sábado, 30 de julio de 2011

NOTA DE OPINIÓN

¡BOLETAS SEPARADAS SÍ!

Alpargatazo listo ante un efecto Ríver en las elecciones de Santa Fe

 "Ojalá en la política de la provincia, no aparezca un Julio Grondona y una dependencia oficial que reponga la mosqueta. Ríver al descenso y las boletas separadas a 1ra. A", advierte el autor, acerca de malos rumores que corren en Santa Fe.
por RAÚL ACOSTA (*)
 
ROSARIO (La Capital). Ríver terminó con la última careta. No puede un equipo de sus características someterse a la democracia plena y perder, por malas actuaciones, su categoría
 
Según la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no puede. Según el que pone el dinero, en este caso el gobierno nacional, tampoco puede. Al diablo con el mecanismo clásico: el que peor juega desciende. Eso fracasó. Al diablo con el juego. No simulemos más. Descender no es un castigo, es un balance negativo. 
 
Cumplir con la ley entraña un grave riesgo: el negocio se va al resumidero. Vulgo: a la “B”. Segunda marca, fin de la góndola. El negocio está primero, la honestidad deportiva, la limpieza, la honradez no están en la conversación. Murieron hace tiempo; no están, hoy, en la conversación de alguien.
 
En la política provincial puede suceder algo similar. Puede. Hoy no, mañana tal vez si. Prevenir siempre es curar en salud.
 
Las boletas separadas tienen un destino parecido a la democracia futbolera. Funcionó la democracia y “Ríver” se fue al descenso. No sirve ésa forma de democracia dicen los negociantes de la pasión del milenio. Crucemos los dedos.
 
No se murió la lista sábana. Distinto es si se habla de boletas separadas. Las boletas separadas han sido un fenomenal descubrimiento. Tiemblan los tramoyistas y fulleros. Una para cada categoría, definitivamente separadas. Un cantito a la democracia. Buenísimo. Hablemos (escribamos, opinemos) de ella.
 
Aclaremos. No se murió la boleta sábana. Esto fue escrito, por quien firma, hace tiempo. Se insiste. En Santa Fe no se murió la boleta sábana. Se transformó en sabanita. Nadie sabía, el 24 de julio, el nombre del diputado 19 de la lista que encabezaba la señora María Eugenia Bielsa (yo tampoco). Ese político, el número 23, el 16 del listado (es lo mismo, son ejemplos sin clasificación, elegidos al azar) desde el 11 de diciembre será diputado provincial por una boleta sábana vertical que encabezaba la señora María Eugenia Bielsa. Entró la señora y 27 diputados más. Cabe aclarar: todos son buenos, impolutos y merecedores del cargo. Pero el nombre que figuraba en las boletas era el de la señora. Su nombre y su foto. Nada más.
 
El socialismo fue específico. Su publicidad clarísima: “el 24 votá la cuatro, lista completa”. Juan, Perico y Andrés. Todos juntos, no embromés. La campaña de la señora Bielsa fue con Rossi, Perotti y CFK. Tenían el mismo sueño. Linda foto.
 
Un fenomenal ejemplo apareció en VGG (Villa Gobernador Gálvez). Un triunfador para la intendencia, otro para la lista de diputados, otro para el cargo de senador departamental y otro para gobernador. Las boletas separadas destrozaron la injusticia que facilitaba la distracción, el mal hábito, la horizontalidad y el troquelado débil. Nadie las cortaba. Separadas se convirtieron en un juego seductor. 
 
De cada rubro quien era más conocido o mejor apreciado, fue mirado dos veces. Finalmente el tilde, la cruz en su “cuadradito”, lo acercó al triunfo. Distintas razones en cada votante. Distintos votos. Mayor libertad. Minga de arrastre. Los fulleros, los tramoyistas, los pícaros y aprovechados están de lamentación en lamentación.
 
