domingo, 21 de diciembre de 2014

LA CRISIS JUDICIAL SE CARGA A LA EX SIDE

AGENCIA / CLAVES 


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cristina Fernández de Kirchner se encuentra preocupada y furiosa: ¿cómo puede ser que siendo la Presidenta de la Nación no consiga cerrar en forma favorable aquellas causas judiciales que amenazan con amargarle la vida en 2015 y más allá también?



Ese es el nudo de la crisis que acabó con varios funcionarios y espías de la Secretaría de Inteligencia: alguien tenía que arder en la pira de la ira presidencial.

Poco importa que Héctor Icazuriaga fuese un inútil en las cuestiones de inteligencia del Estado. O que haya sido ella la única que desconocía que Carlos Larcher mantiene una cierta relación con Sergio Massa desde hace más de una década, cuando ni siquiera trabajaba en la Secretaría de Inteligencia pero él ya militaba en el kirchnerismo.

O que el interminable Jaime Stiuso fuese un incompetente que sólo se dedicaba a sus intereses privados que le permiten una buena calidad de vida siempre que sea sin ostentación.

¿Recordará Cristina Fernández de Kirchner aquella denuncia de Gustavo Béliz contra Stiuso, y el kirchnerismo prefirió despedir a Béliz y conservar al ingeniero electrónico espía?

O que la Secretaría de Inteligencia resulte un organismo oneroso para una tarea nula, totalmente opacada por el sistema (¿ilegal?) que montó el general César Milani en el Ejército Argentino, y el sistema (legal) que responde a Sergio Berni desde las fuerzas de seguridad.

No. Lo único que importa era apaciguar la furia de ella, a quien nada consigue satisfacer en los últimos tiempos y por sus médicos tiemblan pensando cuándo llega el próximo pico de estrés.

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