miércoles, 25 de mayo de 2016

A LA SOMBRA DE LA MUERTE - LOS ENAMORADOS DE AUSCHWITZ

MEMORIA / UNA HISTORIA DE AMOR 

MALA     /      EDEK


Esta es una de las historias más trágicas del infierno de Auschwitz. La historia de amor de dos personas ante la cara inminente de la muerte. Esta es la historia de Romeo y Julieta de Auschwitz...


Edward Galinski (Edek) nació en 1923 en Jaroslaw (Polonia). Cuando estalló la guerra, tenía únicamente 16 años, y acababa de empezar un nuevo año en la escuela secundaria. En la primavera de 1940 fue detenido durante la redada y enviado a una prisión en Tarnów. De ahí, el 14 de junio de 1940, fue transferido al primer transporte del recién abierto campamento de Auschwitz.

Recibió el número 531. Para sobrevivir tuvo que transformarse muy rápido de niño a hombre. En muy poco tiempo llegó a dominar las reglas del juego para la supervivencia, es decir a quién y qué evitar, y a quién acercarse para sobrevivir. A principios de 1942, se las arregló para poder llegar al taller de cerrajería dirigida por el SS-Rottenführer Edward Lubusch.

Lubusch era una persona excepcional. Se ofreció para trabajar para el campo de concentración de Auschwitz, para evitar su envío al frente oriental. Convenció al comandante para abrir un taller de cerrajería en el campo y contrató a sus prisioneros, no con el fin de explotarlos, sino para ayudarlos.

En su taller, los prisioneros se estaban recuperando, y Lubusch robaba para ellos algunas porciones adicionales de alimentos. A menudo, daba empleo a las personas que no tenían ni idea sobre el trabajo en cerrajería, sólo para rescatarlas. Varias veces fue castigado por el comandante del campo por tratar de manera demasiado indulgente a los presos.

Para la realidad de Auschwitz, se podría decir que Edek vivió unas condiciones del campo bastante cómodas, no tuvo un trabajo agotador, obtuvo porciones adicionales de alimentos y aún no lo amenazaron de muerte. A finales de 1943, fue asignado al grupo de trabajadores instaladores que trabajaban en el campo de Birkenau.

Fue allí donde Edward vio lo más bonito que en su vida había conocido jamás. Era ella, Mala, una joven de cabello oscuro y sonrisa inocente. Los jóvenes se enamoraron a primera vista…

Mala nació en Polonia, pero pasó su infancia y juventud en Bélgica, donde sus padres emigraron. En septiembre de 1942, fue detenida durante la redada en la estación central de Amberes y transportada a Auschwitz. Ella era unos años mayor que Edek y al igual que él pertenecía a un grupo privilegiado de presos.

Debido al perfecto conocimiento de cinco idiomas: polaco, alemán, flamenco, francés e italiano actuaba como intérprete y mensajera. Por esta razón, ella era libre de moverse alrededor del campo, lo que utilizó para el tráfico de mensajes secretos para los presos y les proporcionaba la medicación.
Ella gozaba no sólo de la confianza de los presos, incluso de sus supervisores.

Desde entonces, los jóvenes enamorados buscaban cualquier oportunidad para poder verse a pesar del peligro. Vivieron una historia muy parecida a la de Romeo y Julieta, ya que su amor imposible era representado a la sombra de un escenario dantesco de muerte y dolor. Aunque un amor tan apasionado parecía ser algo imposible en un lugar donde reinaba el terror y la muerte entre los crematorios humeantes, los jóvenes se deseaban y vivían su amor.

Según cuenta un superviviente: “Todo sucedía en un lugar donde los miembros de las SS no se lo esperaban, en el bloque 30, el llamado rentgenraum, donde el Dr. Mengele y Schumann hacían pasar a mujeres y hombres previamente seleccionados para someterlos a unos experimentos de rayos X. Para esto servía esa mesa. Fue utilizada para matar, para esterilizar a los prisioneros, y también servía como una cama de amor para estos dos”.

Mala Zimetbaum
No duró mucho la inquietud de sentir su amor completamente libre, la pareja soñaba con disfrutar su felicidad fuera de ese mundo de muerte sin prejuicios…

Edek, junto con su amigo Wieslaw Kielar, durante algún tiempo tuvieron planeado escapar de Auschwitz. El plan era tremendamente descarado: Edek, conociendo muy bien el alemán, iba estar vestido como un hombre de las SS y escoltar a su amigo a trabajar fuera del campamento. En un pueblo cercano les iba a esperar un hombre con ropa civil. El hombre de la SS, Lubusch les suministró el uniforme alemán y una pistola con tres balas. Sólo necesitaban un pase. Sin embargo, después de conocer a Mala, Edek dejó de pensar en escapar. Empezó a averiguar cómo conseguir sacar a su querida Mala de Auschwitz.

Se dió cuenta de que su estatus privilegiado no iba a durar para siempre y que tarde o temprano iba a terminar en la cámara de gas. Por si fuera poco, en la primavera de 1944 Mala enfermó de malaria. Sus días estaban contados. Al ver la angustia de su amigo, Wieslaw Kielar ofreció a Edek que Mala pudiera tomar su lugar en el plan de fuga.

La fecha de la fuga fue acordada para el sábado 24 de junio de 1944. Alrededor de las 10 de la mañana, se acercó a la puerta un hombre con el uniforme de las SS-Rottenführer, acompañado por un preso con un gran lavabo de porcelana en el hombro que le cubría por completo el rostro. El presunto miembro de las SS mostró a la guardia un pase falso, explicando que se le ordenó instalar un fregadero nuevo en el apartamento de Auschwitz de un alemán, y junto con el prisionero se fueron tranquilamente.

