sábado, 7 de enero de 2012

LATINOAMÉRICA

UNA DESNACIONALIZADA SIDERURGIA EXIGE MENOS IMPORTACIONES
El acierto de Techint ante el Brasil que viene

 De los 5 grandes grupos siderúrgicos brasileños, 3 ya tienen como socios controlantes a capitales extranjeros, advierten en el socio del Mercosur. Y encuentran que la tendencia de desnacionalización va a continuar... siempre que no continúen las importaciones de acero. Ese enfoque vuelve muy acertada la decisión de Techint de invertir en Brasil: la desnacionalización iba a ocurrir de todos modos, y también el cierre del mercado, por lo que había que estar adentro.


 URGENTE24/N. de la R.: Mucho le molestó inicialmente al Frente para la Victoria que Organización Techint decidiera invertir en Brasil. Pero ya se conoce que el FpV carece de visión estratégica, al menos para la economía. De lo contrario no tendría delante un problemón tarifario que resolver y ni hablar del inflacionario. Los acontecimientos que se suceden en Brasil, demuestran que el enfoque y la decisión de Techint fueron oportunos y acertados porque desde la Argentina en breve ya no podría exportar a Brasil:


RIO DE JANEIRO (O Estado de S. Paulo). La industria siderúrgica brasileña está en vías de pasar por una nueva ola de desnacionalización. Inicialmente controlado por el Estado, el sector del acero hoy en día se concentra en cinco grupos principales, que tiene más del 90% de la capacidad del mercado. De los cinco, tres tienen empresas extranjeras como principales controladoras. El caso más reciente fue la entrada de la ítalo-argentino Techint en Usiminas.

Esta tendencia deber continuar. Ejecutivos de la siderurgia brasileña que viajan al extranjero han percibido el interés de grupos de países como India y China y Europa para entrar en Brasil, en nuevas empresas o en empresas ya existentes.

"Hoy en día lo que más he escuchado en varias misiones es que Brasil es el país del futuro, así que vamos a poner nuestras plantas allí, porque es ahí donde habrá consumo. Vemos que vienen de China, India y de la Comunidad Europea", dice el presidente de ArcelorMittal Aços Longos América do Sul, Augusto Espeschit.

Además de ArcelorMittal y Usiminas, que transfirió 27,7% al grupo Techint, ThyssenKrupp integra el  club de las gigantes controladas por extranjeros, en Compañía Siderúrgica do Atlântico (CSA), una planta con participación minoritaria de Vale inaugurada en Río de Janeiro en 2010.

Frente a un exceso de capacidad de producción de 500 millones de toneladas de acero en el mundo, grandes grupos extranjeros han dirigido su mirada a Brasil y evalúan que el país está frente a una oportunidad única para dar un salto en el consumo del acero, impulsado por el desafío de resolver los problemas de infraestructura y de déficit habitacional y por el crecimiento de una clase media ávida de consumo.

Mientras China más que triplicó el consumo aparente de acero per cápita a 427 kilos por habitante entre 2001 y 2010, Brasil pasó desde 93,3 a 129,8 kilos.

Motivos

Los inductores del aumento de la demanda en el país son múltiples. La construcción de viviendas del programa Mina casa Minha vida, inversiones relacionadas con la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos, la reactivación de la industria naval y una serie de proyectos de fabricantes de automóviles para atraer la atención de los extranjeros, indican Guilherme Cardoso y Pedro Landim, jefe y gerente del área de Insumos Básicos del Banco Nacional de desarrollo Económico y Social (BNDES).

"Si una empresa en el mundo está dispuesta a poner en marcha una planta de acero, sin duda sobre su mesa estará Brasil", dice Cardoso. Él revela que el banco espera que la crisis internacional provoque retrasos en proyectos del sector en Brasil, pero no cancelaciones.

En diciembre pasado, el banco hizo cálculos de las inversiones en la industria de acero para el período comprendido entre 2012 y 2015. En cuatro años, la cantidad debe llegar a cerca de R$32.000 millones (UA$ 17.277 millones), un nivel ligeramente por debajo de los R$ 33.000 millones (US$ 17.817 millones) previstos anteriormente para el cuadrienio 2011-2014.

Cardoso señala que, cuando el país aún tiene capacidad de sobra en la producción de acero bruto, un aumento en las unidades de laminación sería suficiente. "En algún momento la capacidad de producción de acero bruto en Brasil tendrá que aumentar para satisfacer la demanda interna", dice.

La reciente avalancha  de importación de acero, productos siderúrgicos y bienes industrializados que contienen el insumo puede, sin embargo, frenar el impulso de la inversión extranjera.

Para el presidente del Instituto Aço Brasil, Marco Polo de Melo Lopes, la dificultad de competir con las importaciones debe hacer que, por ahora, las empresas extranjeras prefieran entrar aquí comprando participaciones.

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