viernes, 5 de agosto de 2011

INFORME ESPECIAL

¿QUIÉN AYUDA A URTUBEY?

Le jeune gouverneur, las francesas y la mano que mece la investigación

La tarde del sábado 30 de julio forma parte ya de la historia negra del gobierno de Juan Manuel Urtubey. Los salteños recordarán por mucho tiempo la aparición del mandatario ante las cámaras como la primera demostración consistente de que el Gobernador de Salta -un político con casi un cuarto de siglo de ejercicio- no es en realidad ese líder tan sólido, tan aplomado y tan solvente que su entorno cercano piensa que es.
SALTA (Noticias Iruya).- A menos de una semana de aquella poco afortunada rueda de prensa, muchos piensan que el Gobernador cometió "errores imperdonables", equivocaciones de suficiente entidad como para poner en entredicho no solamente su gestión de la crisis provocada por el asesinato de las jóvenes francesas sino también su eficacia global como gobernante.

Uno de los puntos más controvertidos de su mensaje aquella tarde llegó cuando un periodista le preguntó por los casos de Diego Esper, Juan Carlos Hannawy y Cynthia Fernández, todos ellos asesinados en Salta en circunstancias todavía no esclarecidas.


"En Salta hay ahora independencia de poderes", respondió el Gobernador, dando a entender con ello dos cosas muy sencillas: (1) que el vacío de la investigación de aquellos crímenes solo es imputable al Poder Judicial (en términos coloquiales: "que cada palo que aguante su vela"), y (2) que, bajo su gobierno, Salta vive una era de pureza institucional sin precedentes, en la que cada función del Estado es ejercida con prístina independencia por las instituciones creadas por la Constitución.


Pero el mandatario dijo una cosa más: que la falta de independencia de los jueces y tribunales de justicia de Salta, la docilidad de los magistrados a los dictados del poder político y la influencia de los poderosos en la aplicación de la ley son cosas que ocurrían en Salta cuando su propio padre era el presidente de la Corte de Justicia, y su antiguo jefe, el gobernador Romero, ejercía omnímodamente el Poder Ejecutivo.


Es del caso suponer que ni el antiguo presidente de la Corte de Justicia de Salta -un jurista de alta nota- ni el anterior mandatario comparten este juicio tan aventurado y tajante.


No solo es probable que no lo compartan sino también que ambos piensen -como muchos salteños lo hacen ya- que la independencia de los jueces respecto de los poderosos y de los intereses estructurales de la política, ha sufrido un menoscabo todavía mayor durante el gobierno de Urtubey hijo.


Sin mencionar otros casos en donde los celulares del poder deciden importantes asuntos judiciales, sin recurrir siquiera al viejo método conservador de los alegatos "de oreja", el caso de la investigación del asesinato de las turistas francesas parece demostrar que el Gobernador de Salta es un convencido partidario del dicho "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago".


Cadena de presiones


Fuentes solventes, muy cercanas a la investigación, aseguran que la presión que está ejerciendo el Gobernador sobre los investigadores encargados de resolver el crimen de las jóvenes francesas es "brutal".


Estas fuentes afirman que el Gobernador de Salta les habría impuesto un plazo de tres días para resolver la causa y que de algún modo les habría hecho conocer su "deseo" de aprehender rápidamente a un culpable, "cualesquiera sean los métodos para alcanzar tal fin".


Hay quien sin embargo asegura que Urtubey solo "repercute presiones externas"; lo cual es muy probable, por cuanto el Gobernador ha admitido ayer que, a causa de este tema, recibe a diario llamadas de la Presidente de la Nación, quien a su vez las recibiría del propio presidente Nicolas Sarkozy.


Pero con presiones foráneas o sin ellas, las especulaciones apuntan a que es en realidad la mano del gobierno la que mece la cuna de la investigación. Es el Gobernador -dicen- quien "se llevará el gato el agua" si las cosas salen bien o el que volverá a esgrimir la "independencia de poderes" si las cosas no salen como él espera.


Nuevo escenario


Mientras el mundo mira a Salta con ojos expectantes, el gobierno de Urtubey se enfrenta a un escenario hasta ahora desconocido: el de las críticas internacionales.


El primer golpe fue la amplia difusión en Francia de la denuncia de brutalidad policial formulada en los medios por el primer detenido en la causa, que motivó una inmediata reacción para exigir una investigación "por métodos legales".


El segundo, fue el intento frustrado del Gobernador de fotografiarse con los familiares de las víctimas y de mediatizar un encuentro que debía forzosamente llevarse a cabo en la más estricta intimidad. A partir de este hecho desafortunado, los medios franceses comenzaron a referirse a Urtubey llamándole "le jeune gouverneur de Salta" (el joven Gobernador de Salta), algo que no sucedió en los primeros días y que inequívocamente apunta a poner de relieve su inexperiencia.


El tercero, conocido hace apenas unas horas, es la repercusión negativa que han tenido en el exterior las declaraciones de un hermano del gobernador Urtubey descalificando a un medio de prensa de Salta, algo que ha puesto en seria duda el valor que para el gobierno tiene la libertad de informar en nuestra Provincia e insinúa una vinculación del gobierno a la investigación mucho más estrecha de lo que en un principio se suponía.


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