Cuando desaparecieron de la vista de la guardia, Mala tiró el fregadero y se quitó el uniforme de preso, bajo el cual tenía un vestido. Ahora se veían como un hombre de la SS con su novia dando un paseo. Huyeron hacia el sur, hacia la frontera con Eslovaquia. Caminaron por la noche, escondiéndose durante el día entre el centeno.

De acuerdo con su plan inicial, tenían que huir a Zakopane, donde los esperaba en la casa el cuñado de Wieslaw Kielar, sin embargo, la pareja decidió cambiar el plan y correr directamente hacia la frontera. Cuando llegaron a la frontera todavía en el lado polaco, Mala fue a una tienda para comprar comida. Al no tener dinero, intentó pagar en oro, con una cadena que aún conservaba. Esta forma de pago llamó la atención del vendedor, quien informó a la policía local de la Gestapo.

Mala fue detenida cuando estaba de vuelta. Edek vio cómo estaban deteniendo a su amada y salió de su escondite, sabiendo que iban a ejecutar al amor de vida por la fuga, por eso no dudo en ningún momento y se entregó voluntariamente a sabiendas de que estaba cometiendo suicidio en ese punto, pero no podía incumplir su palabra, había prometido no separarse nunca de ella…

Ambos fueron llevados a Bielsko-Biala, desde donde regresaron a Auschwitz directamente al Bloque 11, conocido también como el “Bloque de la muerte”. Fueron puestos en celdas separadas, pero a pesar de esto, hicieron todo lo posible para ponerse en contacto entre sí. Un guardia amigable llevaba los mensajes secretos entre los enamorados, y durante el pase de lista de la noche, Edek se acercaba a la ventana de la celda donde estaba Mala y le cantaba la "Serenata en Messico", que le enseñó ella misma, al igual que Romeo a su Julieta. Excepto que en lugar de la hermosa ciudad italiana de Verona, fue el campo de exterminio de Auschwitz, y en lugar del balcón de la casa de los Capuleto, fue la celda del Bloque de la Muerte.

Lamentablemente semanas más tarde, tras las torturas durante las cuales ninguno de ellos reveló a las personas que les ayudaron a escapar, sus verdugos decidieron que la pareja debía ser ejecutada al mismo tiempo. Antes de morir, Edek y Mala, gracias a la mediación de uno de los guardias, pudieron despedirse, ya que los nazis querían ahorcarlos por separado para que los dos no se pudieran ver. Ambos intentaron suicidarse antes para no dar el placer a los alemanes de matarlos.

Edek con la soga en el cuello se arrojó antes de que le pudieran leer la sentencia, desgraciadamente, el Lager Kapo Jupp Windeck, el penal alemán conocido por su brutalidad contra los prisioneros, pudo evitarlo y lo puso de nuevo en la plataforma. Al final, después de escuchar la sentencia, Edek gritó “Viva Polonia“, mientras un soldado de la SS precipitaba el taburete por debajo de sus pies.

Mala iba a ser ahorcada el mismo día en el campo de Birkenau. Al acercarse a la horca sacó una cuchilla de afeitar que tenía escondida en el pelo y se cortó las venas de las muñecas. La vió Rapport Führer Taube e intentó impedir su suicidio a lo que Mala se enervó y con las manos llenas de sangre le abofeteó. Inmediatamente, aparecieron más oficiales y por la desfachatez de Mala decidieron castigarla apaleandola de forma brutal hasta que perdió la consciencia.

La gerente del campo de Birkenau, María Mandel, llamada la "Bestia", indignada por lo que hizo Mala, dió la orden de quemarla viva en un crematorio. Pero antes tenían que detener el flujo de sangre. Las enfermeras del hospital en Birkenau tardaron cuanto pudieron en vendar las heridas de Mala, esperando que se desangrara antes de estar metida viva en el fuego.

Después de su atención, Mala todavía viva fue transportada en una carretilla al crematorio. El testimonio de la posguerra de su muerte varía según los supervivientes. Algunos afirman que Mala murió en una carretilla de camino hacia el crematorio a causa de los golpes recibidos. Otros, que uno de los hombres de las SS se compadeció de ella y le disparó en la cabeza para acabar con su martirio. Y otros sostienen que Mala fue quemada viva en un horno de crematorio. Cierta es sólo una cosa, Edward Galinski y Mala Zimetbaum murieron el mismo día como Romeo y Julieta.

De esta relación increíble de Mala y Edek permanecieron algunas pruebas. Waclaw Kielar recibió por así decirlo, en declive, un recuerdo inusual. Poco después de la ejecución, un oficial le dejo a Waclaw un paquete que le pasó Edek, una hoja de papel con los nombres y sus números: Edward Galinski Nº 531 y Mala Zimetbaum Nº 19 880, aparte de sus mechones de pelo: uno corto de Edek y un mechón de color dorado de Mala.

Hoy en día, este último envío, que Edek fue capaz de pasar antes de su muerte, se puede ver en el Museo de Auschwitz. (tmail.com)

1 comentario:

  1. soy Jeannette Ceballos Abramowicz, nieta de Glita Zymetbaum,hermana de Malka, desde muy pequeña tuve conocimiento de ella y de su muerte, pero siempre me ha impresionado como pudieron los Alemanes a la voz de un loco, con raices Judias, hacer lo que hicieron, soy una abogada que vive en Guayaquil-Ecuador, y no termino de seguir leyendo estos episodios que estremecen los sentimiento de cualquier persona que no tenga raices judias y peor las que tenemos.

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