Crédito: TÉLAM |
Fue 4-0 ante Gimnasia con goles de Nery Domínguez, Ruben (2) y Larrondo de penal. Ahora está a dos puntos del escolta San Lorenzo, al que visitará en la próxima fecha.
Los agoreros que decían que en algún momento Central se caería porque no aguantaría el ritmo de la pelea por el título, tendrán que seguir esperando. A sólo cuatro fechas del final del campeonato, el equipo de Eduardo Coudet pasó con creces una nueva prueba, aplastó 4-0 al duro Gimnasia y quedó a tiro de alcanzar en el segundo lugar a San Lorenzo, al que enfrentará el sábado próximo.
Y sabe que un nuevo tropezón de Boca hasta le abriría espacio para soñar con ese título que no gana desde 1987. Gimnasia demostró desde el comienzo del partido que no estaba dispuesto a resignar el rol protagónico en el partido.
Al equipo de Troglio no pareció importarle el enorme respaldo a Central en el Gigante de Arroyito ni mucho menos la excelente campaña de los de Coudet, todavía con aspiraciones de ser campeones.
Y así fue como tuvieron a los 13 minutos la primera llegada clarísima del partido, con un cabezazo de Mazzola en el borde del área chica que alcanzó a manotear Caranta en una gran intervención.
Pero Central encontró en el talento individual -apoyado por una buena acción colectiva- la manera de pasar adelante en el marcador. Iban 26 minutos cuando después de una buena rotación de la pelota alrededor del área la pelota le quedó de frente al arco a Nery Domínguez, quien clavó un remate espectacular en el ángulo, inatajable para Navarro, y el estadio estalló en un grito.
Apenas pasaron dos minutos para que el local consiguiera un nuevo impacto: Ruben quedó mano a mano contra el arquero y definió con enorme categoría, picándole la pelota apenas por arriba del cuerpo, para poner el 2-0.
En un rato, el partido estaba casi liquidado. No llamó la atención que el partido se planchara en el segundo tiempo. Gimnasia, extrañamente para un equipo que hace de la motivación uno de sus mayores valores, pareció sentirse vencido mientras Central administraba la ventaja.
Las llegadas a los arcos eran muy esporádicas, pero a los 26 minutos volvió a quedar demostrado que era la tarde del local: Pinola escaló por la izquierda y mandó un centro medido que Ruben, entrando por el segundo palo y sin marcas, envió con comodidad a la red.
El Gigante era una fiesta. Ya no hubo espacio para más novedades, más allá de algunas oportunidades de las que dispusieron ambos.
Central se quedó con la satisfacción del deber cumplido y la esperanza más fuerte que nunca. En la próxima fecha, irá por San Lorenzo, al que pasaría en la tabla con una victoria. Y en la última, recibe a Boca, así que ¿quién le quita la posibilidad de soñar? (clarín.com.ar)
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