lunes, 9 de marzo de 2015

UNA HORMONA CONSIGUE LO MISMO QUE EL EJERCICIO FÍSICO

AGENCIA / CIENCIA 


 MADRID (NCyT). Las hormonas son sustancias químicas que sirven de señales para el cuerpo, desencadenando varias respuestas fisiológicas. La hormona recién descubierta, bautizada como “MOTS-c” actúa principalmente en el tejido muscular.



Allí restaura la sensibilidad a la insulina, contrarrestando la resistencia a ella, tanto la inducida por la citada dieta rica en grasas, como la promovida por el envejecimiento. Para poner a prueba los efectos de la MOTS-c, el equipo de Pinchas Cohen y Changhan Lee, de la Universidad del Sur de California en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, inyectó la hormona en ratones alimentados con una dieta rica en grasas, que habitualmente ocasiona que crezcan obesos y desarrollen una resistencia a la insulina.

Las inyecciones no solo suprimieron ambos efectos nocivos en los ratones, sino que también revirtieron la resistencia a la insulina promovida por el envejecimiento, un trastorno que precede a la diabetes.

 La MOTS-c es única entre las hormonas por el hecho de que es codificada en el ADN de las mitocondrias, las “centrales energéticas” de las células que convierten el alimento en energía. Otras hormonas son codificadas en el ADN del núcleo.

 Si bien todos los experimentos sobre la MOTS-c hasta la fecha han sido realizados en ratones de laboratorio, los mecanismos moleculares que hacen que actúe en ellos existen en todos los mamíferos, incluyendo a los humanos, por lo que sus efectos no deberían ser muy distintos en nosotros.

Los ensayos clínicos con MOTS-c en personas podrían iniciarse en el plazo de tres años, según estima Cohen.

 Lo que se sabía 

 Hasta ahora, un equipo de investigación había determinado que hay un tipo de célula madre adulta presente en el músculo que reacciona al ejercicio físico. Este descubrimiento podría mostrar un vínculo entre el ejercicio físico y la salud muscular.

Los resultados de la investigación podrían conducir a nuevas técnicas terapéuticas que usen estas células para rehabilitar tejido muscular dañado o prevenir o remediar la pérdida de músculo provocada por el envejecimiento.

 Como el ejercicio puede provocar ciertos daños como parte del proceso de remodelación causado por estrés mecánico, el equipo de la Dra. Marni Boppart, de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, investigó si la acumulación de células madre mesenquimales era una respuesta natural al ejercicio y si estas células contribuían a procesos de crecimiento y regeneración beneficiosos que tienen lugar después de hacer ejercicio físico.

 Los investigadores encontraron que las células madre mesenquimales en el músculo responden bastante al estrés mecánico. Ellos observaron una acumulación de células madre mesenquimales en el tejido muscular de ratones después de hacer ejercicio físico de manera vigorosa.

Luego, los investigadores determinaron que aunque esas células no contribuyen directamente a crear nuevas fibras musculares, liberan factores de crecimiento que estimulan a otras células en el músculo a combinarse y generar nuevo músculo, siendo éste el fundamento celular de la mejor salud muscular que se logra mediante el ejercicio físico.

 Ellos dijeron que el siguiente objetivo del grupo de investigación sería determinar si estas células contribuyen a la disminución de masa muscular a medida que la persona envejece. Los datos preliminares sugieren un declive de las células madre mesenquimales en el músculo según aumenta la edad.

El equipo espera desarrollar una terapia combinada, que utilice estrategias moleculares y técnicas basadas en células madre para impedir la pérdida muscular asociada a la edad.

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