viernes, 27 de marzo de 2015

FLORENCIO Y EL MAMARRACHO FLUVIAL EN EL ORGANIGRAMA K

AGENCIA / CONFIDENCIAL

 

 Florencio Randazzo, coprotagonista de un sainete inédito en el organigrama gubernamental. 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La curiosa mezcla de Interior (provincias, aunque los diálogos con los gobernadores e intendentes municipales terminan a cargo o de Aníbal Fernández o de Eduardo de Pedro) y de Transporte (el ex área de Ricardo Jaime, en la jurisdicción de Julio De Vido), lo tiene al presidenciable Florencio Randazzo consumido en la compleja tarea de manejar, en teoría, la relación con las provincias + imprimir los nuevos DNI + preparar los comicios nacionales 2015 + comprar equipamiento a China + poner en funcionamiento locomotoras, trenes, ómnibus, aviones y buques.



También controlar la seguridad vial y el dragado de los ríos, ¿no será mucho?

 Pero, mientras los trenes chinos y los documentos de identidad le dan buena prensa, por el lado del agua sólo recibe sopapos cuando las cosas van mal y pocos aplausos cuando algo sale bien.

 El dragado del puerto de Mar del Plata encarado por el subsecretario de Puertos, Horacio Tettamanti, fue un verdadero escándalo: se pagó mucho, se tardó más y se privilegió el dragado de los accesos al astillero personal que el funcionario posee en la ciudad y en el que se reparan buques de la Armada, aunque no sea muy ética la operación... (la transparencia nunca es una cuestión fundamental para el Mundo K).

 A su vez, el canal Martín García es un caos y la Resolución N°1.108 del mencionado subsecretario, por la cual se prohibieron los trasbordos de carga en Montevideo (Uruguay), no solo arruinó al puerto del vecino país sino que trajo innumerables perjuicios al tráfico fluvial procedente de Santa Fé y hasta a los productores del valle de Río Negro que vieron complicada la exportación de su producción.

 En tanto, la Dirección de Transporte Marítimo a cargo del inefable y multi-task Sergio Dorrego se encuentra bajo sospecha por el profuso otorgamiento de permisos para la importación transitoria de buques (waivers) con la aplicación de "tasas" que no irían a parar precisamente a las arcas del Estado.

 Dorrego, además, tiene el karma de los desatinos cometidos en su otro empleo estatal en la Armada Argentina (la documentación confidencial que terminó en un basural a cierto abierto en Ciudad de Buenos Aires) y que lo han llevado a ser sutilmente desplazado de la misma.

 Mientras tanto, el descubrimiento de una red de venta de artículos robados y de contrabando dentro de los galpones de la Administración General de Puertos, terminó de complicar la imagen de pulcritud y eficiencia que Florencio le quiso dar a su gestión.

 Esta situación, muy delicada, le llevó a reclamar la imprescindible autorización para ejecutar una profunda limpieza en el sector, pero su pedido tropezó con un No rotundo: descabezar a toda un área de gobierno no sería oportuno en este momento tan particular de la Administración en retirada pero con deseos de permanecer.

La guillotina acabaría con gente propia... Así fue como surgió la idea de regresar la Secretaría de Transportes a la órbita de Planificación Federal, pero Randazzo exigió retener los trenes que son su 'caballo de batalla' (literal, aunque de hierro) electoral.

 Entonces alguien dijo: "Extirpemos el cáncer"; y el subsecretario Tettamanti y los 2 Sergio: los capitanes Sergio Borrelli (AGP) y Sergio Dorrego (Marina Mercante) fueron eyectados hacia las garras de Axel Kicillof quien (con la bendición del posiblemente voraz Máximo Kirchner) le jugó al anticipo a De Vido y se quedó con la interesante caja de los peajes por tránsito en canales (básicamente la concesión a Hidrovías) y los aranceles por incorporación transitoria de buques. Hoy día, el desconcierto entre empresarios marítimos y gremios del sector es total ya que una decena de leyes y reglamentos varios tienen como autoridad de aplicación a la Secretaría de Transportes y no la Subsecretaria de Puertos que, en la práctica, obra por delegación.

 Ahora, con esta separación, no saben si ante un permiso o un planteo deberán recurrir a Randazzo o al impredecible Axel. No hay antecedentes en la separación de una parte de una secretaría que no es de por sí autónoma. La Secretaría de Transportes de la Nación será ahora sólo "la Secretaría de una parte del transporte de la Nación", ¿que pasará con la otra?

 Nadie lo sabe.

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