lunes, 28 de marzo de 2016

MAURICIO, NO SÓLO DENUNCIAR LA CORRUPCIÓN VIEJA SINO IMPEDIR LA NUEVA TAMBIÉN

OPINIÓN / MACRI & LULA 



 por RAÚL ACOSTA 

ROSARIO. El “caso Lula” es la mejor alerta temprana para el gobierno argentino. Para los actores políticos argentinos. Macri tiene peligros cercanos, de mediano plazo y en el horizonte. Todos pueden resolverse detrás del primero. 


El problema mas serio de Mauricio Macri es la corrupción. La corrupción estructural tiene un solo nudo gordiano. La Ley de Financiamiento de Partidos Políticos. Lula es el espejo que adelanta. El progresismo se volvió populismo, sus ojos se cerraron, la trampa siguió andando.

La coima ganó la batalla, tal vez la guerra. Con una ley transparente desaparecerían los sobres manilas, perdón: desaparecerían los propietarios de sobres manilas, los portafolios oscuros y las valijas obscenas.

Todo en blanco, encima de la mesa y con aprobación del Estado. Si no se resuelve cabe la aseveración: por algo será… La presencia de Echegaray, evidentemente avalado por los legisladores de todos los partidos, constituye una evidencia del destino que nos espera.

Las películas de la corrupción (filmaciones) no necesitan subtitulado. El hombre que habilitó la oscuridad ahora maneja la luz. Es demasiado. Qué legislador puede, “enfrentado públicamente a la pregunta pública”, negarse a un financiamiento de las actividades políticas regulado por el Estado.

En blanco, con rendición de cuentas anual y monitoreo constante. Mucho menos a resolver el tema personal. El actor político y todos sus familiares con declaración jurada del ayer, el hoy y el mañana.

¿Quién…? Repito, públicamente… ¿quién? Expropiar los dineros del narcotráfico y endurecer las penas no tiene votos en contra ni siquiera para el propulsor de las garantías para los asesinos y no para las víctimas: Zaffaroni.

Es cierto que el mandato central del voto a Macri es que ataque la corrupción. No solo en el capítulo que no concreta, el ataque frontal a los enriquecimientos ilícitos (informándolos) y el estado de las empresas truchas (interviniéndolas) sino al mandato profundo que recibió y que ni siquiera propone, el cambio de hábitos, de posturas culturales.

Denunciar la corrupción sin cambiar la legislación para que el dinero negro sea perseguido y de ningún modo entre al circuito legal es “fulbito”. Fuegos artificiales. Los progresistas light defienden a Lula con tanta o mas vehemencia que los corruptos ladriprogresistas argentinos.

Bueno, Lula no robó un céntimo pero, acaso, saberlo y no hacer nada, conocer y dejar hacer ¿que es…? Vamos.

No se enriqueció, como es notorio en el caso de CFK, pero desde hace demasiado tiempo sabía la existencia de un delito y no denunciarlo tiene tipificación. Y no es un delito de gallináceas manoteadas en la oscuridad, es la comprobación que las empresas ponen dineros negros en campañas de todos los partidos políticos.

Todas las fracciones políticas fueron financiadas en negro sostuvieron, como legítima defensa, los delegados de Lula en Rosario. Vaya novedad, eso no quita que el PT recibió coimas, dádivas, dineros negros y practicaron tráfico de influencias.

El mayor reformador (opino que Henrique Cardoso fue mejor, pero…) el mayor y mas importante reformista de Brasil, verdaderamente progresista, el compañero Lula, sucumbió a la tentación. Cayó en el pecado. Silenció, aceptó.

Con Lula el progresismo se convierte en populismo corrupto. Lástima. Macri, si sólo denuncia la corrupción, si no avanza en los mecanismos que dejen el dinero de la droga fuera de la ley, no tendrá mediano plazo ni futuro diferente.

De qué modo manejar la seguridad en mitad de los dineros de la droga filtrándose en la policía, el ejército y la inteligencia argentina. La inseguridad gana por goleada. El miedo urbano es, además, cotidiano.

De qué modo mantener una justicia independiente y eficaz. La estatua de la justicia, sin venda, no tiene balanza y vende, al mejor postor, gorro, bandera y vincha. Es muy obvio que se votó contra la corrupción estructural, la inseguridad y el narcotráfico. Claro que si.

Como es mucho mas obvio que no hay resolución si no está en el código, en las leyes, en la conciencia ciudadana, en el mensaje.

Con Macri deben ganar los buenos o no será una buena película. Los defensores sostienen que MM no se parece en nada a Lula. Empresario uno, obrero el otro.

El asunto es la corrupción. Si no se parece en nada lo mejor será que todos lo veamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario