jueves, 8 de septiembre de 2011

INFORME ESPECIAL


La ley endeble que se aproxima
Contrariamente a lo que debería ser, con la nueva ley de Tierras, crecerá la compra de extensiones nacionales por manos extranjeras y aquellos que ya adquirieron miles de hectáreas no se verán afectados

Cada vez son más los extranjeros que compran miles de hectáreas en tierras argentinas en tanto que no hay una ley que se los impida. Desde el momento que hacen la transacción, ellos son los nuevos dueños de la tierra.


Para solucionar esta problemática, a principios de este año, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió un proyecto de ley de Tierras y les ordenó a sus diputados que comenzaran a discutirlo.
El tratamiento de la norma ya está en camino, sin embargo, la iniciativa que proponen los legisladores llega tarde, en los últimos ocho años las ventas a extranjeros crecieron un 200 por ciento.
Pero además, la idea de los dirigentes políticos es que la ley no mire para atrás y que comience a regir desde el momento en que se aprobó y sin intentar revisar las ventas pasadas. 

A comprar más tierras

La superficie del territorio argentino cuenta con 279.181.000 hectáreas, y a pesar de que se intenta sancionar una ley que se considera de suma urgencia, no se sabe de manera concreta cuánto territorio argentino está en manos de extranjeros.
Según pudo saber La Tecla Patagonia, un relevamiento llevado adelante por una entidad rural de nuestro país estima que alrededor de 20 millones de hectáreas fueron compradas por hombres de otros países. Los diputados a los que consultó La Tecla Patagonia con respecto a esta cuestión coincidieron en que entre el 7 y el 10 por ciento del territorio argentino está en manos de extranjeros. La ley que salga, tal vez a fin de este año, preverá un máximo de entre 15 y 20 por ciento del territorio total como límite.
Si, como quiere la Presidenta y algunos opositores, se aprueba esta nueva ley que pone un límite a la extranjerización de las tierras pero que pone como punto máximo de compra para ciudadanos de otro países entre 15 y 20 por ciento del total del suelo nacional, la nueva reglamentación, más que un tope, será una invitación a que los extranjeros inviertan aún más en nuestro país, ya que quedaría más de un cinco por ciento de tierras sin vender.

No tocar, propiedad privada

Otra de las grandes controversias que se podrán hallar en la primera ley de Tierras que tendrá Argentina, es que no será retroactiva, más de una decena de proyectos presentados, y ninguno prevé que la ley mire el pasado.
Sorprende que no se revea este punto, ya que por estos días se menciona que el máximo estimativo que podrá adquirir un extranjero será de alrededor de 1.000 hectáreas, según la ubicación. Teniendo en cuenta que por ejemplo, los hermanos Benetton tienen casi un millón de hectáreas compradas en nuestro país, la gran mayoría en suelo patagónico, si la ley fuese retroactiva, “Los Benetton” estarían violando la norma por más de 900.000 hectáreas, sin embargo, los legisladores prefieren arrancar de cero.
El diputado nacional por Chubut por el Frente para la Victoria, Juan Mario Pais, perteneciente a la Comisión de Legislación General, ante la consulta de La Tecla Patagonia con respecto a este punto, consideró que “hacer la ley retroactiva es arrancar con el pie izquierdo”, sin embargo, este legislador votó a favor de la ley de Medios, que también tiene varios puntos en los que se habla de retroactividad.
Contrariamente a este pensamiento del legislador chubutense, el diputado nacional por Neuquén por la Concertación, Hugo Prieto, aseguró que “la ley si fuese retroactiva sería totalmente aplicable”.
Por último, la otra falencia que no se tiene en cuenta tanto por el Ejecutivo como por algunos diputados, es la posibilidad concreta de que una persona proveniente de otro país, decida ordenarle a un testaferro que le adquiera cierta cantidad de hectáreas, “mientras sea un argentino se puede comprar, por eso habría que avanzar en una ley antimonopolio”, cuentan varios legisladores.
En 2002, el Congreso de la Nación recibió el primer proyecto de la ley de Tierras, el mismo fue impulsado por Elisa Carrió. Pasaron 9 años de esa fecha, y dos mandatos kirchneristas. A pesar de esto, el Gobierno, en 2010, prefirió prorrogar el tratamiento hasta estos días.
Una orden de la Presidenta llevó a que el tema se pusiera en discusión, sin embargo, la demora del Gobierno en poner la cuestión sobre la mesa después de 8 años de mandato, hizo que la cifra de tierras en manos extranjeras casi se triplicara.
A principios de 2002, estimativamente 7 millones de hectáreas estaban en manos de extranjeros en Argentina, pero esa cifra se elevó desde entonces hasta 20 millones de hectáreas.
En conclusión, se busca aprobar una ley de suma urgencia en poco tiempo, después de haber estado trabada por el propio Gobierno desde hace 8 años. La discusión debería tomarse con más seriedad y poner los puntos en discusión que son necesarios. Sin embargo, el Gobierno y algunos sectores de la oposición prefieren aprobar una ley con más falencias que soluciones. Así no debería defenderse la soberanía argentina. CNA


N. de R.: Dejaremos de ser un país soberano para transformarnos en una colonia manufacturera como lo éramos en le época del virreinato del Río de la Plata. "Good Save the Queen" NM

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