sábado, 10 de septiembre de 2011

MEMORIA


A 10 AÑOS DEL S-11

Todo lo que la Argentina tiene para 'agradecerle' a Bin Laden

 Posiblemente la soja a más de US$ 500 y el petróleo entre US$ 90 y US$ 120 son hijos de Osama Bin Laden y consecuencia de aquel salvaje ataque a las Torres Gemelas, plantea 'Willy' Kohan en interesante enfoque.

por GUILLERMO KOHAN

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Hora 6 - Radio El Mundo). La era Bush y el Mundo en Guerra que llegó como respuesta, se lanzó a la emisión de billetes, devaluó casi 100 % el dólar contra el euro, y generó las burbujas bursátiles y financieras que terminaron en los desastres que todavía siguen amenazando a la economía en estos días.
            
Parte del éxito y aprobación al estatismo hoy en la Argentina también tiene su origen en aquel desastre hace 10 años en Nueva York
         
Definitivamente cambió el mundo hace diez años tras el salvaje ataque a las Torres Gemelas.
            
Coinciden los analistas internacionales, al recordar la tragedia en su décimo aniversario, que en la brutal operación de Bin Laden también puede explicarse buena parte del actual desastre financiero internacional, la crisis de las hipotecas, el devastador desempleo que se triplicó en EE.UU. con sus gravísimas consecuencias sociales para los norteamericanos; también la inestabilidad en Europa y la zozobra económica global.
          
Si todo esto fuera cierto, también la soja por encima de u$s 500 es hija de Bin Laden. Con lo cual a 10 años de aquella tragedia, tal vez haya que buscar en algún rincón de Al Qaeda las razones del éxito electoral y la fascinación por el estatismo, estos días en la Argentina y la región.
          
Todo sorprendente y provocador como argumento. Pero convengamos que no parece tal en el caso del petróleo. Hasta la caída de las Torres, en la década del noventa y con la paz en el mundo, el petróleo fluctuaba entre US$ 20 y US$ 40; lo que hoy, con el mundo en Guerra y la super emisión de dólares en 10 años, cuesta entre US$ 80 y US$ 120.
           
Desde luego que gracias a que el petróleo y el gas no costaban nada antes de Bin Laden, fue posible terminar con  el poder de la Unión Soviética, la guerra fría, cayó el muro de Berlín, y el mundo ingresó en un espacio de enorme prosperidad con libertad económica y social, liderada a nivel internacional por gente como Bill Clinton, Tony Blair o Felipe González: Una época que curiosamente es recordada hoy en la Argentina como la infame década del 90.
        
Todo eso terminó en la mañana del 11 de setiembre de 2001.
        
Efectivamente el ataque a las Torres Gemelas significó un cambio dramático para la sociedad capitalista.
        
Sepultó la era de la fascinación por la globalización, Internet, Clinton, la paz mundial y el petróleo a US$ 25 el barril.
         
Poco Estado y mucha libertad.
       
Los aviones como misiles al corazón de Wall Street crucificaron esa prosperidad.
         
Llegó redoblada la era Bush, otra vez el mundo en Guerra, el déficit fiscal por el gasto militar, la violenta emisión monetaria para recuperar a EE.UU. del golpe y mantener en alza el consumo. Devaluando la moneda y emitiendo billetes.
         
Con el dólar que Bush devaluó en 10 años de 0.9 que lo recibió, a 1,50 contra el Euro que se lo entregó a Obama. La mayor estafa a los tenedores de dólares que se recuerda en la historia norteamericana.
        
Semejante emisión monetaria generó las burbujas bursátiles y las crisis de solvencia que llegaron años después, con las quiebras y los derrumbes de precios y valor que siguen hoy afectando a la economía y a las familias en todo el mundo desarrollado.
        
Pero permitió también la explosión en los precios de los comoditines y la capacidad del Estado de hacerse rico y fuerte cobrando impuestos.
         
Con el mundo en Guerra, el petróleo a casi US$ 100, y la emisión monetaria para reanimar la economía, reapareció el Rol del Estado” que, además, es el que promete garantizar seguridad.
        
Al devaluarse el dólar, sube todo: la soja, los campos, Puerto Madero, la recaudación, el poder de la Anses, las asignaciones y subsidios, los contratos con el Gobierno, la pauta oficial…

Habría que concluir, entonces, con que también hay que agradecerle a Bin Laden por el avance y el éxito de las ideas y políticas estatistas e intervencionistas en Argentina y la región en estos 10 años.

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