jueves, 3 de septiembre de 2015

LA FAMILIA DEL NIÑO AHOGADO BUSCÓ IR A REFUGIARSE A CANADÁ

PANORAMA INTERNACIONAL 


 CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - La imagen en la que se ve a uno de los tres niños que han muerto ahogados y han aparecido en una playa de Turquía la madrugada del miércoles ha tenido una gran repercusión mediática. 



Gran parte de las cabeceras internacionales han coincidido en resaltar el valor simbólico de la instantánea, que retrata, de la forma más trágica hasta hoy, la crisis migratoria que vive Europa.

Las redes sociales se han llenado de expresiones de horror y mensajes de condena por la incapacidad del continente de encontrar una solución.

 A primera hora de la mañana la policía paramilitar turca, advertida por los gritos de los supervivientes, ha recuperado doce cadáveres entre ellos, un niño de tres años de edad, cuyas fotos han invadido las redes sociales con la etiqueta #KiyiyaVuranInsanlik, que significa "fracaso de la humanidad" en turco.

 El tratamiento de las imágenes ha sido distinto según el medio. Algunos, como la cadena de televisión Al Jazzera, han optado por no publicar la foto, para no herir sensibilidades y respetar al menor fallecido, y ha preferido enseñar la ropa de los cadáveres tendida en la arena.

 La prensa europea es la que se ha hecho más eco de las imágenes, el diario británico The Guardian considera que esta imagen representa "todo el horror del drama humano que está ocurriendo en las costas europeas".

The Independent, por su parte, titula el artículo con un claro mensaje: "Si esta extraordinariamente poderosa imagen de un niño muerto tumbado en la playa no cambia la actitud de Europa frente a los refugiados, ¿qué lo hará?". E incluye en la pieza una nota del editor dando explicaciones de su publicación.

 En Italia, el diario La Repubblica tuiteó: "La imagen que silencia el mundo".

Y el The Washington Post reitera: "Un bebé muerto se convierte en el símbolo más trágico de la crisis de refugiados de Europa".

 BUSCANDO ASILO EN CANADÁ

 La barca hinchable en la que viajaban la familia del niño y otros refugiados sirios –un total de seis personas- partió en la noche del martes al miércoles de la península de Bodrum (suroeste de Turquía) con destino a la isla de Kos.

Pero jamás llegó a su destino. Junto al pequeño sirio murió su hermano, Galib (de 5 años), su madre, Rihan Kurdi (de 35 años) y un joven de 18 años.

Sólo dos personas, una de ellas el padre de la familia Kurdi, Abdullah, lograron ser rescatadas por los guardacostas turcos.

 De acuerdo a los medios locales, los Kurdi habían escapado de Kobane, la ciudad kurdo-siria fronteriza con Turquía que, durante casi medio año, fue fieramente asediada por el Estado Islámico.

Con todo, dos fuentes del gobierno cantonal de Kobane consultadas por este diario afirman que todavía no se ha podido confirmar su origen: “Estamos tratando de identificar a la familia, pero su apellido es muy genérico y, además de en Kobane, hay Kurdi en las zonas de Raqqa, Alepo y Homs”, aseguró a EL PAÍS el viceministro de Exteriores de Kobane, Idris Nassan.

Otra fuente gubernamental explicó que “poco a poco” la mayoría de los refugiados que huyeron de Kobane “están regresando” después de que las milicias kurdas hayan asegurado su control sobre el terreno: “Pero hay algunos, que huyeron a Turquía antes del asedio del Estado Islámico, que sí quieren escapar a Europa, la mayoría habla de ir a Alemania”.

 Al parecer este no era el destino preferido por los Kurdi, que habrían intentado obtener un visado para Canadá, según la prensa de ese país. En unas declaraciones citadas por el diario Ottawa Citizen, la tía del pequeño Aylan, Teema Kurdi, residente en Vancouver desde hace más de 20 años, explicó que la Oficina de Ciudadanía e Inmigración de Canadá rechazó la petición de asilo que sus parientes habían solicitado en una representación consular canadiense en Turquía.

 "Yo estaba intentando patrocinarles, y mis amigos y mis vecinos me ayudaron con los depósitos bancarios, pero no pudimos conseguir sacarlos y por eso se subieron en un bote", ha precisado la tía en el diario canadiense.

"Yo incluso les pagaba el alquiler en Turquía, pero es horrible el modo en que tratan a los sirios allí", ha añadido. Aylan y Galib no fueron los únicos niños que fallecieron esa fatídica noche.

Otra embarcación naufragó mientras seguían la misma ruta que el bote de los Kurdi. Ocho personas murieron, entre ellas una bebé de 9 meses, dos gemelos de año y medio y dos hermanos de 9 y 11 años.

En esta barca, con capacidad para 10 ocupantes, viajaban 17 refugiados sirios por lo que se cree que fue el exceso de peso lo que hundió el bote. Sólo siete personas sobrevivieron y dos aún no han sido halladas, aunque un oficial de la Armada turca citado por Reuters reconoció que apenas hay esperanza de que encontrar con vida a los desaparecidos.

Uno de los supervivientes, entrevistado por la agencia turca DHA, afirmó que habían pagado 2.050 euros por cabeza a los traficantes que organizaron el viaje de la costa turca a la isla griega de Kos.

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