La realidad posterior al 24 de julio de 2011, en la provincia de Santa Fe, se compone de fragmentos increíbles, pero finalmente ciertos; también certeros, que es mejor. No hay partido que contenga, a la vez, a Pedro González, María Eugenia Bielsa, Miguel Lifschitz y Miguel del Sel. Ni partido ni modo. Nada. VGG es el ejemplo de otra realidad. Alquimia pura que las boletas separadas permitieron. Tal vez, solo tal vez podamos sugerir esto: favorecieron la decisión personalísima. Desataron los amores inconfesables, pero posibles de convertirse en un tilde consagratorio
 
¿Es bueno o es malo? Es buenísimo pero. Sería excepcional solo que. No aparece la currícula de los votados de mitad de la tabla para abajo. Miremos el contrafactismo. Si las boletas estuviesen unidas otro sería el cantar. Fantasía. Ejercicio de imaginación positiva.
 
Pedro González pegado a la boleta de Rossi sacaba los votos de Rossi o Rossi los votos de Pedro. Se potenciaban para el amor o la guerra. María Eugenia Bielsa igual. Rossi, mas Pedro González y la arquitecta cantando, en ”la mandarina”, en el cierre de campaña, la Marcha Peronista. Cosas veredes. No, no vimos.
 
Norberto Nicotra, actual diputado peronista y cabeza de la lista de Miguel Torres del Sel, en una boleta que no se hubiese separado, tendría todos los votos Midachi. O la maldita viceversa. Lo haría descender al cómico. La marchita, con Nicotra, y “somos los campeones” con Mauricio Macri, se hubiesen cantado, a grito pelado, en el cierre de campaña. En un hotel cinco estrellas. Dos canciones distintas, un solo objetivo verdadero. Raro destino el de Freddie Mercury, cercano a Rodolfo Sciamarella en mitad del Rosario profundo y mugriento. No se dio el milagro.
 
 
Bonfatti, Lifschitz, Fein, Lamberto, Sciuto en una sola gran sabanita horizontal hubiesen sido distintos. Votos de Fein para Lamberto, votos de Lifschitz para Bonfatti. No se sabe cuantos, no se sabe como. Pare con los adverbios, es contrafactismo. No lo intentamos. Todos juntos era/es distinto. Listo. Prueba imposible: la Fein empujando al “pato” Lamberto es un sueño que ya no.
 
 
Las boletas separadas facilitan el amor múltiple o, si se quiere, el amor líquido. Fue el comentario de una columna anterior: somos líquidos que se acomodan en todos los recipientes (como dice el tío Bauman). No hay hombres de bronce, ni siquiera de yeso. Líquidos. Palangana, taza, bacinilla. Cualquier resultado viene bien. Una sociedad líquida en una democracia ídem se acomodó. No queríamos una elección ”posmo”. Apareció. La transparencia es la luz en mitad de la noche, la lámpara en el medio de la cueva. No pudieron hacer el trencito con los cargos ejecutivos. Aprovechándose del “efecto Ríver”, que sostiene que hay gente que está por encima de la democracia y las leyes para todos, acaso se intente dar marcha atrás. 
 
Las cucarachas intentarán dar marcha atrás. Debe volar el alpargatazo.  
 
Las boletas separadas (aún con lista sábana en diputados, donde el que gana cuela a 27) no son un negocio político para los chantas y los de “bajo perfil”, tan cercanos a los sigilosos, los escondidos, finalmente los fuleros.
 
La democracia futbolera dió tres años para que salgan bien las cosas. Salieron mal,  al descenso. Subir con trampas es tramposo.
 
Las boletas separadas quitaron oscuridad a la relación incestuosa de ejecutivos y deliberativos. Nunca mas literal: cada cual con su boleta. El que hizo mal las cosas al descenso. Quitar este sistema, para esconderse detrás de un candidato, es tramposo. Ojalá en la política de la provincia, no aparezca un Julio Grondona y una dependencia oficial que reponga la mosqueta. Ríver al descenso y las boletas separadas a primera A.
 
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(*) Testigo.

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