martes, 27 de septiembre de 2011

UNA REALIDAD QUE ASUSTA Y SE NIEGAN A VER


La Argentina y el desguace de los recursos naturales

Con la privatización en los ´90 de los recursos naturales, comenzó un desguace de los mismos por parte de las empresas, en complicidad con los gobiernos de turno. Reseña de un proceso que lleva décadas, y cómo se llevó a cabo la destrucción de las “joyas de la abuela”

“Nada que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado”, dijo en un inolvidable acto fallido el ex ministro de Obras y Servicios Públicos de Carlos Menem, Roberto Dromi; donde se dejaba en claro el proceso de grandes negocios para las empresas nacionales y transnacionales que se abría en nuestro país con la llegada del riojano a la primera magistratura.
 
A partir de entonces, la Argentina vivió un período de privatizaciones, en el cual se vendió todo lo que estaba hasta entonces en manos del Estado, y lisa y llanamente se remataron lo que los argentinos conocemos como “las joyas de la abuela”, como son los inmensos recursos naturales que tiene nuestra tierra a lo ancho y largo del país.
 
Desde ese momento las grandes explotaciones petroleras y mineras que se han hecho en el país, no han dejado casi nada a cambio para los argentinos, y por el contrario, se ha pasado a engordar en forma escandalosa las cuentas en paraísos financieros, de cientos de empresas que han participado en las mismas, debilitando a la Argentina de cara al futuro y con una entrega del patrimonio nacional que costará décadas recuperarlas.
 
Una página oscura de la historia nacional, en la que los principales perjudicados son los más de 40 millones de argentinos que asisten impávidos a una entrega de los recursos naturales, que será letal para el crecimiento de nuestro país en el futuro, con miles de millones de dólares que fueron sacados de la Argentina sin rendir ningún tipo de cuentas.
 
Breve relato de los recursos naturales en Argentina
 
Nuestros recursos naturales siempre fueron a lo largo de la historia, una fuente inagotable de divisas que sirvieron para el crecimiento de nuestro país en todos los sentidos. Con el correr de los años, los mismos se fueron cada vez profesionalizando más en su extracción, con lo que el aporte de las empresas privadas, en colaboración con el Estado nacional, se hizo fundamental para poder llevarlo adelante.
 
Uno de los recursos centrales de la Argentina es el petróleo, que con Hipólito Yrigoyen en la presidencia de la Nación, en 1922 se creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), cuyo primer presidente, Enrique Carlos Alberto Mosconi, se inició una era en la organización de la exploración y explotación del petróleo, que llevó a Mosconi a decir que “entregar nuestro petróleo es como entregar nuestra bandera”.
 
La influencia de Mosconi y de YPF, como impulsor de una política nacional que puso los recursos naturales al servicio del desarrollo económico, industrial y social de la Nación , llegó a todos los rincones de América, que vieron nacer en los siguientes años a las grandes petroleras estatales en Brasil, México, Uruguay, Venezuela, Bolivia y Colombia.
 
Pero lamentablemente las generaciones posteriores no sintieron el mismo amor patriótico que Mosconi en la defensa de los recursos naturales de nuestro país, y los sucesivos gobiernos, tanto democráticos como dictaduras militares, emprendieron un proceso de entrega de los mismos, que se vio potenciado con la llegada de Carlos Menem al poder en 1989, y el inicio de la etapa neoliberal más profunda que vivió nuestro país, con la consiguiente entrega de todos los recursos naturales de la Argentina a los capitales privados, tanto nacionales como extranjeros.
 
Pero antes de Menem hubo un iniciador y fueron las políticas implementadas por la última, cruel y sangrienta dictadura militar, que con Alfredo Martínez de Hoz a la cabeza del ministerio de Economía, se comenzó con un proceso de extranjerización de la tierra, que fue llevado a cabo en base a las armas y el poder de fuego de las mismas, que llevó a que por ejemplo YPF al momento de perpetrarse la usurpación del poder por parte de los militares en 1976 tuviera una deuda de 300 millones de dólares, y cuando la misma se retiró en 1983, la deuda de la petrolera estatal trepaba a los 6.000 millones de dólares.
 
Martínez de Hoz decía que el problema argentino radicaba “en la promoción de una excesiva intervención estatal en la economía y en el sobredimensionamiento de las funciones del Estado”, con lo que empezó un proceso de destrucción del mismo, siendo los recursos naturales un eje central de dicho desguace.
 
