miércoles, 21 de septiembre de 2011

ECOLOGÍA


El mildiu, prevención y tratamiento biológico

Para proteger nuestros cultivos del mildiu es vital conocer que ambientes favorecen su reproducción y que tratamientos naturales le perjudican. 


¿Qué es el mildiu?

El mildiu es una enfermedad producida por varios agentes patógenos que años atrás se clasificaban en el reino Fungi. Pertenecen al reino Protista y son distintas las  especies que pueden producir daños de gran importancia en numerosos cultivos.
Atacan a los cultivos hortícolas pero también a la vid, plantas arbustivas, incluso robles, etc. Aunque los daños y la apariencia externa que presenta la enfermedad pueden  ser parecidos, generalmente  cada planta es atacada por una especie concreta.
Todas estas especies están emparentadas; pertenecen a varias familias, provenientes de un mismo  orden, el de los Oomycetos, aunque las conocemos con el nombre genérico de mildiu.

Clases o especies de Mildiu

  • Las especies más conocidas de mildiu son del género phytophtora, en el tomate y la patata en concreto phytophtora infestant, causante de la hambruna Irlandesa de los años 1845 al 1848 que mataría a mas de 2.000.000 de personas, causando una catástrofe humanitaria sin precedentes.
  • Del género plasmopara como plasmopara viticola causante del mildiu de la vid.
  • Y del género peronospora como los que atacan a la cebolla, puerros, etc. Los agricultores tienen grandes pérdidas todos los años con estos patógenos difíciles de controlar y cuyos métodos de reproducción y expansión son extraordinariamente complejos.

Condiciones de expansión

Generalmente sobrevive en el invierno (o temporadas cuyas condiciones no le son favorables, varios años incluso) en una estructura  llamada oospora.
Cuando la temperatura alcanza los niveles adecuados para despertar de su letargo (unos 12 º), esta oospora germina dando lugar a un esporangio que será dispersado a través del viento. El ciclo expansivo continúa gracias a las altas humedades de la primavera (lluvias, rocío) y temperaturas suaves.
En los veranos suele adormecerse su expansión, por las altas temperaturas y falta de humedad, para de nuevo iniciar su activación con la llegada del otoño hasta que de nuevo las condiciones le obliguen a invernar. Por tanto, el mildiu es un patógeno muy dependiente de las condiciones climáticas.

Consideraciones para el control del Mildiu

A pesar de las enormes dificultades para el control de esta enfermedad, que en primaveras lluviosas podría llegar a ser devastadora, la experiencia nos muestra que en medios de producción controlados como un invernadero o en zonas donde las condiciones le son menos favorables como en el sur y sureste peninsular, también puede llegar a causar enormes pérdidas.
Hemos constatado que el manejo del riego se vuelve fundamental a la hora de controlar la expansión. El estrés hídrico altera los mecanismos defensivos de la planta, asimismo, en suelos cuya flora microbiana está alterada también son más propensas las plantas a esta enfermedad (y a cualquiera)
El correcto manejo del riego y del suelo, con aportaciones periódicas de materia orgánica de buena calidad como el humus de lombriz, se hacen muy necesarios para incrementar los diversos y complejos mecanismos de protección de las plantas.
Por otro lado, debemos buscar plantas, semillas y demás material resistente al patógeno.
Asimismo los extractos de plantas y de algas y otros tratamientos naturales consiguen aminorar e incluso controlar la enfermedad.

Algunos métodos de control

  • Tradicionalmente las sales de cobre en sus distintos compuestos han sido los productos utilizados para el control del mildiu. Sulfato de cobre, oxicloruro de cobre, caldo bordelés, hidróxido cúprico, etc.
  • También las decocciones, infusiones, fermentaciones (según cada planta) de cola de caballo, ortigas, manzanilla, saúco (sambucus nigra), son muy interesantes porque generalmente tienen dos mecanismos de actuación, uno directo y otro a través de la inducción a  resistencia frente a enfermedades. También como nutrición foliar.
  • La búsqueda y selección de variedades locales de semillas (sobre todo de hortícolas) es muy importante a la hora del control de patógenos (como el mildiu), puesto que iremos seleccionando las variedades que mejor resisten. El intercambio de semillas entre agricultores de la zona ha sido siempre la garantía de variabilidad y viabilidad de las especies cultivadas por el hombre.
  • La utilización de compost maduros y de buena calidad, humus de lombriz, etc. que posibiliten la mejora del suelo y el combustible para la  expansión de la vida microbiana, ese complejísimo mecanismo que es el verdadero artífice de la nutrición y de la salud de las plantas.
Antonio J. Morales Miñano
Colaborador de enbuenasmanos.com

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