jueves, 27 de noviembre de 2014

LLUEVE SOBRE MOJADO: MÁS MALAS NOTICIAS SOBRE EL TABACO

SOCIEDAD / INFORME ESPECIAL-CIGARRILLO MORTAL


Novedad: Después de que se haya fumado un cigarrillo en una habitación, e incluso habiendo ya desaparecido el humo por completo, persisten residuos de sustancias tóxicas pegadas a paredes y otras superficies.

Además, durante bastantes horas después de haber apagado el cigarrillo, flotan en el aire residuos de humo de tabaco inhalables.



Otra novedad: aunque un hombre no fume durante el embarazo de su mujer a fin de evitar perjudicar la salud del futuro hijo o hija de ambos, si antes de dejarla embarazada fumó mucho, puede ya haber causado que el bebé afronte un mayor riesgo de sufrir asma.

Una 3ra. noticia: Fumar podría incrementar el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos, o agravarlos, lo que, a su vez, puede influir en el riesgo de suicidio, tal como razonan los autores del estudio.

Se impone pues profundizar en la cuestión a través de nuevas investigaciones cerca de los efectos del tabaquismo sobre la salud mental.

Y la 4ta.: Para las personas que conviven con un fumador, en especial los niños, el riesgo de que aumenten los problemas cardiovasculares o metabólicos es enorme.

El tabaco es un producto de la agricultura originario de América y procesado a partir de las hojas de Nicotiana tabacum.

Se consume de varias formas, siendo la principal por combustión produciendo humo. Su particular contenido en nicotina la hace muy adictiva.

En las últimas décadas, las políticas de salud pública de una gran parte de los gobiernos occidentales tienen en el tabaquismo su caballo de batalla. 

Proliferan las reformas legislativas que tienen como objetivo controlar el margen de beneficios de las grandes tabaqueras, así como aumentar las cargas impositivas al tabaco o restringir los espacios en los que se permite fumar.

Pero no fue hasta la década de 1990 cuando realmente hubo consenso sobre el efecto nocivo del tabaco aunque, debido a la falta de pruebas, no se tenía del todo en cuenta la gravedad de la situación. Sin embargo, aunque el nivel de concientización sobre los efectos nocivos del tabaquismo ha aumentado sensiblemente, se percibe una cierta permisividad con respecto a otras sustancias afines.

Así, un estudio realizado en el Reino Unido analizó el daño que provocaban 20 sustancias psicoactivas y se calculó un valor relativo en una escala de 0 a 100 que refleja el daño de dichas sustancia para quien la consume + una 2da. variable que refleja el daño provocado a 3ros.

El valor relativo combinado de las 2 variables (daño propio y daño a terceros), ordenado de mayor a menor peligrosidad, muestra:

- alcohol (72),
- heroína (55),
- crack cocaína (54),
- metanfetamina (33),
- cocaína (27),
- tabaco (26),
- anfetamina (23),
- ácido gamma-hidroxibutírico también conocido como GHB o droga de violación (19),
- benzodiacepinas (15),
- ketamina (15),
- metadona (14), y otras menos dañinas para terceros, aunque lo sean para los usuarios: (éxtasis, mefedrona, solventes, LSD, hongos alucinógenos, cannabis, etc...).

El alcohol es 3 veces más dañino en conjunto (para sus consumidores y para quienes los rodean) que la cocaína, el tabaco y las anfetaminas; y mucho más nocivo que la marihuana.

Pero ¡cuidado! Hay novedades que no se conocían acerca del tabaco.

No hay humo pero hay daño 

En un nuevo estudio, el equipo de Lara Gundel, Jennifer Logue y Hugo Destaillats, del Laboratorio Nacional estadounidense Lawrence Berkeley (Berkeley Lab) en California (USA), ha evaluado los efectos para la salud de los residuos de las sustancias tóxicas del tabaco en el aire de interiores.

El equipo recogió datos de 2 entornos: 1- una sala del tamaño de una habitación en el laboratorio de Berkeley, donde una máquina“fumó” 6 cigarrillos y se vigilaron los niveles de materia particulada y de 58 compuestos orgánicos volátiles, durante un período de 18 horas; y 2 -  la casa de un fumador, donde las mediciones de campo se realizaron durante las 8 horas posteriores a que se fumara el último cigarrillo.

Midiendo los niveles de más de 50 compuestos orgánicos volátiles y partículas en suspensión durante 18 horas después de que se hubiera fumado, los autores de este estudio encontraron que los residuos flotantes continúan teniendo un efecto peligroso para la salud durante muchas horas después de que se haya apagado el cigarrillo.

Muchos fumadores saben que el humo “de 2da. mano” (el inhalado por los fumadores pasivos) es dañino, así que no fuman cuando están presentes sus hijos.

Pero si, por ejemplo, dejan de fumar a las 16:00 y los niños llegan a casa a las 18:00, lo revelado por los nuevos análisis indica que el efecto pernicioso de la inhalación de residuos de humo no habrá desaparecido por completo sino que se conservará hasta en un 60% del valor inicial.

Mayor riesgo de asma para el bebé 

 Otra investigación, cuyos resultados se han presentado en un congreso internacional de la European Respiratory Society (Sociedad Respiratoria Europea), en Múnich (Alemania), es la primera realizada sobre individuos humanos en la cual se analiza el vínculo entre el hábito de fumar de un padre antes de la concepción y el riesgo de que su bebé sufra asma.

Este hallazgo se suma a la creciente cantidad de evidencias aportadas por estudios hechos con animales y que sugieren que la exposición del padre al tabaco antes de la concepción puede perjudicar la salud de sus hijos.