Ya en democracia y con Carlos Menem en el poder, y en medio de polémicas interminables, se determinó la privatización de YPF y la explotación total de los recursos naturales de nuestro país por parte de las empresas transnacionales, comenzando un proceso que aún no termina, y que ha llevado a que nuestro país pierda miles de millones de dólares en concepto de regalías y de derechos de exportación de las mismas.
 
Pero el tema no se queda sólo en la gran cantidad de dinero que se llevan las transnacionales, sino también en el enorme daño ambiental que dejan a las zonas del país donde llevan a cabo sus emprendimientos. Basta ver los ejemplos que dan las petroleras en el sur del país, o las empresas mineras en San Juan, Catamarca, Río Negro o Santa Cruz, donde los perjuicios al medio ambiente son gigantes, con repercusiones muy grandes en la salud de la población.
 
Para adentrarnos mejor en este tema, la Agencia de Noticias CNA, se puso en contacto con el diputado nacional y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por la Coalición Cïvica, Juan Carlos Morán, miembro de la Comisión de Energía y Combustibles, y un gran estudioso del tema, para quien en la Argentina “ha habido un plan sistemático, donde hay un sistema de corrupción, donde primero hay un fuerte deterioro del patrimonio público, luego existe la situación de relación de subsidios, extorsión, renegociación de contratos con las empresas que han concesionado los servicios o las distintas áreas, y finalmente, si en esas tres áreas hay un negocio rentable, se las queda algún amigo en el capitalismo de amigos, si son deficitarias estatizan a nombre del Estado”.
 
“Para nosotros los recursos naturales y la energía son un bien estratégico, y por lo tanto, tiene que estar en manos del Estado nacional. Acá en los ‘90 hay que hacer cargo al PJ o al pejotismo, en manos de Menem ayer, pero la misma corporación en manos de Kirchner hoy y de Duhalde entremedio, fueron los responsables de toda la privatización de la energía, el petróleo y todos los recursos naturales”, asegura Morán.
 
El diputado de la CC advierte que “el sistema de privatización tuvo que ver con el Consenso de Washington, donde la Argentina a través de Menem y el PJ, y entre los actores secundarios Kirchner, lo aplicó a rajatabla y que era el achicamiento del Estado y que decían que ningún bien era estratégico para la Nación. Dentro de eso, la gran disidencia es que la energía es un bien estratégico para la Nación para nosotros. En su momento, los radicales defendimos la postura de que estos eran un bien estratégico y que no debían ser privatizados”.
 
En nuestro país acudimos impávidos a la noticia de que los gobiernos provinciales de Santa Cruz y Chubut, con el aval del gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner, se firmó una prórroga por parte de estas provincias hasta el año 2047 de la explotación petrolera en esas provincias, donde uno de los principales beneficiados es la Panamerican Energy , que pertenece al Grupo Bulgheroni, extendiéndose por 30 años dicha concesión diez años antes de que la misma acabara, en lo que significó una verdadera burla para los intereses nacionales.
 
Morán, una de las voces más críticas de la oposición a este tema, remarca que “ese plan sistemático de corrupción y de saqueo que tiene el kirchnerismo, tiene una característica de perpetuidad, ya que intentan hacer negocios por un siglo, a tal punto que las concesiones de las áreas petrolera, aún violando la legislación de la Ley fuerza de Hidrocarburos, que sólo proponía extender por 10 años los contratos, del 2017 al 2027 las áreas petroleras de la zona norte de Santa Cruz, las extendió a través de un decreto que firmó el gobernador Daniel Peralta, benefició a empresas vinculadas a Bulgheroni, a Panamerican Energy y a Cristóbal López, hasta el 2047, violando toda legislación vigente y entregando petróleo por 40 años”.
 
Desde la oposición recalcan que la historia no se queda sólo allí, sino que hay distintas clases de negociados que se vienen realizando con las líneas eléctrica de alta tensión, que según Morán, “están en manos de una empresa que se llama Intelsat, que es subsidiaria de Electroingeniería, que es una empresa de un amigo o un testaferro de Zanini, que es Gerardo Sartierra, que compartió la agrupación ERP en los ‘70 con él, se la concesionaron al 16 de julio del 2089, que tienen la operación y el mantenimiento de las líneas eléctricas de alta tensión, por ejemplo desde los tramos Puerto Madryn- Pico Truncado”.
 
