miércoles, 27 de julio de 2011

COMBUSTIBLES

LA VISIÓN DE LOS ESPECIALISTAS

Correcciones en los precios, una salida a la escasez de combustibles

La única salida de corto plazo para la escasez que azota a todo el país es la importación de los productos, pero ésta no puede hacerse si los precios en los surtidores son menores. Aumentos y cambios en el mapa fiscal, las alternativas. 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La escasez de combustibles continúa y seguirá por tiempo indefinido, con menor o mayor profundidad, porque se ha convertido en un problema "estructural", según la opinión de los especialistas.

La demanda crece a un ritmo que la oferta no puede acompañar. Fue el mismo vicepresidente de YPF,
Enrique Esquenazi, quien explicó las dificultades para abastecer a un parque automotor cada vez más amplio.

En principio se pueden identificar 2 factores claves que determinan esas dificultades:


>La caída de la producción de petróleo que viene desde hace más de una década (a esto hay que sumarle el prolongado conflicto gremial que paralizó la producción en Santa Cruz);


>La falta de ampliación de la capacidad de refinación de combustibles líquidos. Aunque hubiera más crudo, éste no tendría dónde ser procesado para su colocación en las expendedoras.


Aumentar la producción de crudo y construir nuevas refinerías llevan su tiempo.


Para paliar la escasez de naftas o gasoil la medida inmediata sería la importación. Algunas de las principales petroleras trajeron naftas desde el exterior, sin embargo esta opción también presenta dificultades.


Importar combustibles a un precio para luego revenderlo a uno inferior no es, a todas luces, un negocio para las petroleras.


Por ello los analistas del sector consideran que los precios deberían aumentar en las bocas de expendendio para facilitar la importación.


Para
Eduardo Barreiro, licenciado en Química, consultor en temas de Energía y director de la Society of Petroleum Engineers, esa es la única salida posible en la coyuntura. En diálogo con el sitio Surtidores.com.ar, el especialista consideró que para hacer factible la importación los precios deberían subir hasta los "$7 u $8", por litro.

Para Barreiro, adelantó que el Estado nacional podría bajar la carga impositiva de manera que el consumidor no pague las consecuencias de la crisis energética. Teniendo en cuenta que el precio en surtidores está compuesto por casi un 55% de gravámenes, el consultor en materia de energía sostuvo que
“es una buena alternativa quitar la carga fiscal”.

El exsecratario de Energía,
Jorge Lapeña, también considera la suba de precios como una alternativa para facilitar la importación y mitigar la escasez. Para el especialista, consultado por el mismo medio, los consumidores pagan muy por debajo del valor real el costo que implica importar combustibles.

Según el ex funcionario, respecto a la política de impuestos sobre los combustibles, cada país los debe fijar en atención a los objetivos fiscales y a su situación energética. En este sentido, comparó que en USA los gravámenes son muy reducidos, mientras que en Europa son muy altos.
“En Argentina nos debemos una discusión acerca de cuáles deben ser los impuestos con que deben ser gravados el gas oíl y las naftas”, opinó.

Para Lapeña, el hecho de necesitar aumentar los cupos de importación implica un giro rotundo en la estructura de la cadena de valor de toda la actividad. Para disminuir los efectos sobre las pizarras, Lapeña también recomienda bajar la carga fiscal como modo de fomentar estas operaciones a las empresas, y además para no generar mayor una inflación.


Los estacioneros también exigen cambios en el esquema de precios para facilitar la importación.
"La única solución es que el Gobierno e leve los precios y las petroleras puedan importar el combustible que, hoy no pueden porque no les dan los costos”, señaló días atrás Rosario Sica, presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles (FECRA). “O que importe el Gobierno”, propuso la dirigente.
 

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