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| Fuente: LA NACION - Crédito: Daniel Jayo |
Hay partidos que marcan, que se transforman en un antes y un después. Para River , en el ciclo de Marcelo Gallardo , las tierras colombianas siempre han tenido un sabor especial: las tres visitas anteriores, con dos empates y una victoria, terminaron siendo vitales para el futuro.
Y esta noche puede volver a suceder: con tan solo un punto frente a Independiente Santa Fe , en Bogotá, el millonario pasará a los octavos de final de la Copa Libertadores . Los turbulentos meses de enero y febrero, tras un cierre de año tormentoso, parecen haber quedado atrás.
El viento a favor logrado tras haber derrotado a Boca en la Supercopa aún no ha detenido su marcha y, aunque uno de los tres objetivos planteados para el comienzo de año (la clasificación a la Libertadores 2019 a través de la Superliga) ya parece una utopía, predomina la tranquilidad.
Pero, aunque el empate le sirve, tres puntos pueden ser un envión clave para enfilar su camino hacia el primer puesto. Si gana, y Flamengo no derrota a Emelec el 16 de mayo en Río de Janeiro, ya lo asegurará. Si esto no sucede, podrá definirlo como local el 23 de mayo frente al equipo brasileño y tan solo un punto le bastará.
La historia reciente le guiña el ojo a Gallardo. El primer viaje del ciclo a Colombia fue en la final de la Sudamericana 2014. Aquel empate 1-1 frente a Atlético Nacional, con gol de Pisculichi, le permitió conseguir su primer título con la posterior victoria 2-0 en el Monumental. Luego, regresó para la Recopa Sudamericana 2016 en otro duelo decisivo y volvió a igualar: fue 0-0 en el Campín de Bogotá frente a Santa Fe.
En Núñez sentenció la serie: ganó 2-1 con gritos de Driussi y Alario y alzó su quinto campeonato internacional. La última visita, pese a que no tenía definiciones en el medio, terminó siendo un trampolín: en el debut de la Copa Libertadores 2017 y tras perder la Supercopa Argentina con Lanús, le ganó 3-1 a Independiente Medellín con goles de Alario, Driussi y Martínez Quarta.
A partir de allí, comenzó una racha de siete victorias en fila y quince partidos invicto entre el torneo local y el continental. Para buscar un nuevo impulso, Gallardo esperará hasta último momento para definir el equipo, tal como hizo en Guayaquil (decidió que Borré iba a jugar por Mora el mismo día del partido).
A priori, la idea sería repetir el once que le ganó a Boca, Defensa y Justicia y Emelec y empató con Santa Fe en el Monumental. Pero también existe la posibilidad de que el esquema 4-3-1-2 se transforme en un 4-4-1-1 con el ingreso de Quintero por Mora, en una decisión táctica. Así, Pity Martínez jugaría más adelantado, atrás de Pratto.
Por: Juan Patricio Balbi Vignolo / LA NACION
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