lunes, 1 de mayo de 2017

LA IGLESIA AFIRMÓ QUE "LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA ES UN DEBER MORAL"

POLÍTICA / DÍA DEL TRABAJADOR 

Mons. Jorge Lozano


(T) - “Lamentablemente hoy ni siquiera los trabajadores debidamente registrados tienen un ingreso adecuado y unos cuantos siguen debajo de la línea de pobreza”, advirtió Lozano, según informó la agencia AICA. 


 “Es imperioso cuidar los puestos de trabajo y generar otros nuevos. Para lo cual se hace necesario un cambio de mentalidad tendiente a ‘buscar otros modos de entender la economía y el progreso’”, subrayó el prelado y destacó que "estamos reunidos en esta Iglesia Catedral de San Juan para dar gracias a Dios por el trabajo, y rezar por todos los que sufren a causa de no tener un empleo digno para ganar el sustento cotidiano”.

 La agencia AICA informó también de los pronunciamientos de otros prelados, que encabezaron celebraciones similares en distintos puntos del país.

 El obispo de la ciudad cordobesa de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, aseguró hoy que “uno de los desafíos más grandes del mundo y realidad del trabajo aquí en la Argentina es precisamente, recrear la cultura del trabajo. Uno de cuyos primeros elementos es introducir a las nuevas generaciones, que hagan la experiencia, de que el trabajo humaniza, que el trabajo da una satisfacción que no se consigue por otros caminos”.

 “Un trabajo que tiene que hacerse, especialmente los grandes trabajos, los que más humanizan, los de más largo alcance, deben hacerse con humildad, con paciencia, con perseverancia. Todo esto se puede decir con una sola palabra, que es muy hermosa, laboriosidad.

Aprender la virtud de la laboriosidad, pero también el trabajo mancomunado”, agregó. Buenanueva dijo también que no podía de dejar de pensar en las familias “que ven la realidad del trabajo con una sombra de incertidumbre” y se refirió puntualmente a la “compleja y difícil crisis” en la empresa láctea SanCor, al expresar: “Ojalá que todos los actores pueden sumar su aporte para que esta crisis se solucione de la mejor manera posible realmente lo hagan, pensando en el bien común, pensando en la familia, en los trabajadores".

 En tanto, el obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, envió un saludo con motivo de la bendición de nuevos espacios del Parque Industrial de esta ciudad bonaerense, en el que pidió a Dios por los trabajadores, sindicalistas y empresarios que participaron del acto promovido por la Pastoral Social diocesana.

 "Pido por ustedes y sus respectivas familias, a fin de que siempre puedan llevar con dignidad a sus casas el fruto de su trabajo. Hoy golpea a muchos el flagelo de la desocupación. Saben bien que la Iglesia los valora. Extiendo mi oración y bendición a todos los actores del complejo mundo del trabajo, pues entre todos, dejando de lado intereses de parte, debemos tender al buen entendimiento, a la paz social y al bien común", subrayó.

 La Pastoral Social de la diócesis de San Isidro emitió un comunicado en el que llamó a tener la creatividad para que “los trabajos de este tiempo, la creatividad para el trabajo con dignidad; recuerden que el pan sin trabajo es la dádiva, y el trabajo si no me trae el pan, es la injusticia”. 

“Queremos trabajo para que cada persona pueda tener la dignidad de una vida mejor para su familia”, subrayó en un mensaje para esta fecha. La Acción Católica Argentina, a través de su Sector Trabajadores,emitió una declaración, también citada por AICA, en la que afirmó que “todos somos responsables en la construcción del bien común y, en particular, en la defensa de los derechos de los trabajadores, especialmente de aquellos que por la falta o la pérdida del empleo o por su precariedad, ven profundizadas sus dificultades como consecuencia del agravamiento de la situación económico social”.

 El vicario general, presbítero Gabriel Mestre, bendijo nuevos espacios del parque Industrial marplatense, donde leyó un saludo del obispo quien los llamó a tener la seguridad “de mi recuerdo en la oración ante el Señor. Pido por ustedes y sus respectivas familias, a fin de que siempre puedan llevar con dignidad a sus casas el fruto de su trabajo. Hoy golpea a muchos el flagelo de la desocupación. Saben bien que la Iglesia los valora. Extiendo mi oración y bendición a todos los actores del complejo mundo del trabajo, pues entre todos, dejando de lado intereses de parte, debemos tender al buen entendimiento, a la paz social y al bien común”.

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