El equipo de la Dra. Cecile Svanes, de la Universidad de Bergen, en Noruega, analizó el alcance del hábito de fumar en más de 13.000 hombres y mujeres mediante un cuestionario.

Los investigadores estudiaron el vínculo con el tabaco tanto en madres como en padres, analizando la cantidad de años que una persona había fumado antes de concebir a su bebé, la incidencia de asma en los niños y si el padre había dejado de fumar antes de la concepción del bebé.

Los resultados han mostrado que el asma no alérgico (sin alergia al polen) era significativamente más frecuente en aquellos niños cuyo padre había fumado antes de concebirlos.

Este riesgo de padecer asma aumentaba si el padre había fumado desde antes de cumplir 15 años de edad, y este riesgo crecía conforme aumentaba el tiempo en que había estado fumando de manera habitual.

Los investigadores no observaron vínculo alguno entre el asma de un niño y el hábito de fumar de su madre antes de concebirlo.

Tal como aventura la Dra. Svanes, a la vista de estos inquietantes resultados, cabe plantearse que quizá la salud del bebé también podría verse influida por la exposición del padre o la madre, antes de la concepción, a otros tipos de contaminación del aire.

Suicidio 

Una 3ra. investigación realizada por el equipo del psiquiatra Richard A. Grucza, de la Escuela de Medicina de la Universidad Washington, en St. Louis, Missouri (USA), ha desembocado en una conclusión inquietante: el propio acto de fumar incrementa el riesgo de suicidio.

En el estudio se ha comprobado, entre otras cosas, que las políticas para limitar el consumo de tabaco en una zona reducen la tasa de suicidios en esa misma zona. El fenómeno se ha detectado en USA, sobre cuya población se ha hecho el estudio, pero parece razonable suponer que debe existir en muchos otros países. 

Concretamente, el equipo de Grucza ha constatado que en los estados que aplicaron impuestos más altos sobre los cigarrillos y políticas más estrictas sobre la limitación de fumar en lugares públicos, la tasa de suicidios disminuyó significativamente con respecto al promedio nacional.

Los investigadores lo han podido incluso calcular en términos monetarios: Su análisis muestra que cada dólar adicional en los impuestos sobre el tabaco estaba asociado a un 10% de descenso en el riesgo de suicidio.

Las prohibiciones de fumar en interiores también estaban asociadas a reducciones del riesgo. El equipo de Grucza analizó los datos recopilados a medida que los diferentes estados tomaron decisiones distintas sobre los impuestos al tabaco y sobre limitar cuándo y dónde podía fumar la gente.

Desde 1990 a 2004, los estados que adoptaron políticas de control del tabaco agresivas vieron disminuir su tasa de suicidios, en comparación con el promedio nacional ocurrió lo contrario en los estados con menores impuestos al tabaco y políticas menos estrictas sobre fumar en público.

En esos estados, la tasa de suicidios aumentó en relación con la media nacional, durante el mismo período de tiempo. A juzgar por los resultados de la investigación, parece que fumar podría incrementar el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos, o agravarlos, lo que, a su vez, puede influir en el riesgo de suicidio, tal como razonan los autores del estudio.

Se impone pues profundizar en la cuestión a través de nuevas investigaciones. En palabras de Grucza, es muy necesario observar más de cerca los efectos del tabaquismo sobre la salud mental.

Aumento de peso 

El equipo integrado, entre otros, por Benjamin Bikman, Mikayla Thatcher y Paul Reynolds, de la Universidad Brigham Young, en USA, ha determinado que la exposición al humo de cigarrillo puede en realidad causar un aumento de peso.

Además, y esto resulta especialmente importante, el efecto tiene una especial incidencia en el humo de “2da. mano” (el que inhalan los fumadores pasivos y que viene del extremo ardiente de un cigarrillo o de las bocanadas de humo exhaladas por el fumador)

Para las personas que conviven con un fumador, en especial los niños, el riesgo de que aumenten los problemas cardiovasculares o metabólicos es enorme, en palabras de Bikman, profesor de fisiología y biología del desarrollo en la citada universidad.

Los datos muestran que la mitad de la población estadounidense está expuesta al menos una vez al día al humo de 2da. mano de cigarrillos, y aproximadamente el 20% de los niños vive con alguien que fuma en casa. La situación es parecida en otros países.

Para llevar a cabo el estudio, sus autores expusieron a ratones de laboratorio a humo de segunda mano e hicieron un seguimiento de sus cambios metabólicos. Claramente, aquellos que fueron expuestos al humo ganaron peso.

Cuando los científicos examinaron los animales hasta el nivel celular, encontraron que el humo activó un lípido llamado ceramida que altera a las mitocondrias en las células, lo que causa a su vez la alteración de la función celular normal e inhibe la habilidad de las células para reaccionar debidamente a la insulina.

Una vez que alguien se convierte en resistente a la insulina, su cuerpo necesita más cantidad de ella. Y cada vez que la insulina alcanza niveles demasiado altos, el cuerpo fabrica grasa que tiende a acumularse en este. 

La clave para revertir los efectos generados por el humo de cigarrillo es, según han descubierto los autores del nuevo estudio, inhibir la ceramida. Estos investigadores hallaron que los ratones tratados con miriocina (un conocido bloqueador de la ceramida) no ganaron peso ni experimentaron problemas metabólicos.

Sin embargo, cuando ratones expuestos al humo fueron además alimentados con una dieta muy rica en azúcares, la alteración metabólica no pudo ser resuelta. Ahora, Bikman y sus colaboradores trabajan con la mayor celeridad posible junto a otros investigadores para encontrar un inhibidor de la ceramida que sea lo bastante adecuado en humanos para este tipo de uso y a las dosis necesarias.
Fuente: www.juntosbien.org

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