sábado, 15 de octubre de 2011

NOTA DE OPINIÓN

MURIÓ UNA LUCHADORA POR LOS DERECHOS HUMANOS

Adiós a Laura Pollán, líder de Damas de Blanco


 El castrismo cavernícola latinoamericano no la reconocerá como luchadora de los derechos humanos pero Laura Pollán fue una infatigable defensora de la dignidad, la libertad y la verdadera autodeterminación de los pueblos.

Laura Pollán, una de las líderes del grupo de familiares de ex presos políticos cubanos conocido como Damas de Blanco, falleció ayer (viernes 14/10) tras un paro cardiorespiratorio.


"Laura Pollán acaba de fallecer (...) Murió a las 19:50 (hora local) de un paro cardiorespiratorio", escribió la bloguera Yoani Sánchez en su cuenta de Twitter.


La opositora Martha Beatriz Roque también reportó la noticia en el sitio Háblalo sin Miedo, tras una conversación telefónica con otras disidentes que estaban en el hospital Calixto García de La Habana.


Bertha Soler, también fundadora del las Damas de Blanco, y el esposo de Pollán, Héctor Maseda, confirmaron a la agencia Reuters el fallecimiento.


"Estuvieron tratando de reanimarla durante casi una hora", dijo Maseda a Reuters en el hospital, en que se veían agentes de seguridad vestidos de civil.


La fundación


El grupo Damas de Blanco fue fundado por las esposas, madres e hijas de los 75 opositores encarcelados durante la ola represiva en el 2003 conocida como la Primavera Negra de Cuba.


Pollán, una maestra de profesión, se hizo conocida por marchar desde el 2003 por las calles de La Habana junto al grupo de mujeres vestidas de blanco y con gladiolos en las manos para exigir al Gobierno la liberación de decenas de disidentes cubanos condenados ese año a penas de entre 6 y 28 años de cárcel.


Entre esos detenidos estuvo Macera, el esposo de Pollán, quien se reunía con las otras mujeres en Villa Maristas, el centro de detenciones e interrogaciones de la Seguridad del Estado, mientras esperaban visitar a sus esposos.


Pollán logro juntar a varias de las mujeres para realizar protestas después de las misas del domingo en la iglesia Santa Rita. Todas iban vestidas de blanco y llevaban gladiolos en sus manos para demandar la libertad de sus familiares.


El grupo ganó en el 2005 el premio más importante de los derechos humanos entregado por el Parlamento Europeo, el Premio Sajarov, y poco a poco se convirtió en el único grupo disidente que el gobierno cubano permite protestar en las calles de La Habana todos los domingos.


Las presiones de las mujeres también contribuyeron a que el gobernante cubano Raúl Castro anunciara el verano pasado la liberación de los últimos 52 disidentes del Grupo de los 75 que todavía quedaban en las cárceles.


Unos 115 prisioneros políticos fueron puestos en libertad finalmente y la mayoría fueron trasladados directamente de las cárceles a los aviones que los llevaron al exilio en España.


Pero Maseda, que fue puesto en libertad en febrero, y una docena más de presos políticos decidieron quedarse en Cuba para seguir la lucha contra el régimen.


Cuba considera a los disidentes como Pollán, Soler y Maseda, mercenarios al servicio de su enemigo Estados Unidos.


La enfermedad


Pollán, de 63 años, fue internada en la sala de cuidados intensivos del hospital de La Habana la semana pasada por una emergencia respiratoria.


El viernes 14/10 por la tarde, Labrada había reportado que su madre tenía dengue y seguía “muy grave pero estable”.


“Ella no ha empeorado, pero no ha mejorado porque todavía no puede respirar por sí misma”, dijo Labrada.


Los médicos que atendían a Pollán le quitaron el tubo por donde respiraba con la ayuda de una máquina, agregó, y le hicieron una traqueotomía para reconectarla al respirador.


Pollán también padecía de diabetes y alta presión arterial, pero esas enfermedades habían sido mantenidas bajo control durante su estancia en el hospital, indicó Labrada.


Las últimas pruebas mostraron que Pollán sufría de una infección en los riñones “pequeña y no alarmante”, según Labrada, y un caso activo de dengue, una enfermedad transmitida  por mosquitos y por estos días frecuente en La Habana.


Las fiebres producidas por el tipo de dengue 4, que sufría Pollán, no eran especialmente fuertes, pero estaban complicando sus problemas de salud, causados principalmente por una fuerte neumonía viral.


“Estas son cosas que son pequeñas, pero que se añaden al caso de una persona que ya tiene el sistema inmunológico deprimido”, comentó Labrada.


Cenizas en campo con flores


Maseda, quien fue liberado este año tras un inédito diálogo entre la Iglesia Católica y el Gobierno cubano que ayudó a impulsar Pollán, dijo a Reuters que tanto él como la hija de la fallecida "autorizaron" que se le practicara la necropsia al cuerpo.


"La vamos a velar en nuestra casa un rato, deseamos cremarla porque fue su última voluntad y sus cenizas en un momento dado, que no tiene que ser necesariamente ahora, las llevaremos a un campo con flores y las esparciremos y lo que vamos a hacer es familiar, no de otra naturaleza", dijo visiblemente afectado.


"Desearíamos que ese velatorio no se convirtiera en un acto propagandístico ni de divulgación porque es familiar", aclaró Maseda a periodistas en las afueras de la clínica donde falleció su esposa.


Pollán pidió el pasado año al cardenal cubano Jaime Ortega que intercediera por ellas y sus familiares presos ante el Gobierno de la isla.


Ese fue el empujón para un inédito diálogo ente la Iglesia y el Gobierno de Raúl Castro que llevó a la liberación de decenas de presos políticos, la mayoría de los cuales emigró a España y otros países con sus familiares.


Elizardo Sánchez, portavoz de la ilegal pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos, lamentó el fallecimiento de Pollán.


"Es realmente una mala noticia para el movimiento de derechos humanos y pro-democracia. Es una pérdida irreparable", dijo Sánchez por teléfono a Reuters.

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