sábado, 23 de julio de 2011

NOTICIAS DEL EXTERIOR


85 + 7: 92 MUERTOS POR UN FANÁTICO DE ULTRADERECHA

Noruega no consigue despertar de la pesadilla

Noruega no consigue explicarse cómo un supuesto integrista solitario (¿o con cómplice?), fuera del mapa de sospechosos que elaboran las fuerzas de seguridad, pudo matar a 85 jóvenes y horas antes detonar una bomba que provocó 7 muertos.


Los fertilizantes son a menudo utilizados como explosivos y hay indicios de que lo que se utilizó en el ataque en Grubbegaten, Oslo, fue realizado con fertilizantes químicos en combinación con combustible diesel y otras sustancias.

El acusado, Anders Behring Brevik (32), había creado 3 años antes una empresa que llamó Breivik Geofarm, para participar en el cultivo de hortalizas, raíces y tubérculos.

Por supuesto que pudo ser una tapadera para comprar fertilizantes, ya que hay restricciones al respecto en Noruega.

De ser cierto, sugeriría que él pudo haber planificado el ataque durante mucho tiempo, quizás varios años.

Anders Behring Breivik ocupaba una granja en un lugar idílico llamado Vålstua, una gran casa de campo blanca, un granero de color rojo y un edificio más pequeño. 

El arrendamiento fue en abril.

En la finca quedaron 5 bolsas con fertilizantes por 600 kg. cada una, es decir 3.000 kg. de fertilizante en total. 

La tierra que pertenece a la finca también se alquila, pero parece poco probable que los inquilinos han necesitado de fertilizantes para el cultivo de hortalizas.

Pero ¿fue todo obra de un terrorista solitario o de una célula terrorista?

Ahora la policía noruega busca a un posible cómplice de Anders, según informaciones de la televisión pública NRL y de la agencia de noticias NTB.

La policía basa esa hipótesis en declaraciones de testigos presenciales.

La idea de un cómplice es básicamente acerca de lo ocurrido en el complejo gubernamental de Oslo, en el que murieron 7 personas.


Ambos ataques fueron perpetrados con apenas 2 horas de diferencia y se barajaba, como hipótesis más sólida, que el sospechoso había activado el coche bomba que estalló en la capital para luego seguir hacia la isla, a unos 40 kilómetros.


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