AMIA - 18 de Julio 2011 - seguimos entre los escombros ...
... Siguen agonizando lentamente y nosotros con ellos. No puede existir la paz del alma, si la mano de los hombres està ensangrentada y algunos la siguen estrechando como saludo. La idea de encontrar culpables, permite redimir el silencio còmplice de las potencias que gestaron, tras fanatismos y resentimientos, devoluciones en la vida de inocentes. Ellos quizàs fueron canjes de favores polìticos, nosotros seguimos tras la sombra, porque no puede existir la luz cuando no hay justicia ni ètica.
... Siguen agonizando lentamente y nosotros con ellos. No puede existir la paz del alma, si la mano de los hombres està ensangrentada y algunos la siguen estrechando como saludo. La idea de encontrar culpables, permite redimir el silencio còmplice de las potencias que gestaron, tras fanatismos y resentimientos, devoluciones en la vida de inocentes. Ellos quizàs fueron canjes de favores polìticos, nosotros seguimos tras la sombra, porque no puede existir la luz cuando no hay justicia ni ètica.
Los pueblos grandes han salido de sus miserias humanas, cuando permitieron que la justicia deje de ser ciega, cuando la ètica sostuvo sus conceptos y la escala de valores puso al hombre en primer tèrmino, no a sus intereses.
Esta es la Vida que me enseñaron a transitar, no me dijeron que debìa morir para conocer la felicidad, no creo en ello, no espero morir para ver si mi energìa se abraza con mis deudos. Quiero seguir amàndolos acà cada dìa, vièndolos crecer, no imaginando su presencia, en un ramo de flores que dejo en su tumba.
Acà estudiè y crecì, tuve una familia de bien, me enseñaron a respetar las ideologìas, a trabajar y a ser generoso. No me dijeron que habìa que empuñar un arma contra el enemigo, porque creyera distinto, me hablaron de igualdad ante la ley, de respeto por las instituciones, de ètica. Hoy ellos, fantasmas del 18 de julio, inocentes e ignorados por los que tapan la verdad, me miran y me estàn exigiendo que cumpla con la palabra dada, cuando fueron desterrados sin permiso ni tiempos cumplidos en su karma.
Yo prometì, todos prometimos justicia y encontrar a los culpables, pero seguimos llenando legajos y cuerpos de papeles con letras, que terminan siendo vacìos que por ser tales. No quiero màs promesas que son invisibles, nadie sabe que existe la causa abierta y por eso dan vuelta la cara, porque no asesinaron a su hija, o su nieta, o su pareja, o su amigo. Porque el 18 de julio es una noticia màs en los medios, para muchos.
Porque el 18 de julio es lacerante, como todos los dìas, cuando el corazòn sigue oprimido de ausencias, para pocos, apenas para 85 familias entre millones que siguen leyendo la noticia, como una evocaciòn y miran para el otro costado o siguen buscando la pàgina de espectàculos.
No hubo espectàculo màs siniestro que buscar entre los escombros, a quien le diste la vida y le pariste el alma con la sagrada constancia de la fè.
Seguiremos buscando, hablando y escribiendo, quizàs un dìa se sumen a los culpables directos, los còmplices y encubridores, que le pusieron precio a los desconocidos de la Amia. Llegarà ese dìa y mis brazos descansaràn de buscar bajo la tierra, una semilla de paz, porque por primera vez verè el fruto de la justicia y ellos descansaràn en paz, no los traicionamos. Porque es 18 de julio, la AMIA existe ... luego que muchos la conocieron solamente cuando estallò !!!.
En mi corazòn ella siempre fue la mano generosa y abierta que me recibiò ante cualquier necesidad, que me dio asistencia y abrigo, que me dio lecturas y educaciòn, becas y paliativos, palabras y que mi abuelo, siendo Pasteur 633 la calle Ombù, hizo una reuniòn con otros jòvenes, para juntar fondos y crear la Liga de Lucha contra la Tuberculosis. Porque nuestros muertos son de todos y merecen el respeto de una explicaciòn, porque ninguno llegò a su vejez y dejaron aquì el potencial de una obra que no los dejaron finalizar.
Tengan la paz que desde mis sentidos les debemos, por la vida que les fue avasallada, en un estruendo vigente. Creo que ya no le temo a la muerte ... le temo a la injusticia del silencio de los poderosos y a sus mentiras despiadadas, justificando sangre por creencias ...
Soy Irene Taratuta Barenboim (Irel)
ciudadana argentina
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