jueves, 22 de enero de 2015

DE NISMAN A LA SEGURIDAD CIUDADANA: INCAPACITADOS

AGENCIA / OPINIÓN 



 por MARÍA PAZ GIAMBASTIANI 

 BILBAO (Especial para Urgente24). España y Argentina están unidas por la historia, pasada y presente, asi como por algunas cuestiones más que me gustaría abordar en este espacio, similitudes que vislumbré a partir de los últimos acontecimientos.



 La sociedad de uno y otro lado del océano funcionan parecido ante los acontecimientos que violan sus derechos fundamentales. No sé si esta inoperancia es consecuencia al hecho de ser jóvenes en cuanto al ejercicio democrático, unos 30 años y poco más.

 Por marcar dos hitos cercanos en el tiempo, me remitiré en mi análisis a dos hechos contundentes en la historia de uno y otro.

 Por un lado, en España, a la aprobación de la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, más conocida como la ley mordaza, una ley que limita los derechos fundamentales de la gente.

 Por el otro, en la Argentina, el caso de la muerte del fiscal general Alberto Nisman, que promovió manifestaciones en todo el país bajo el lema "Yo soy Nisman", en reclamo del esclarecimiento de la muerte del fiscal que investigaba el atentado terrorista contra una mutual judía y que había acusado a la presidenta Cristina Fernández de una maniobra para encubrir a los supuestos responsables. Cabe recordar que Nisman fue hallado con un tiro en la cabeza la madrugada del lunes 19/01 en su departamento de Buenos Aires, horas antes de una cita en el Congreso en la que tenía previsto dar detalles de la acusación contra la presidenta de la Nación.

 La gravedad de ambos acontecimientos, que nos afectan a todas y todos- para la sociedad y la vida democrática de un país, está más que claro, sin embargo la inmovilización social es otro de los hechos que comparten ambas sociedades, en beneficio de sus gobernantes. 

 ¿A qué se debe este comportamiento? Nos quejamos que los niños y niñas están obnubilados ante la tele, la play o la tablet, mientras que los adultos estamos constantemente pendientes del Whatsapp, Twitter, Instagram, Facebook, en fin las redes sociales. La tecnología aporta constantes novedades a la humanidad, y beneficios, aunque también un cambio de comportamiento. Esta forma de comunicarnos también incide en nuestro presente y futuro.

 ¿De qué sirve quejarse a través de las redes sociales si ante la convocatoria de una manifestación, en la que la unión hace la fuerza, nos quedamos cómodamente en nuestras casas? De este modo si la queja, la demanda queda en un espacio cerrado aunque sea público, no sirve, o por lo menos no consigue el mismo impacto.

 Ante la muerte –asesinato- de Alberto Nisman me consternó la noticia, así como el hecho y comprobar que en Argentina sigue habiendo una justicia comprada por el más fuerte, por el poder, y que de independencia nada de nada.

 En España con el devenir de los casos de corrupción, la defenestración del Estado de Bienestar, la restricción de los derechos fundamentales, también estamos dirigiéndonos hacia una ruleta rusa, en la que nuevamente el poder tendrá la última y casi única palabra.

 Argentinos y españoles: no vale con ir a votar cuando toca. Son nuestros representantes, parte de nuestro trabajo como ciudadanos es manifestar nuestra opinión, nuestra disconformidad o conformidad.

 Somos hacedores de nuestro gobierno, responsables de nuestras elecciones y de nuestra falta de compromiso. Por eso ante esta reacción o pasividad que de alguna manera compartimos ambos países, me lleva a estar convencida que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”, por convicción o por silenciosa complicidad.

 Ante la votación, en España, a favor de la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana fuimos pocos los que manifestamos nuestro desacuerdo y conste que vivimos 46 millones de personas, y lo mismo pasó con el caso Nisman en la Argentina, en comparación con la gravedad de la situación y las grandes movilizaciones de 2013: a las convocatorias acudió poca gente (en el caso argentino, quizá el verano austral o las escasas horas hasta la organización del evento). Lamentable pero real.

 En ambos casos las libertades de las y los ciudadanos están en juego, la corrupción ante nuestra desidia campa a sus anchas, y el futuro que nos depara, ante este comportamiento, no es prometedor. 

 Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana 

 Manifestarse sin permiso: Uno de los puntos más polémicos de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana es el que prohíbe reunirse o manifestarse, en instalaciones de uso público, sin comunicarlo o saltándose los impedimentos de la Administración. Serán considerados responsables los organizadores o promotores de dichos actos de protesta.

 - El Senado y el Congreso, intocables: Los asedios al Senado y el Congreso serán también consideradas infracciones graves. «Perturbar de forma grave la seguridad ciudadana durante reuniones o manifestaciones frente a las sedes del Congreso, el Senado y las asambleas de las comunidades, aunque no estuvieran reunidas», supondrán multas de hasta 30.000 euros.

 - Imposibiliar un desahucio: Tratar de impedir, al margen de los procedimientos legalmente establecidos, a cualquier autoridad, empleado público o corporación oficial el ejercicio de sus funciones y el cumplimiento o la ejecución de acuerdos o resoluciones administrativas o judiciales, también constituirá un delito. Uno de los mejores ejemplos de esta prohibición es precisamente las actividades que realizan las plataformas antidesahucios.

 - Obligatorio identificarse: También podrá ser multado el hecho de negarse a identificarse ante la autoridad así como desobedecerla o resistirse a sus exigencias.

 - Prohibidas las insignias oficiales de mentira: Estará prohibido usar en público y de forma indebida uniformes, insignias oficiales o réplicas y otros elementos de los cuerpos policiales «que puedan generar engaño».

 - Cuidado con las fotos de policías en redes sociales o plataformas de vídeos: La Ley de Seguridad Ciudadana también prohibirá el uso de imágenes o datos personales de los miembros de las Fuerzas de Seguridad así como la de autoridades siempre que estas puedan poner «en peligro la seguridad personal o familiar de los agentes, de las instalaciones protegidas o en riesgo el éxito de una operación, con respeto al derecho fundamental de la información».

 - Insultar a un policía: Las falta de respeto y consideración a los miembros de las Fuerzas de Seguridad mientras estos estén realizando su trabajo, será considerado una falta leve cuya multa podrá ascender hasta los 600 euros.

 - Ocupar viviendas en contra de lo que digan sus propietarios: Esta es otra de las infracciones que penarán el tema de los desahucios. De esta forma, la nueva normativa multará la ocupación de viviendas o la permanencia en las mismas siempre que sea en contra de la voluntad del propietario.

 - Cuidado con perder el DNI: No tener DNI o pasaporte o no denunciar su sustracción o extravío y perderlo tres o más veces a lo largo de un año, también supondrá un disgusto con la nueva ley.

 - Mover vallas y encintados de la policía: Remover vallas, encintados y otros elementos colocados por las Fuerzas de Seguridad también podrá ser sancionado.

 - Perros sueltos: Dejar sueltos o en condiciones de causar daños a animales dañinos y el abandono de mascotas son también infracciones leves.

 - El fin del botellón: Consumir bebidas alcohólicas en lugares públicos, siempre que «perturbe gravemente la tranquilidad ciudadana», será sancionado.

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