jueves, 8 de septiembre de 2011

NOTA DE OPINIÓN


ARGENTINA 2011

El país de Candela, María y Cristina

En la misma geografía y no muy lejos hasta hace días convivían Candela Rodríguez, María de La Matanza y Cristina Fernández viuda de Kirchner. Tres mujeres ligadas en 2 historias con similitudes y diferencias para pensar. 
 Por JORGE HÉCTOR SANTOS

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24) Candela Sol Rodríguez era una nena más, de apenas 11 años, que el lunes 22 de agosto de 2011, en horas de la tarde salió de su casa, se dirigió hacia la esquina para encontrarse con sus amiguitas, Denise y Lau, para juntas ir a la iglesia.

Un vecino, Luis Rodríguez, la vio pasar y le dijo ‘¿Qué haces amor?’, con su más pura sonrisa, Candela le respondió ‘Hola, ¿qué tal?”.

A partir de ese momento Candela, sin saberlo, dirigía sus pasos hacia un viaje sin retorno. Ella no tenía idea que el beso con el que se despidió de su mamá sería el último que le daría.

Durante 9 días la pequeña niña estuvo desaparecida en el conurbano bonaerense. Su madre, Carola Labrador, jamás pensó ser recibida por una mujer que llamada Cristina se encamina a ser la reelecta presidente de la Nación. El encuentro se formalizó en la misma Casa Rosada, esa que ni siquiera pisan los más empinados políticos opositores, por la falta de diálogo que caracteriza al Ejecutivo.

La presencia del gobernador Daniel Scioli más la del jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, sumado al respaldo presidencial, presagiaba un desenlace exitoso. Todos ellos estaban preparados para la foto con Candela liberada.

Nada de eso ocurrió.

Las búsquedas preanunciadas para estuvieran los cronistas de todos los medios no sirvieron de nada.

Semidesnuda, dentro de una bolsa de residuos de consorcio en un baldío a metros de la autopista del Oeste, a unas 35 cuadras de su casa, fue hallada cruelmente asesinada, Candela, el último día de agosto.

No fue la policía quien la encontró, fue una cartonera.

Todas las autoridades nacionales y provinciales se llamaron a silencio. Los habituales voceros quisieron despegar el caso de la violenta e incesante inseguridad que vive el país.

Candela murió, la pequeña aprendió con la pérdida de su propia vida que el Estado fracasó. No pudo salvarla. Ese atroz destino sobrevuela la mente de cada argentino al salir de su hogar para ir a trabajar, estudiar o pasear. El sentimiento de indefensión que es patrimonio de todos se expuso ferozmente.

La presidente no asistió al velatorio de la pequeña niña. Cristina no asiste a los fracasos, ni siquiera habla de ellos. Daniel Scioli tampoco. El 23 de octubre está a la vuelta de la esquina y nada puede empañar el triunfo de ambos; ni siquiera la desaparición de una mujercita de tan solo 11 años, la que no llegó a aprender qué son los derechos humanos, ni ella siquiera los tuvo.

Cristina, la viuda de Néstor Kirchner, apenas pasados 6 días de la aparición sin vida de Candela, aprovechó su visita electoral -disfrazada con el recorrido a la planta de Mercedes Benz- al clave distrito de La Matanza, para visitar a María.

¿Quién es María? Uno de tantos millones de pobres que habitan el país del crecimiento a tasas chinas. María resultó por fruto del azar la elegida para que la presidente se instale durante un rato en su humilde casa. Un gesto muy humano, ¿no es cierto?

Cristina habló con María, abrazó a la vecina de Virrey del Pino habitante del barrio El Sol, donde la primera mandataria inauguró una red de agua potable y no perdió la oportunidad de decir ante las cámaras de televisión:

"Venir a La Matanza a mi me pone muy bien. Siento que La Matanza es más argentina que ninguna parte. Vengo de la casa de María, de Virrey del Pino. Estoy muy emocionada por María, un beso para vos y para todos los que se acercaron".

En los últimos 15 días, por la vida de Cristina Fernández pasaron 2 historias con similitudes y diferencias que protagonizaron 3 mujeres. Una de ellas ya no está ni estará más, Candela; María seguirá siendo pobre con algún regalo de por medio, y Cristina con el éxito electoral casi asegurado seguirá recurriendo al recuerdo de él para seguir siendo ella.

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