euros.
Allí es compañero de Ángel Di María y Giovanni Lo Celso. Mbappe fue una pesadilla para los defensores argentinos.
Recostado sobre la derecha, fue letal con sus diagonales hacia el medio. Con una corrida memorable provocó el penal de Marcos Rojo que derivó en el 1 a 0.
Y minutos después una diagonal suya obligó a Nicolás Tagliafico a cortarlo con falta cuando estaba punto de meterse en el área.
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