viernes, 5 de diciembre de 2014

VERGÜENZA NAC & POP A HORAS DEL MERCOSUR

AGENCIA / SITUACIÓN-HOSPITAL DE NIÑOS DE PARANÁ


Foto: En este consultorio también se realizan electroencefalogramas 

PARANÁ (U24 Entre Ríos). “Con los pibes, no” dice un cartel de propaganda del gobierno provincial, que como una ironía cruel, se encuentra colocado a metros de la entrada al Hospital de Niños de Paraná, donde cientos de madres y padres con sus bebes a upa o con sus chiquitos a su lado, esperan obtener un turno para ser atendidos.

Muchos, la gran mayoría, no lo conseguirán y deberán volver al día siguiente con el mismo propósito.



El Hospital Materno Infantil de la ciudad de Paraná, es el centro de referencia y derivación de la provincia; cuenta con el centro de neonatología más importante de Entre Ríos, así como la maternidad con mayor número de nacimientos.

Hacia el nosocomio son derivados pacientes de toda la provincia. El estado edilicio es realmente penoso y triste. Es patético ver en lo más alto del mismo la estructura de lo que debía ser el helipuerto en el que debería aterrizar un helicóptero sanitario que nunca existió. Una burla atroz.

La realidad del hospital es tremenda:

Entre algunas cuestiones mencionables, en estos años se dijo a modo de publicidad que se han realizado numerosas inversiones en el hospital, la realidad es que esas inversiones son designadas a oficinas administrativas.

Las salas con mayor giro como lactantes y neonatología solo sufrieron retoques. Ejemplo de esto es que en varias oportunidades enfermeras de neo al asistir pacientes han quedado pegadas con descargas eléctricas en los paneles de oxígeno.

Los médicos de planta de los servicios que deben cumplir 7 hs. no las cumplen, van 1 o 2 diarias. No hay un control de esto ya que uno firma las planillas por todos. Si bien los sueldos son bajos, esto le permite trabajar en otro lado en horario de hospital.

Ejemplo claro de esta situación fue la renuncia de la jefa de maternidad, debido a que los médicos no iban, solo los de guardias.

Los interconsultores especialistas full time con un sueldo jugoso no se presentan si se los llama de urgencia o en horarios nocturnos.

La gente hace colas de varios días para conseguir turnos. La remodelación de la maternidad nueva a cargo de arquitectura es un desastre edilicio.

Los ascensores... bien gracias. Las especialidades médicas escasean, por lo que el hospital paga grandes sumas a privados y se comenta que por eso hay acuerdo mutuos de importantes “diezmos”. 

Es importante prestar atención a lo que sucede en una de las especializaciones que se atienden en el hospital y que demuestra la gravedad de la situación Las enfermedades del sistema nervioso en la infancia y niñez tienen un impacto profundo en la vida de los pacientes y sus familias y son probablemente las más disruptivas de las entidades patológicas de la infancia.

Son parte de una proporción significativa de enfermedades pediátricas serias. Hasta el 20% de los niños hospitalizados presentan un problema neurológico aislado o como parte de otra entidad.

La atención comienza con el diagnóstico neurológico y continúa con el seguimiento de las acciones terapéuticas y de orientación familiar, que tienen como fin crear las mejores condiciones de vida para el paciente y lograr su inserción social.

Entre muchas otras cosas, los desórdenes que estudia y trata son:
• Epilepsia.
• Retardo mental/retraso madurativo.
• Trastornos del lenguaje.
• Trastornos del aprendizaje.
• Trastornos de conducta.
• Tics y síndrome de Tourette.
• Trastornos del sueño.
• Parálisis cerebral. • Cefaleas.
• Movimientos anormales.
• Enfermedades neuromusculares.
• Enfermedades neurometabólicas.
• Enfermedades neurodegenerativas.

Los avances en lo científico y lo tecnológico, han generado que los servicios de neonatología modifiquen la sobrevida del prematuro notablemente. Pero el impacto en la incidencia de trastornos neurológicos es el daño colateral de estos avances.

Estas cualidades realzan la importancia del servicio de neurología, con la presencia de neuropediatra, servicio que -producto de las malas decisiones de estos últimos 10 años- impactaron negativamente en esta especialidad:hasta 2005 el Hospital contaba con sala de Neurocirugía y Neurología para internación, con una capacidad de 8 camas; que eran asistidas por 3 neurocirujanos y 5 neurólogos clínicos.

Las malas políticas han llevado a cerrar la sala de internación hace 6 años; se han perdido los especialistas, ya que la mayoría no tenían cargo después de más de 10 año en el hospital; actualmente la “jefa de servicio” no tiene cargo efectivo.

Hay sólo 2 neurólogos en el hospital, los cuales realizan apenas 3 días consultorios a la semana con un promedio de 40 consultas totales por semana, es decir 13 turnos por cada día/consultorio: esto demuestra la necesidad de reforzar este servicio con especialistas para cubrir la demanda provincial.

A tal punto es alta la demanda que muchos pacientes tardan 5 meses en conseguir un turno para control. Sumado a esto, la demanda para conseguir turno: los pacientes con sus familiares acampan 1 día antes en el hospital y muchas veces esto sucede luego de haber recorrido grandes distancias hasta llegar a Paraná.

Y pese a todo... no consiguen el deseado turno. En este consultorio también se realizan electroencefalogramas, los cuales deben ser controlados de inmediato pero la imposibilidad de conseguir un turno lleva a que el control de ese estudio llegue a ser a los 3 meses.

También se realiza el expendio de recetas. A esto se suma la irresponsabilidad de uno de los especialistas – reconocido neurólogo de Santa Fe – que no se presenta a trabajar, lo cual fue denunciado, el gobierno salió a declarar públicamente su despido, el cual no fue efectivo.

Se habla de un país federal, cuando los pibes en Entre Ríos no tienen la misma posibilidad que tiene los niños cruzando el túnel.

Hay un grupo en el hospital que está trabajando fuerte y firme para conseguir políticas de salud acorde a las necesidades, sabemos que al no tener peso político, o titulo de rango muchas veces no son escuchados; ni tenidos en cuenta, simplemente porque tienen una formación sanitaria organizativa que puede perjudicar los intereses de muchos funcionarios, que ni por asomo tienen esa formación.

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