(DP) - El clásico Racing-River es una de las principales atracciones en los octavos de final de la Copa Libertadores. El partido de ida se jugará hoy en Avellaneda (desde las 19.30), mientras que la revancha, que decidirá quién llega a la próxima fase, está prevista para el miércoles 29.
En cuartos de final, el ganador se cruzará con el vencedor de la serie que protagonizarán otros dos campeones de la historia del certamen: Independiente y Santos.
El Racing de Eduardo Coudet -hombre con pasado riverplatense como futbolista- renovó su plantel, aunque la alineación para esta noche mostrará la base de la temporada pasada, con uno de los nuevos en el arco (Gabriel Arias) y con la vuelta de Gustavo Bou en lugar de LautaroMartínez, quien se llevó su calidad y sus goles al Inter de Italia.
Otro dato reciente señala que la ausencia de Alejandro Donatti, debido a una lesión muscular, le generó un dolor de cabeza al equipo del Chacho, que intentará hacerse fuerte en el Cilindro, para ir al Monumental con buenas chances de seguir en carrera.
Ausente en el mercado de pases, River confía en sus herramientas individuales y colectivas, y en la notable eficacia que ha exhibido en los choques de ida y vuelta durante la exitosa “era Gallardo”.
Luego de superar dos rondas en la Copa Argentina y a la espera del inicio de laSuperliga 2018-2019, el puntapié inicial del mano a mano ante Racing adquiere particular trascendencia en la agenda millonaria
Y aunque un empate podría ser negocio, no imaginamos que el equipo del Muñeco saldrá a la cancha pensando en eso de movida.
La postura habitual de River tiene decisión y agresividad. Encima, acumula un invicto de 19 partidos oficiales.
Y como en la vereda opuesta todo indica que Racing, por su estilo y por el impulso de su público, buscará el desequilibrio desde el vamos, la promesa de ver un trámite vibrante, sin demasiadas especulaciones, es concreta.
El desenlace se producirá en tres semanas, pero el encuentro de hoy tal vez entregue alguna pista para saber hacia dónde empieza a inclinarse la balanza.
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