martes, 10 de marzo de 2015

CRÉDITOS HIPOTECARIOS: EL PLAN DE KICILLOF PARA PRESIONAR A LOS BANCOS PRIVADOS

AGENCIA / ECONOMÍA 


 Sin dudas, una de las grandes cuentas pendientes por parte de la administración kirchnerista. Y los datos de enero no ayudaron. Las operaciones de compraventa de viviendas en la Ciudad de Buenos Aires registraron una fuerte caída del 15% frente al mismo mes de 2014 y un desplome de casi 60% en relación a diciembre pasado, según datos del Colegio de Escribanos porteño.



 Sin dudas, se trata de cifras alarmantes para la actividad, considerando que las magras 1.723 operaciones alcanzadas en enero implicaron el peor registro desde enero de 2001.

 El informe del Colegio de Escribanos destaca que "el monto de operaciones arrojó en enero 2015 una mayor concentración en la franja alta, de más de $500.000, con una representatividad del 55% del total, mientras que las escalas inferiores perdieron 11 puntos porcentuales de relevancia respecto de un año antes", lo que pone de manifiesto los crecientes problemas que arrastran los segmentos de menores recursos de la sociedad.

 El dato negativo de enero tuvo lugar luego de un 2014 realmente negro para esta actividad: Fue el peor año de las últimas tres décadas en materia de compraventa de viviendas en la Ciudad de Buenos Aires, si se toman en cuenta las series históricas del Colegio de Escribanos y del Registro de la Propiedad Inmueble.

 En efecto, las 33.690 escrituras alcanzadas en 2014 implicaron el nivel más bajo desde el año 1980, lo que pone de manifiesto el tenor de la crisis y que la misma no se circunscribió solamente a enero.

 El número de escrituras concretadas en 2014 resultó más bajo, incluso, que las 56.000 de 2002, año en el que se produjo un estallido social y un desplome del PBI. José Azpiroz Costa, directivo de la Inmobiliaria Bullrich, en diálogo con el sitio 'iProfesional', responsabilizó en primer lugar a la vigencia del cepo cambiario, porque "hizo que el mercado inmobiliario entrara en un freezer".

 A eso se sumó la alta volatilidad del dólar, la devaluación de enero del año pasado -que deterioró el poder adquisitivo en términos de esa moneda- y la incertidumbre por el futuro político y económico, variables que se potenciaron en 2014 para redondear el peor año en tres décadas y que continúan impactando en este 2015.

 En este contexto complejo, los créditos hipotecarios nunca terminaron de dar una solución a esta problemática. Los datos son realmente contundentes: durante 1994 y 1999, el crédito hipotecario representaba casi un 30% del total de las líneas otorgadas por el sistema financiero.

 En la actualidad, en cambio, apenas significa un 17% del stock total. Y para este año, no hay indicios de mejora. La imposibilidad de obtener un crédito y el fracaso de la pesificación para la compraventa de propiedades contribuyen a mantener el freno en la actividad.

 Por todo ello, el Ministerio de Economía tiene en estudio un esquema para que los bancos privados destinen una parte de los depósitos en pesos a los créditos hipotecarios. El sistema seguiría el esquema de los préstamos destinados a la producción, que obligó a los bancos a prestar el 5% de sus depósitos a empresas a una tasa fija del 19,5% y créditos por 36 meses.

 La intensión del Gobierno es que los hipotecarios tengan un plazo más largo. Los primeros rumores comenzaron a circular a mediados de noviembre del año pasado, tras el arribo al Banco Central de Alejandro Vanoli.

Sin embargo, con el empeoramiento de los indicadores vinculados con la actividad inmobiliaria y de cara al cierre de la etapa kirchnerista, se revivió el interés del Ejecutivo por reflotar una iniciativa de estas características orientada a la clase media.

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