jueves, 8 de marzo de 2018

LA INDIGNACIÓN DE LOS EMPLEADOS DEL SOEME EN EL PREDIO DE PUNTA LARA

SOCIEDAD / EL CAMPING DE MARCELO BALCEDO 



(TN) - Marcelo Balcedo está muy comprometido con la Justicia de Uruguay y de la Argentina con causas de corrupción. Detenido en Montevideo, el país vecino ya concedió la extradición del extitular del SOEME y de su esposa, Paola Fiege. Allí lo investigan por lavado de dinero tras haberle encontrado millones de dólares en negro, una flota de autos de alta gama, propiedades y hasta un zoológico con animales exóticos. 


Pero detrás del sindicalista, hay cientos de trabajadores con bronca. Telenoche estuvo en el camping que su gremio tiene en la localidad de Punta Lara. El SOEME fue intervenido a fines de enero, y en febrero los ministerios de Trabajo nacional y bonaerense nombraron a quienes asumieron la conducción en forma temporaria: Conrado Reinke, por parte de Nación, y Antonio Mazzeo, licenciado en administración de empresas y asesor de un organismo de la gestión provincial.

La situación de transición genera complicaciones en los cientos de trabajadores que viven del sueldo del sindicato. Muchos de ellos, cumplen tareas en el camping de Punta Lara. Hasta el partido de Ensenada van miles de afiliados a pasar sus vacaciones. Algunos de los asistentes al predio ignoran la situación particular y no se preocupan por la situación del sindicalista.

"Yo no soy Dios para juzgarlo", comentó una trabajadora. Pero otros sí lo ven en forma negativa. "Cuando vimos todo nos quisimos matar", comentó otra.

De acuerdo a lo que varias personas empleadas del lugar le comentaron el equipo periodístico de Telenoche encabezado por Martín Ciccioli, esta semana se pueden empezar a acomodar los sueldos. Hace más de dos meses no cobran.

"Nosotros atendemos a la gente y esperamos que la intervención nos responda. Fui a la escuela con Balcedo. Siempre fue un excelente tipo. Marcelo iba con dos guardaespaldas a la escuela porque era hijo de Antonio, el padre, que era sindicalista", agregó otro empleado.

El afiliado no paga la entrada y con el dinero de los particulares, se solventan algunos gastos del lugar, más allá de los salarios. Muchos de los entrevistados, por su parte, no ven con buenos ojos lo que ocurrió.

"No sabíamos que tenía tantas cosas. Acá siempre funcionó todo con normalidad. Uno se hace mala sangre porque hay gente que la pasó mal", aseguró otro de los empleados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario