jueves, 28 de julio de 2011

ECOLOGÍA: INTERNACIONALES


El cambio climático está secando el este de África

Las dos últimas temporadas de lluvia no se materializaron en gran parte del Cuerno de África. Somalia, y extensas áreas de Etiopía, Kenia, Djibouti y el norte de Uganda están experimentando su peor sequía en 60 años, advirtió Doreen Stabinsky, Profesora de Política Global de Medio Ambiente en la Universidad del Atlántico, en Maine, Estados Unidos.


Los refugiados climáticos fluyen de a decenas de miles de Somalia a los campos de Etiopía y Kenia. Organizaciones internacionales dan la voz de alarma en los medios de comunicación acerca de la inminente catástrofe humanitaria, señaló Stabinsky, quien sigue de cerca las negociaciones climáticas de ONU, en uno de sus artículos publicados en SUNS. 

Las condiciones de sequía han afectado gravemente a la mayoría de los pastores y sus animales, con mayor impacto en las regiones meridionales de Kenia, Etiopía, y Somalia donde más de 65% de los habitantes se dedican a la ganadería de pequeña escala. 

En algunas áreas, hasta 60% de los animales ya han muerto por falta de agua y pasto, privando a los pastores de su única fuente de ingresos y alimentos. Expertos en agricultura predicen una media de un millón o más muertes de ganado este año. 

Los pastores y agricultores de la región son cada vez más amenazados por el cambio climático. Las sequías más frecuentes, incluida la del período 2008-2009, han reducido la explotación de ganado en general, disminuyendo la proteína y la leche de las familias. Para los animales que quedan, la productividad de leche es baja, lo que contribuye aún más a la desnutrición en las poblaciones afectadas. 

Para complicar aún más la ya difícil situación, los precios del grano se han disparado en toda la región. El sorgo rojo en Somalia aumentó más de 240% en los últimos meses. El maíz amarillo en Jiiga, Etiopía, cuesta 117% por encima del precio del año pasado, y el maíz blanco del norte de Kenia, 58% más. 

Para los pastores y agricultores que todavía tienen animales para vender, dados los bajos precios del ganado y los aumentos en el precio del grano, su relación de intercambio se ha reducido significativamente: el saco de 90 kilogramos de maíz solían utilizar para comprar una o dos cabras, ahora cuesta cinco. La falta de alimentos, animales, o poder de compra lleva a decenas de miles de refugiados climáticos a emigrar en busca de comida, agua y pastos. 

La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios estimó en junio que las condiciones de seguridad alimentaria en toda la región continuarán deteriorándose en los próximos meses, sin posibilidad de mejoría hasta principios de 2012, y eso sólo si las lluvias retornan en octubre. 

Las estimaciones actuales sobre poblaciones vulnerables son 3,5 millones en Kenya, 3,2 millones en Etiopía, 2,5 millones en Somalia y 120.000 en Djibouti.
Los meteorólogos responsabilizan de la sequía al fenómeno La Niña, un cambio periódico en los patrones de precipitación globales, que entre otros cambios puede reducir drásticamente las precipitaciones en el este de África (y que también es responsable de las lluvias y de las inundaciones sin precedentes en Australia del año pasado). 

En algunas zonas, las lluvias se ausentaron tres o más estaciones lluviosas consecutivas, las que se producen normalmente entre marzo y junio y entre octubre y diciembre todos los años. 

Las lluvias más significativas desde marzo a junio (conocidas como las "lluvias largas" en Kenia y las lluvias "belg" en Etiopía) suelen acarrear un 40-80% de la precipitación anual. Las lluvias tardías, erráticas e insuficientes en los últimos meses han llevado a la región hacia un punto de quiebre, siguiendo los pasos de una de las más secas temporadas octubre a diciembre jamás registrada. 

Pero responsabilizar de la sequía a La Niña es perder una causa subyacente importante: el lento cambio climático mundial que está secando el este de África. 

Los profesores Park Williams y Chris Funk, de la Universidad de California en Santa Barbara, han estado llamando la atención hacia la constante disminución de las lluvias largas en la región durante los últimos 30 años (35-45% debajo de lo normal), asociado al aumento constante de la temperatura de la superficie marina del Océano Índico, debido al aumento de las temperaturas globales. www.ecoportal.net

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