“Nada justifica darle un negocio de un siglo a alguien, menos aún en el mantenimiento del extendimiento de las líneas eléctricas de alta tensión, que tranquilamente se pueden hacer cada 4 ó 5 años. Eso es causa de una denuncia penal que nosotros tenemos hecha. Esto de la perpetuidad, es evidentemente una característica de los Kirchner en este plan de saqueo y destrucción de los recursos naturales”, señaló el legislador de la CC.
 
Pero no sólo el petróleo y la energía se han visto saqueados en todos estos años, sino que la Minería se ha convertido en uno de los grandes negocios de las empresas transnacionales en nuestro país, ya que se han convertido en una forma rápida de efectuar grandes ganancias, que sumados a los monocultivos como la soja, representan suculentos dividendos para estas empresas.
 
Hoy vemos como las multinacionales, como la Barrick Gold , BHP, Pacific Rim Mining y Patagonia Gold, entre otras, llevan a cabo más de 600 proyectos mineros en localidades del interior del país, principalmente en San Juan, Santa Cruz, La Rioja y Catamarca, muchos de ellos realizados a cielo abierto, lo que significa que se vuelan los cerros, se los muele a roca y se los lava con cantidades inmensas de agua potable. 
 
El tan mentado “boom” minero que desarrolló la Argentina en los últimos años, no es más que una oportunidad de las transnacionales para llevarse gigantescas ganancias de nuestro país dejando poco dinero en el país, al pagar sólo el 12% de regalías, algo único en el mundo, muy diferente a lo que ocurre en el hermano país de Bolivia, donde el gobierno de Evo Morales impuso una ley donde el país se queda con el 82% de las regalías. El Gobierno de Menem ya les había otorgado estabilidad tributaria durante 30 años a los proyectos mineros, pero el de Kirchner le aplicó derechos de exportación de hasta el 10%, aunque el gobierno de Cristina Fernández benefició a la actividad minera al vetar una ley de protección de los glaciares andinos.
 
Para el diputado Morán, “el boom minero es en realidad un saqueo que atenta contra los recursos naturales, sino que además tiene un componente de inhumanidad, porque la minería en la Argentina no está regulada como debería ser y las provincias no tienen los motores suficientes, porque cada uno no lo piensan como políticas de Estado, sino que lo piensan como políticas de gobierno de 4 años, entonces tratan que le saquen toda la minería que se pueda, ejemplo de esto son San Juan y Catamarca, sin ningún tipo de control”.
 
“Hay zonas enteras donde quizás en algunos años ya no haya agua potable, con poblaciones completas que sufran enfermedades o que directamente tengan que erradicarse, por la falta de control que existe hoy y por el uso desmedido que se hace del agua. Pero todo eso se hace por la mala política de control nacional, y por la connivencia de los gobiernos nacionales, no hay ningún boom minero, sino que hay un absoluto saqueo del estado nacionales en connivencia con las provincias”, subrayó el legislador bonaerense.
 
La Argentina es una gran zona que posee grandes reservas de alimentos, de recursos minerales, petroleros, hídricos, lo que la lleva a ser uno de los grandes botines a codiciar por las grandes empresas que desean ganancias rápidas y fructíferas. Por ejemplo, la Argentina tiene en sus 4 mil kilómetros de cordilleras, la sexta reserva de metales del planeta, y una de las reservas hídricas en el litoral del país, más grandes del mundo.
 
En América Latina entre 1990 y 2000 se deforestaron 467.000 kilómetros cuadrados para destinarlos a la agroindustria y las explotaciones mineras. En Argentina se estima que se perdieron casi dos tercios de sus bosques nativos durante el siglo veinte, que la Ley de Bosques intenta parar, aunque la deforestación de los bosques que se suceden por ejemplo en Salta y Misiones, hacen poco optimistas a los argentinos de que la actividad sea cuidada como se lo merece.
 
Bajo el lema de la modernidad, el progreso y el desarrollo, en toda la región durante los ´90 se implementó una política de entrega de los recursos naturales a manos privadas, que significó virtualmente el vaciamiento de los países y la entrega de los mismos a las empresas multinacionales que se vieron beneficiadas con negocios y ganancias de miles de millones de dólares.
 
Sin una defensa apropiada de los recursos naturales, será muy difícil que la Argentina pueda tener en el corto y mediano plazo un futuro mejor y un país donde la mayoría de los ciudadanos estén incluidos en un proyecto común y no fuera del sistema como ocurre hasta ahora, donde hay más de 15 millones de pobres, con cinco millones de personas en la indigencia. Una adecuada protección de los recursos naturales, equivale a una protección de todos los argentinos, que esperan crecer en un país sano y con oportunidades para todos.  CNA
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario